Malabo en el eje de la integración sur-sur

El pasado mes de julio Guinea Ecuatorial y Venezuela celebraron en Caracas la I comisión mixta de alto nivel. Se firmaron una serie de acuerdos relacionados con los ámbitos de la diplomacia, migración, educación, transporte aéreo y energético, que permiten consolidar las extraordinarias relaciones de amistad y cooperación. El propio Presidente de la República Nicolás Maduro Moros selló estos instrumentos, en un encuentro con la delegación ecuatoguineana, el 24 julio durante el natalicio del Libertador, al mismo tiempo que se inauguraba la primera plaza Bolívar de Malabo.

Ambas naciones son miembros de la OPEP y del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG); además Guinea Ecuatorial ha mantenido una posición firme en respeto a la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano, como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuando se ha intentado presentar una resolución por parte de potencias extranjeras, que pretenden intervenir en los asuntos internos del país suramericano.

En la cooperación entre ambas regiones, la historia nos remonta a las últimas dos cumbres África – Suramérica (ASA), ya que fue en Margarita (Venezuela) durante el 2009, y Malabo (Guinea Ecuatorial) en 2013 la sede de este importante encuentro, y que ha permitido volcar la mirada al frente del atlántico. El Presidente de la República de Guinea Ecuatorial Obiang Nguema Mbasogo estuvo en Caracas en 2013 durante las exequias del Presidente Hugo Chávez, y más recientemente en 2017 sostuvo un encuentro en La Paz (Bolivia) con el Presidente Nicolás Maduro, en el marco del FPEG.

Guinea Ecuatorial y Venezuela comparten el mismo idioma, lo que representa una puerta de entrada bidireccional, especialmente en la región de la áfrica subsahariana dominada por la lengua francesa, inglesa y portuguesa. También, la configuración económica tiene mucho en común, especialmente por la dependencia del sector de hidrocarburos, pero con los mismos retos de diversificación productiva.

Con treinta y ocho años de historia en las relaciones diplomáticas, fue sólo con la llegada del Comandante Hugo Chávez al poder cuando se inauguraron las Embajadas en las capitales, para elevar al más alto nivel la hermandad entre ambas naciones. La República Bolivariana de Venezuela posee actualmente 17 embajadas en el continente africano, y es el tercer país de América Latina y el Caribe que más posee misiones diplomáticas en la región, después de Brasil y Cuba, con la misma lógica integracionista que desarrollaron el Comandante Fidel Castro y el Presidente Luis Ignacio Lula Da Silva.

La ubicación geográfica de ambos países, representa una oportunidad extraordinaria para desarrollar un eje de cooperación económica de África con Latinoamérica y el Caribe, tan necesaria para el fortalecimiento de la cooperación sur – sur, que pudiera servir de centro logístico y de base de operaciones para las regiones. Esta necesidad obedece a la carencia de sistemas de transporte marítimos y aéreos directos, que obliga a turistas, inversionistas, exportadores e importadores a utilizar obligatoriamente escalas en Europa, siendo esto todavía un escollo en la lucha por la descolonización de nuestros pueblos.

La región Latinoamericana y caribeña, seguirá siendo durante el siglo XXI un proveedor confiable y cuantioso de materias primas, mientras que el continente africano apunta a convertirse en el nuevo enclave de la industria manufacturera, fundamentalmente por las inversiones de origen asiático, y probablemente por la desconcentración de sus centros de producción. Caracas y Malabo pudieran incorporarse como eje de la cooperación sur – sur en la franja y ruta que actualmente desarrolla la República Popular China, lo que sin duda acercaría aún más ambos continentes.

«Ante la amenaza extrarregional de impedir el avance y profundización de nuestra Cooperación Sur-Sur, lo digo con Bolívar en su carta de Jamaica de 1815: unión, unión, unión, debe ser nuestra máxima consigna» escribió el Presidente Chávez ya convaleciente, en su último discurso que dedicó a la III Cumbre ASA en Guinea Ecuatorial. No se equivocó el Comandante, retomar las banderas de la integración entre ambas regiones es una tarea pendiente, en la que Caracas y Malabo juegan un rol fundamental.