Discurso del canciller Jorge Arreaza durante el Segmento Ministerial del 62° Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONUDD - MPPRE

Discurso del canciller Jorge Arreaza durante el Segmento Ministerial del 62° Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONUDD

Discurso del canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza, durante el Segmento Ministerial del 62° Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes (CND) de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito

Viena, 14 y 15 de marzo de 2019

Gracias Señor Presidente

En primer lugar, permítame felicitarlo en nombre del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, por su elección para dirigir estas importantes labores como presidente de este 62° Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes, reconociendo a la misma como el único órgano normativo en materia de fiscalización internacional de estupefacientes y sustancias psicotrópicas, dentro del sistema de Naciones Unidas.

Mi país se asocia a la declaración leída por el embajador, su Excelencia el señor Omar Amer Youssef de Egipto en nombre del Grupo G77+China.

Sr. Presidente

Hace 10 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió para adoptar compromisos específicos que guiaran las acciones de los Estados para combatir el problema mundial de las drogas, convocándonos hoy para dar cuenta de estos 10 años.

Aunque existen pequeños progresos, si contemplamos el panorama general, el impacto de las drogas en la seguridad y el desarrollo, la valoración en todo caso no es favorable, por no decir es lamentable. Según las cifras de la ONUDD, no existe una reducción a escala mundial del cultivo de opio, de la coca o del cannabis en los últimos 10 años.

Los datos y estadísticas demuestran que seguir combatiendo las manifestaciones del problema de las drogas sin comprender su verdadera naturaleza, no nos conduce al objetivo trazado y ante ello es necesario replantear el modelo y considerar este problema en su dimensión de salud humana, en consonancia con el cumplimiento de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Tenemos que ir a las verdaderas causas, a los orígenes del problema.

En Venezuela hemos venido implementando un modelo que promueve el desarrollo integral del ser humano y permite disminuir los factores de riesgo asociados al consumo indebido de sustancias ilícitas, priorizando siempre la población más vulnerable: los niños, niñas y adolescentes. Esta política tiene una expresión tangible en más de 580 mil actividades realizadas desde el año 2009 dirigidas a las comunidades, centros educativos, niñas, niños, jóvenes y personas privadas de libertad; se refleja también en el sistema público y gratuito para la atención y tratamiento de adicciones que a partir del año 2011 ha atendido a más de 40 mil personas los 178 centros nacionales.

Asimismo, el Fondo Nacional Antidrogas ha financiado desde el año 2009, aproximadamente, 6.000 planes, programas y proyectos que apuntan a la prevención integral de la comunidad organizada y ha financiado proyectos de prevención de aparición de cultivos, control y comercio de sustancias químicas, incautación de drogas y aplicación de medidas para evitar la penetración al sector económico y financiero de capitales originados en actividades ilícitas.

En el ámbito del control de la oferta, en los últimos 10 años se han realizado 72.000 procedimientos y 200 operaciones antidrogas, logrando destruir más de 300 laboratorios para el procesamiento de clorhidrato de cocaína y casi igual cantidad de pistas no controladas para el arribo y despegue de aeronaves; esto último, gracias a nuestro Programa de Defensa del Espacio Aéreo, reconocido por la JIFE en su informe del año 2017.

Sin embargo, Sr. Presidente

Pese a los avances mostrados a nivel nacional, nuestra región no escapa de las estadísticas negativas de la ONUDD. En primer lugar, el problema de las drogas se ha constituido en uno de los mayores problemas de seguridad de América Latina, así lo avalan las cifras de este organismo.

Hoy, de acuerdo con el informe de la ONUDD del 2018, 146.000 hectáreas equivalentes al 69% del total de hectáreas que se dedicaron en 2016 al cultivo de coca en el mundo, se encuentran en Colombia, aumentando en consecuencia la producción de cocaína a niveles sin precedentes; 60% del total mundial. Los datos del 2017 demostraron que esta situación no mejoró, pues el cultivo de coca aumentó de 146.000 hectáreas a 171.000 hectáreas.

Sr. Presidente

Según el informe del Cocaine Signature Program (CSP), de la DEA del 2018, Colombia sigue siendo la principal fuente de la mayoría de la cocaína incautada y probada en los Estados Unidos con aproximadamente el 93%, lo cual demuestra que mientras exista un gran número de consumidores, siempre habrá quienes quieran cubrir esa demanda.

Hay aproximadamente 30 millones de consumidores en Estados Unidos. La droga que se produce en Colombia, con la DEA como vigilante, con bases militares con presencia de tropas estadounidenses, termina en la sangre, las neuronas y las tumbas de jóvenes estadounidenses. 70 mil muertes por año, 200 por día, 8 por hora ¿Cómo ocurre esto? ¿Cómo puede salir la droga que se produce en Colombia y llegar a los Estados Unidos sin que sea detectada por los sistemas de seguridad del país más poderoso de este planeta?

La guerra contra las drogas ha sido una propuesta costosa en términos sociales. Esta guerra en algunos países de nuestra región incluyó no sólo la policía ordinaria sino también, dio paso a la instalación de bases y operaciones militares, que parecen más un pretexto para tener tropas y control territorial sobre la región, que verdaderamente una política para combatir el narcotráfico.

Asimismo, el impacto social del narcotráfico y el paramilitarismo sobre la región es dramático. Huyendo de la violencia que generan estas actividades más de 5 millones de colombianos han buscado cobijo en Venezuela y, según cifras de ACNUR, en Colombia se encuentra la mayor concentración de desplazados internos del mundo con más de 7,7 millones de personas.

Conscientes de esto, mi país ha mantenido el estatus otorgado por las Naciones Unidas que reafirma que: no somos un país productor, no somos ni tenemos endémicamente un problema de tráfico de drogas, no somos un país con alta prevalencia en el consumo, no somos un país donde se legitiman los activos provenientes de la droga, ni tampoco nuestro sistema financiero se aprovecha de la legitimación de capitales. Sin duda alguna, el narcotráfico es una de las fuentes de acumulación y generación de riquezas que está llena de sangre y que es parte inherente del sistema capitalista, es inherente al capitalismo.

Si efectivamente favoreciéramos visiones integrales y nos apartáramos de las visiones parcializadas para enfrentar el tráfico ilícito de drogas la historia de la humanidad seria otra.

Corresponde a nuestros Gobiernos el logro de ambos objetivos: proteger un bien público (la salud), y poner coto a uno de los males públicos más importantes del mundo (el delito) y esto sólo puede hacerse en el marco del multilateralismo.

No obstante, observamos con preocupación el socavamiento de las bases de la multilateralidad soportada en la carta que rigen sus principios, con el uso de medidas coercitivas unilaterales sobre algunos Estados y en ocasiones secundadas por países satélites, restando el sentido y fin de espacios de importancia como el de esta Comisión u otros foros de Naciones Unidas.

Hoy, el modelo multilateral está en riesgo y el asedio contra Venezuela, por ejemplo, es una muestra de ello. Mi país ha venido denunciando ante las instancias internacionales y lo reitera ante este foro que el Gobierno de los Estados Unidos ha amenaza a nuestro pueblo con una agresión militar, con el uso de la fuerza, violando la Carta de las Naciones Unidas.

Las acciones económicas ilegales, coercitivas y unilaterales de los Estados Unidos han conllevado a pérdidas de entre 200 y 300 mil millones de dólares en los últimos 4 años en Venezuela, 50 mil millones directamente en activos y el dinero bloqueado de mi país fuera de nuestro territorio.

Desde que el presidente Maduro asumió el cargo Estados Unidos aumentó la promoción de acciones desestabilizadoras dentro y fuera de nuestro país ¿En qué beneficia este bloqueo a la capacidad nacional de Venezuela para luchar contra las drogas? ¿En qué beneficia la disminución del ingreso nacional para poderlo invertir en la lucha contra las drogas si estos países pueden pretender hacer lo que les dé la gana?

Sr. Presidente

Para terminar, hacemos un llamado a promover el espacio multilateral como mecanismo de solución de diferencias entre los países.

Venezuela está convencida que ningún conflicto internacional debe ser resuelto de manera unilateral. Reiteraremos nuestra firme convicción de que este desafío universal, como es el problema del uso indebido de drogas, requiere del ejercicio del multilateralismo que debe ser cooperativo y corresponsable, que permita abrir y fortalecer los espacios de diálogo y reconocimiento, una responsabilidad compartida pero, por supuesto, diferenciada. Un multilateralismo cooperativo en lo global y el Estado de derecho en lo nacional, éstas son las mejores garantías para asegurar a la comunidad internacional una solución estructural, integral y respetuosa de los derechos humanos y solución al problema mundial del uso indebido de las drogas.

Insistimos, vayamos a las causas, frenemos la industria del narcotráfico como herramienta que usa el sistema económico que se ha impuesto en nuestro planeta y que amenaza con liquidar el futuro de la humanidad.

Muchas Gracias.