Intervención del Canciller Félix Plasencia ante el 112° Consejo de la Organización para las Migraciones.

Un profundo saludo bolivariano desde Venezuela, a todos los Gobiernos que representan a los Estados miembros de la Organización Internacional para las Migraciones, en esta actividad particularmente importante durante esta pandemia global.

Un profundo saludo bolivariano desde Venezuela, a todos los Gobiernos que representan a los Estados miembros de la Organización Internacional para las Migraciones, en esta actividad particularmente importante durante esta pandemia global en la cual nuestro compromiso con los derechos humanos de los migrantes debe ser fortalecido.

Un saludo especial al Señor Antonio Vitorino, Director General de la OIM.

 

El fenómeno de la movilidad humana nos ha acompañado desde el origen de las civilizaciones. Muchas de nuestras sociedades actuales son producto de la migración, haciendo que la heterogeneidad cultural se convierta en un elemento de las identidades nacionales y regionales. Desde los países del Sur, por ejemplo, se ha generado una importantísima e histórica migración de personas para sumarse a la fuerza laboral hacia los países del norte del mundo.

 

El Norte nunca tendría los estándares de vida actuales sin la mano de obra de las hermanas y hermanos del Sur. Venezuela ha sido tradicionalmente un país solidario en cuanto a la recepción de migrantes provenientes de todas las latitudes. Hemos recibido miles de migrantes italianos, españoles, portugueses, de países árabes, ecuatorianos, peruanos y además recibimos a más de 6 millones de venezolanos de origen colombiano que hacen vida en nuestro país que han huido y siguen huyendo de seis décadas de conflicto armado en la República de Colombia.

 

A partir de su propio texto Constitucional, Venezuela ha promovido, como parte de su política, una gestión del fenómeno migratorio que favorece una estadía regular, así como la inclusión e integración de las personas extranjeras en la sociedad venezolana desde su mismo ingreso en la frontera.

 

Contamos con una amplia experiencia en la elaboración y ejecución de políticas socioeconómicas en favor de los migrantes y sus comunidades de acogida, bajo una perspectiva que integra al migrante a la vida nacional, sin realizar distinción en su condición o su estatus migratorio. Todos los ciudadanos residentes en territorio venezolano aprovechan las bondades de las diferentes políticas públicas de la Revolución, expresadas en nuestras Misiones Sociales, que incluyen áreas de salud, educación, vivienda, entre muchos otras, que son buenas prácticas en el abordaje de la migración.

 

Aún con nuestros desafíos actuales, producto de la imposición de ilegales y criminales medidas coercitivas unilaterales, se accede a la educación, a la salud, a una vivienda adecuada, garantizando el goce y disfrute de los derechos económicos, sociales y culturales.

 

Nada más en la Misión Vivienda hemos entregado gratuitamente 3.800.000 viviendas, incluyendo a millones de migrantes que también se benefician de los subsidios en materia de alimentación que se otorgan a más de 6 millones de familias. En materia de vacunación contra el COVID19, superamos el 70% de población vacunada sin hacer ninguna distinción en el estatus legal de las personas beneficiarias.

 

Las actuales ilegales medidas coercitivas unilaterales impuestas por los Estados Unidos nos han sin duda afectado en la base material del país pero no nos han desviado del camino de la inclusión y protección social de todos los que vivimos en Venezuela, incluidos los migrantes.

 

La inducción desde el exterior de una supuesta crisis de refugiados y migrantes, con impacto sobre los países vecinos, constituye un elemento central en la estrategia de los Estados Unidos, que busca validar la narrativa de que Venezuela es un “problema regional” con el fin de legitimar su injerencia e intervención en los asuntos internos de nuestro país. A esto deben sumársele las condenables políticas de algunos Gobiernos de la región de América Latina y el Caribe que siguen alimentando una campaña de propaganda y estigmatización contra la migración venezolana, con un saldo lamentable de compatriotas asesinados o desaparecidos en plena vulneración de sus derechos humanos.

 

Venezuela, en defensa de sus connacionales, ha incluido este aspecto en su remisión ante la Corte Penal Internacional por crímenes de lesa humanidad y hará todo lo necesario para proteger los derechos de sus ciudadanos.

 

Hoy seguimos constatando que han aumentado significativamente los deplorables actos de xenofobia, aporofobia, discriminación y racismo en contra nuestros connacionales, particularmente Colombia bajo la mirada inerte del Sr. Iván Duque. Denunciamos, con profunda preocupación, que la población migrante venezolana ha sido víctima en los llamados países de acogida de agresivas campañas de criminalización, que buscan desviar la atención y escapar a sus propias crisis sociales internas.

 

Mi Gobierno ha centrado sus políticas públicas teniendo siempre como centro al ser humano. Somos humanistas por lo cual, en el caso de la migración, todas las políticas deben ser fundadas en una visión integral que privilegie el contenido social en el establecimiento de planes y acciones basadas en el ser humano, guiadas por los principios universales de la tolerancia, no discriminación, solidaridad, igualdad de género, justicia, equidad e inclusión social, no criminalización de la movilidad humana, y el pleno respeto de todos los derechos humanos, en este caso, el de los migrantes y de sus familiares.

 

El Gobierno venezolano, a pesar de ser víctima de las ilegales MCU impuestas por los Estados Unidos, ha creado el “Plan Vuelta a la Patria” como una solución duradera y efectiva a la hora de garantizar el retorno voluntario a los miles de ciudadanos venezolanos que han manifestado su voluntad de regresar a Venezuela.

 

Este Plan restituye los derechos de los venezolanos, que se fueron engañados por cantos de sirena y que ahora viven en condiciones de pobreza en países que han fracasado en su política social. Gracias a este Plan, que debería ser apoyado y replicado por la OIM en estos tiempos de pandemia, hemos sido testigos de un proceso de retorno voluntario masivo de personas debido a las pocas garantías que los países de acogida otorgan a los migrantes económicos venezolanos. Y esto a pesar de las cuantiosas sumas de dinero que le son otorgados, en eventos propagandísticos, a algunos gobiernos como el colombiano, en los cuales prevalece un discurso hostil en contra de Venezuela.

 

Nosotros denunciamos públicamente al Gobierno del Sr. Iván Duque por estafa agravada contra la comunidad internacional y solicitamos una auditoría transparente que demuestre adónde van realmente esos millones de dólares.

 

A diferencia de esos Gobiernos estafadores, el Gobierno Bolivariano nunca se ha prestado ni se prestará para utilizar la dignidad de las personas migrantes y politizar la situación de otros países o para solicitar indebidas dádivas a organismos internacionales o países algunos. Vergüenza deberían tener quienes actúan tan inmoralmente.

 

Reconocemos la contribución positiva de los migrantes al crecimiento y al desarrollo de los países, así como la compleja interrelación entre el fenómeno migratorio y el desarrollo económico y social, así como la necesidad de respetar de forma irrestricta los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio.

 

Desde Venezuela, tierra bendita, hacemos un llamado a aprender de las lecciones, como bien nos llama esta actividad, levantando todas las sanciones ilegales que afectan los derechos humanos, condenando la persecución contra la migración en cualquier frontera y dentro de los países de acogida y ratificando nuestra voluntad de seguir avanzando para construir un mundo mejor donde todos sonriamos a la vida y al futuro.

 

¡Muchas gracias!