Intervención del canciller Jorge Arreaza en el Reencuentro con la Madre Tierra: Reflexiones globales para la defensa de la Pachamama.

Muy buenos días, buenas tardes ya, querido hermano vicepresidente David Choquehuanca, queridos ministros, diputados, líderes sociales, intelectuales, expertos en la protección de nuestra Madre Tierra.

Muy buenos días, buenas tardes ya, querido hermano vicepresidente David Choquehuanca, queridos ministros, diputados, líderes sociales, intelectuales, expertos en la protección de nuestra Madre Tierra.

 

Reciban un saludo del pueblo venezolano y, especialmente, del Gobierno Bolivariano y del presidente Nicolás Maduro, quien nos ha enviado para participar en este evento de Reencuentro de los hijos y las hijas de la Madre Tierra con su Madre Tierra.

 

Quisiera, partiendo de una reflexión del pensador portugués Buenaventura De Sousa Santos, decir que hay problemas modernos que no tienen soluciones modernas y me voy a permitir leer una fábula del pueblo Yekuana.

 

El pueblo Yekuana vive en el Amazonas de Venezuela y del Brasil, y es de los pueblos indígenas menos intervenidos por Occidente, se han mantenido en su forma más original y pura, permítanme compartir esto con ustedes:

 

Antes el mundo era el cielo, no había muerte, ni enfermedad, ni guerra; nadie trabajaba, la comida siempre estaba lista, no había animales, nubes, ni viento, solo luz; solo Wannadi, sol sin atardecer.

 

Por el poder de su luz la gente estaba siempre alegre, siempre viva, no morían; todos los pueblos estaban alumbrados, todos los pueblos quedaban en el cielo. En la tierra no vivía nadie, solo la tierra, entonces Wanabi el resplandeciente dijo un día: “Quiero gente allá abajo, gente buena como en el cielo”, entonces hizo otro Wannadi para que bajara a hacer gente en la tierra. Cuando nació, cortó su ombligo y enterró la placenta, la placenta se pudrió y se la comieron los gusanos; de la placenta podrida nació un hombre que era peludo como un animal, se llamó Odosha.

 

Odosha era un hombre malo y envidioso, cuando nació dijo: “Esta tierra es mía. Botaré, expulsaré de aquí a Wannadi, le haré la guerra”. Él enseñó a los hombres a matar, mentir y robar, éstos en castigo fueron convertidos en animales, así se terminaron los primeros hombres.

 

Desde ese día cuando nace un niño no enterramos la placenta, la guardamos en un nido de comejenes, así no entran los gusanos, así no nace un nuevo Odosha. Esa es la historia antigua, ese es nuestro pueblo Yekuana y sin lugar a dudas la gente, el ser humano, nosotros, nosotras somos hijos e hijas de la Madre Tierra, de la madre naturaleza, de la Pachamama.

 

Pero nacieron Odoshas, los Odoshas malos crearon un sistema de Odoshas que es el sistema capitalista que pervirtió el carácter generoso, bondadoso, colectivo, el carácter de hijos de la Madre Tierra; y como decía el presidente Luis Arce esta mañana, le pertenecemos a la Madre Tierra no ella a nosotros.

 

Por eso es tan importante esta reunión; permítame felicitarlo señor vicepresidente David Choquehuanca, porque así como estamos nosotros aquí hay otra reunión que se organizó desde el gobierno de los Estados Unidos, del señor Joe Biden con cuarenta jefes de Estado. Bienvenida esa reunión también, porque ellos se plantean tomar medidas, los países desarrollados, los países que han contaminado, que han destruido, que han matado, se plantean tomar medidas para reducir las emisiones contaminantes para que no aumente la temperatura, para que no haya deshielos, para que no desaparezcan los Estados insulares, para que no haya muerte.

 

Sin embargo, hay que preguntarse si aquellos que representan el sistema que creó la muerte, habría que preguntarse si los Odoshas invitando al Fondo Monetario Internacional, invitando a las grandes empresas tecnológicas que ofrecen sus paquetes tecnológicos, invitando a las instituciones que han generado muerte y destrucción, serán capaces de tomar alguna medida real verificable y viable para revertir su propio sistema y naturaleza, pareciera poco probable aunque hay que dejar siempre el margen de la duda.

 

Cuando veníamos para acá escuche brevemente un minuto de la intervención del Presidente de Estados Unidos y él decía “cuando escucho hablar del cambio climático, pienso, empleos”; es decir, el señor Joe Biden ve en el cambio climático y en la destrucción oportunidad para el empleo, para el trabajo.

 

Vamos a crear empresas para sanear ríos. Pero muy bien, lo ideal es que no hubiere esas consecuencias, lo ideal es que el sistema no destruyera los ríos para no tener que limpiarlos, lo ideal es que no hubiese emisiones para que no tener agujeros en la capa de ozono y pudiésemos comer nuestros alimentos sanos sin transgénicos, no crear empresas para solventar eso. Es la dialéctica del terror como lo es el sistema capitalista.

 

De manera que son pocas las esperanzas, sin embargo, tenemos que cifrar esperanzas en todos y en todas. Al menos Estados Unidos ha vuelto al Acuerdo de Paris, es muy inestable que Washington lleve el liderazgo de los procesos climáticos porque discuten un acuerdo, lo firman, después no lo suscriben como el Protocolo de Kyoto. Luego discuten otro, lo suscriben, luego se retiran y después vuelven.

 

No podemos hacerlo, el liderazgo tiene que estar aquí en los pueblos del sur, del sur global, el liderazgo tiene que estar en los movimientos sociales, tiene que estar en los pueblos hechos gobierno, como el Gobierno de Bolivia, de Venezuela, Cuba, Nicaragua, entre tantos otros.

 

Por eso, queridos compañeros, cuando se habla de ecocidio, y felicitamos que hayan legislado contra el ecocidio, como también lo que anunciaba esta mañana el compañero presidente Arce para la protección de la fauna, un decreto para la eliminación de los transgénicos que fueron permitidos por la dictadura, el gobierno de facto que estuvo aquí, también se ha aprobado y hay que felicitarlos.

 

Pero también, no consideremos nunca como especie humana separarnos de la madre naturaleza; si hay un ecocidio en consecuencia hay un genocidio y viceversa, si hay un genocidio también hay un ecocidio porque nosotros también somos Pachamama, solo que el sistema capitalista, los Odoshas de los Yekuana han querido distanciarnos de nuestra madre, por eso el reencuentro que ustedes están proponiendo. Tenemos que reecontrarnos, abrazarnos y sentirnos raíces de nuestra Madre Tierra y ese es el gran reto que tenemos.

 

Sin lugar a dudas, habría que plantearse como lo dijo, incluso he de reconocer una muy buena intervención de todos los ponentes; europarlamentaria, el compañero de Nigeria, pero el Cardenal Barreto decía grandes verdades en nombre del Santo Padre Francisco y, él lo decía, este sistema ya fracasó, no lo está diciendo Luis Arce ni Nicolás Maduro o lo dijo Evo Morales o Hugo Chávez, lo está diciendo su Santidad el Papa, el sistema capitalista salvaje fracasó.

 

Nosotros no podemos esperar que se tomen unas medidas y creer que entonces los consumidores en el norte global van a consumir menos, van a dejar de consumir unos determinados productos; no, eso no va a ocurrir, incluso la perversión de las normas del sistema que se ha creado en Naciones Unidas permite que, por ejemplo, si un país del norte que contamina mucho dice que va disminuir sus emisiones y un país del sur está construyendo una industria que es lamentablemente contaminante, pero que la requiere como la requirió ese país del norte en su momento, el país del norte le dice al país del sur: No, no la construyas, yo te pago para que no la construyas, yo te pago para que no extraigas ese petróleo, pero yo sí lo hago en el norte. Tú no emites contaminación pero esa cuenta me la llevo yo, yo te pago por ella. Hasta ese punto se ha cosificado la naturaleza, se ha convertido en mercancía, cuando es nuestra madre, no es una mercancía.

 

Por eso, queridos compañeros, compañeras, tener plena conciencia de que la solución no son pequeñas medidas paliativas, no son pequeños acuerdos, háganse, ojalá que lograran disminuir emisiones, insisto, y que no aumente la temperatura. Por el camino que vamos a aumentar tres grados en los próximos años y va a ser nefasto para la humanidad, desertificación, inundaciones, desaparecerán islas, sembradíos, pero si ellos aprueban esas medidas entonces no van a ser 3 sino 1 o 1,5 grados, ese no es el objetivo, con el sistema capitalista no hay manera de cumplir los objetivos de la humanidad.

 

En consecuencia, lo que debemos hacer es dar, como lo ha hecho el Papa Francisco, por agotado el sistema capitalista y decidirnos a emprender otro sistema donde las relaciones humanas, las relaciones de producción, las relaciones con la Madre Tierra tengan que ser profundamente distintas, y diremos: ¡Qué difícil! ¿Cuánto tiempo nos va a tomar? Sí, es difícil pero también era difícil destruir a la Madre Tierra como la han destruido y llevarla a estos niveles de contaminación y lo hicieron. Así que a nosotros nos corresponde esa batalla dura, pero tendremos que hacerla y por eso estar en La Paz, en el corazón de nuestra América del Sur, de nuestra Abya Yala, es tan importante. Hay darle una señal al mundo distinta a la que están dando en Washington o en las Naciones Unidas.

 

Nosotros estamos seguros de que no se puede seguir maquillando, insisto, el sistema capitalista; esas medidas los van maquillar, queridos embajadores, con todo respeto, yo sé que en algunos de sus países son defensores del sistema capitalista, pero esas medidas de maquillaje del capitalismo se van a ver bonitas, pero va a seguir siendo un asesino, un asesino bonito.

 

Es además un asesino de cuello blanco; las grandes corporaciones, gobiernos que no son gobiernos del pueblo aunque tengan constituciones, aunque haya elecciones, aunque se digan democráticos pero no mandan, mandan las corporaciones sobre ellos, son las corporaciones las que legislan, nombran ministros, son las corporaciones las que imponen la tecnología, no son los pueblos, son las corporaciones.

 

Las corporaciones deben dejar de mandar en el mundo, tienen que mandar los pueblos, tiene que haber verdadera democracia donde manden los pueblos, donde manden la mayoría. En 2009, y ya con esto quiero ir cerrando, Bolivia fundamentalmente acompañada siempre de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, aquí está su secretario ejecutivo, Sacha Llorenti, logró que en Naciones Unidos se reconocieran los derechos de la Madre Tierra. Recuerdo la tarea titánica de Evo Morales, aquella Cumbre en Copenhague donde Hugo Chávez y Evo Morales tuvieron que dar una pelea casi solos porque un grupo de países europeos y norteamericanos pretendían firmar a espaldas del resto de Estados, los términos de aquel primer protocolo para el cambio climático.

 

Uno recuerda, como lo decía el comandante Chávez, que estaban los pueblos afuera allá en Copenhague, Dinamarca; hicieron un perímetro no sé de cuantos kilómetros para que no se acercaran los pueblos a aquella cumbre, y los pueblos gritaban detrás de la barrera, detrás de los policías, detrás de la represión: “No cambiemos al clima, cambiemos el sistema”, y hoy aquí veo a los pueblos adentro en el auditorio, aquí está el pueblo de Bolivia acompañándonos, no está afuera, está adentro del auditorio, está participando de sus políticas, está cambiando el sistema el pueblo de Bolivia.

 

En consecuencia, queridos compañeros, queridas compañeras, solo para terminar, nos corresponde entonces demostrar que si cambiamos el sistema dejaremos de ser los Odoshas, los malos, podremos demostrarle a nuestra Madre Tierra que no somos una plaga, que no fuimos inoculados desde otro planeta. Hay quienes creen en esa tesis, que el ser humano no pertenece a este planeta y que vino a destruirla porque de qué otra manera estos analistas entienden la conducta del ser humano contra su propia madre, hermanos y hermanas, contra la fauna y la humanidad también. Pero no, sí somos hijos de la Pachamama, no tenemos mucho tiempo para ello, no tenemos 200 años.

 

Si no tomamos las medidas, si no tomamos las grandes decisiones políticas, económicas, de reversión del sistema capitalista y la construcción de un sistema post capitalista nuestros hijos no tendrán comida, no tendrán agua, no tendrán oxígeno; así que nos corresponde queridos compañeros hacerlo definitivamente hoy.

 

Desde la República Bolivariana de Venezuela felicitamos y, por último, quería ya que va a intervenir ahora incluso el Secretario General de las Naciones Unidas y personas muy importantes del mundo de las Naciones Unidas, yo me atrevería a proponer, no sé si pronto pudiese ocurrir, pero a partir de esa declaración de los derechos de la Madre de la Tierra de 2009, que esta Carta de las Naciones Unidas que es de 1945, que no ha sido tocada ni enmendada nunca, nosotros la respetamos y la queremos, pero creemos que debería ser enmendada para contemplar en la Carta Fundacional de las Naciones Unidas los derechos de la Madre Tierra.

 

Muchas gracias, buenas tardes.