Discurso del Canciller Arreaza ante el Consejo de Seguridad de la ONU - MPPRE

Discurso del Canciller Arreaza ante el Consejo de Seguridad de la ONU

Discurso del Canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Jorge Arreaza, ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas

Nueva York, 26 de febrero de 2019

Sr. Presidente:

En primer lugar, quiero agradecerle la convocatoria de esta reunión, que habría que reconocerle, para ser francos, a la delegación de los Estados Unidos. Esta reunión nos permite una vez más poder decir la verdad sobre lo que ocurre en la República Bolivariana de Venezuela. Hay que hacer un ejercicio de paciencia ante las intervenciones de los países occidentales cargadas en algunos casos de imperialismo y de interferencia en los asuntos internos, y en otros, de una soberbia colonial que pensábamos había desaparecido del Consejo de Seguridad.

En primer lugar, les extendemos el saludo del Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Sr. Nicolás Maduro Moros, y del pueblo de Venezuela, que está siendo sujeto a una agresión internacional. Sí amerita que esto se discuta aquí en el Consejo de Seguridad. Cuando países poderosos y otros países que se subordinan a ese país —y me estoy refiriendo a los Estados Unidos y a Colombia—organizan una agresión contra la soberanía de un pueblo libre como el de la República Bolivariana de Venezuela, estamos hablando de un tema que indiscutiblemente pone en riesgo la paz y la seguridad de nuestra región, que es parte de la paz y la seguridad internacionales, y de un proceso en el que se ha violado en todas sus partes la Carta de las Naciones Unidas.

 Permítaseme, con mucho respeto, decirle a la Secretaria General Adjunta Rosemary DiCarlo que su explicación ha sido sesgada. Ha colocado o difundido la información de una fuente. Por cierto, una vez más con todo respeto, digo que esa información no coincide en absoluto con lo que conversamos en las tres reuniones que tuvimos con el Secretario General, Sr. António Guterres.

Nosotros denunciamos al Gobierno de los Estados Unidos por organizar, financiar y liderar esta grosera agresión contra Venezuela, que comenzó hace muchos años. Hay algunos países donde se generan escándalos porque dicen que otro país intervino en sus campañas electorales. En Venezuela la intervención de los Gobiernos de los Estados Unidos ha estado ocurriendo desde el día en que la revolución bolivariana llegó al poder el2 de febrero de 1999 —todos los días, todas las horas y todos los minutos de estos 20 años que han transcurrido.

También aprovechamos la oportunidad para denunciar aquí —según la información que nos han dado países amigos como Cuba y la Federación de Rusia—la movilización de tropas militares en el Caribe y la compra de armas en Europa Oriental para dirigirlas a la oposición radical venezolana y generar una intervención en Venezuela. En el caso venezolano siempre se ha apelado desde los Estados Unidos y los centros de poder occidentales a la necropolítica, a la política de la muerte.

Este fin de semana hubo una operación bien orquestada para violentar, para violar la sagrada soberanía del territorio de la República Bolivariana de Venezuela. Nuestra fuerza armada nacional bolivariana y nuestra policía nacional bolivariana pudieron contenerla sin el uso de ningún tipo de fuerza letal, y por eso ustedes han visto que en los dos puentes principales entre Venezuela y Colombia —entre el estado Táchira y el departamento de Norte de Santander— se utilizaron bombas lacrimógenas, así como métodos progresivos y diferenciados del uso de la fuerza pública. ¿Saben de dónde vino la agresión? Vino desde Colombia. ¿Y esos bandidos que dicen ustedes son del régimen de Maduro? No, señores, vienen de Colombia. Si son colombianos o venezolanos, no lo sé, pero estaban atacando a la fuerza pública de la República Bolivariana de Venezuela con el auspicio y la protección de la policía de Colombia.

Esta foto muestra al hombre que mediante el método incendiario de las bombas molotov incendió el camión con ayuda humanitaria —esa famosa imagen que sale en los medios de comunicación. Allí está el camión quemándose y, cuando se inspeccionó, resulta que no solo contenía comida o medicamentos, sino también herramientas para barricadas, guayas, alambres y clavos para fabricar armas, de las que en Venezuela estamos acostumbrados a que utilice la oposición radical venezolana. Ahí están las pruebas; los miembros pueden ver los videos. Ese camión se incendió en el puente.

Aquí están lanzando los cócteles Molotov para incendiar la ayuda humanitaria. Pero también hubo heridos. La mayoría de los heridos —y, caramba, los medios de comunicación no se enteraron— son oficiales, soldados y policías de las fuerzas de seguridad de Venezuela. Aquí tengo el reporte.

Esta foto es de un autobús ya en territorio venezolano, haciendo que esto sea más bien un asunto interno. Pero esos bandidos o masked thugs que lo quemaron no son chavistas; son de la oposición venezolana que, como lo hizo en 2014 y en 2017, tuvo al país en llamas, por ejemplo, durante cuatro meses en 2017. Y nunca hubo una condena de ese hecho por ninguno de estos países.

Aquí están ellos, en el puente en el lado colombiano —de ahí podemos ver Inmigración Colombia— protegidos por las fuerzas de seguridad colombianas. Allí están ellos.

Aquí se puede ver la utilización del emblema de la Cruz Roja sin autorización del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja o del Comité Internacional de la Cruz Roja. Esto fue denunciado por la Cruz Roja y ocurrió en Colombia.

Esto es debajo de uno de los puentes, donde están fabricando armamentos caseros y bombas Molotov —por cierto, con gasolina venezolana que se llevan de contrabando para Colombia. Aquí está la realidad, lamentablemente. Allí se ve la fuerza pública. Pueden observar dónde estaba la barrera venezolana. El camión se quemó aquí, y de allí estaban lanzando bombas Molotov.

Pero qué fácil es decir que Maduro masacró al pueblo y que Maduro mandó a quemar el camión con ayuda humanitaria. Además, llegaron a decir que estaba violando los Convenios de Ginebra sobre el derecho internacional humanitario. Por Dios, entonces eso es hipocresía. Esto es lo que había en el camión: guayas y clavos. Cuando se quemó el camión y lo revisaron las fuerzas de seguridad, eso es lo que había en el camión. ¿Para qué era? Para hacer barricadas en el estado Táchira e incendiar Venezuela.

Y esta es la última foto. Yo le preguntaría al representante del Reino Unido: ¡Caramba, qué casualidad! Este buque de guerra, ¿qué hace a pocas millas de una isla del Caribe de Venezuela? ¿Qué hace ahí este buque de guerra que llegó el sábado? O: ¿por qué se reunió el Comandante del Comando Sur de los Estados Unidos con el jefe de las fuerzas armadas de Colombia en Bogotá para hablar de la ayuda humanitaria a Venezuela? ¿De cuándo acá los militares de otros países se reúnen para hablar de ayuda humanitaria? Se tienen que reunir las organizaciones humanitarias, las organizaciones que hacen ese trabajo como su fin y su principio, no los militares.

¿Y todos los mensajes que mandaron el Sr. Trump directamente, el Sr. Pence, el Sr. Bolton, el Sr. Pompeo, el Sr. Marco Rubio, el Sr. Duque y el Sr. Guaidó? Esa es la cadena de mando, en ese orden, de la intervención contra Venezuela para que los militares venezolanos se sublevaran y rompieran su juramento con esta Constitución.

¿Cuántos fueron? Pierdo la cuenta de los tuits del Sr. Bolton, con un lenguaje gansteril, agrediendo la dignidad del pueblo venezolano, de nuestros militares, de la militancia de las fuerzas revolucionarias. Es una cosa de verdad increíble. Pero, como le dije al Sr. Elliott Abrams en la última reunión que sostuvimos aquí mismo, en Nueva York (véase S/PV.8452), el golpe de Estado fracasó. Este, el del sábado, fue el último capítulo del golpe de Estado. Aquí les gusta decir “lean mis labios”,  read my lips, fracasó, its fail).

Es momento de que volvamos a la sindéresis, de que se respeten la ley internacional y la Constitución venezolana. Estamos esperando que los miembros de la oposición venezolana —el Sr. Guaidó o cualquier otro— decidan quién será el que se sentará con el Gobierno constitucional de Venezuela para que podamos, entre los venezolanos, construir nuestra propia solución, sin injerencias, sin interferencias y sin intervención de nadie, y mucho menos de los Estados Unidos. Ojalá que la Casa Blanca dé autorización al Sr. Guaidó y a los señores de la oposición venezolana para sentarse con el Gobierno y poder construir una solución a cada coyuntura política que se presente en Venezuela, por medio del diálogo y de la negociación. México, el Uruguay y los países de la Comunidad del Caribe han propuesto el Mecanismo de Montevideo. Estamos sentados aquí; dígannos cuándo tenemos que ir a México, o a Montevideo, o a Bridgetown, y nos sentaremos, sin agenda y con nuestra Constitución en la mano. ¿Hay elecciones? Puede ser. ¿Hay otras soluciones posibles? Puede ser. Para eso tenemos una Constitución muy rica.

También la Unión Europea y algunos países latinoamericanos diseñaron un mecanismo al que llaman Grupo de Contacto Internacional. Bienvenido sea. Nos hemos reunido con ellos. Yo me reuní cuatro horas: dos personalmente con mi equipo y luego con la Vicepresidenta, con una delegación que enviaron a Caracas la semana pasada. Les dimos abrazos y les dijimos gracias. Y ahí acordamos también un mecanismo para la asistencia técnica humanitaria de la Unión Europea a través de las Naciones Unidas para Venezuela, aunque esto no fue noticia en ninguna parte. Pero, como han dicho varios miembros del Consejo, ese Grupo de Contacto quiere imponer el resultado del diálogo. Quiere imponer una sola solución posible. Por cierto, me extrañó ver a algunos países de la Unión Europea discrepando de la Alta Representante Federica Mogherini, quien calificó esta supuesta ayuda humanitaria de politizada y dijo que la Unión Europea no se involucraba, ya que no se cumplían los criterios de humanidad, imparcialidad, despolitización e independencia que los organismos humanitarios deben otorgar a la ayuda para que tenga ese carácter. No pudieron ni podrán.

Tenemos que denunciar el uso del territorio de Colombia para agredir a Venezuela. Nos duele porque, hace 200 años, el libertador Simón Bolívar y los llaneros venezolanos estaban atravesando los Andes y sacrificando sus vidas para luchar por la libertad de la Nueva Granada, hoy República de Colombia. Lo hicieron, y no se quedaron con ningún botín, ni con territorios. Regresaron luego al territorio venezolano. El Consejo de Seguridad no está aquí para hacer la guerra, ni para crear las condiciones para que otros hagan la guerra.

El Consejo de Seguridad no está aquí para avalar violaciones flagrantes a la Carta de las Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad está aquí para garantizar la paz y la seguridad internacionales y preservar a las generaciones futuras del flagelo de la guerra. Preservemos a Venezuela, a la generación presente, del flagelo de la guerra porque la amenaza se presenta hoy.

Así como el Embajador de la Federación de Rusia ha hecho una propuesta, nosotros, con mucho respeto, pediríamos, o más bien demandaríamos al Consejo de Seguridad que acuerde y suscriba una resolución en la que se rechacen la amenaza del uso de la fuerza y el uso de la fuerza en sí mismo contra la República Bolivariana de Venezuela. Que se descarte esa opción por completo, porque el Sr. Trump, el Sr. Pence, el Sr. Bolton, el Sr. Pompeo, el Sr. Marco Rubio, el Sr. Guaidó y el Sr. Duque la ponen sobre la mesa. Ahí está el Sr. Pence diciendo: (continúa en inglés) “Todas las opciones están sobre la mesa”. (continúa en español).

Ahí está el Sr. Bolton diciéndolo y ahí está el Sr. Marco Rubio diciéndolo. Miren esto: después de 40 tuits contra el Presidente Nicolás Maduro, el Sr. Marco Rubio, ¿este señor puede representar al pueblo de los Estados Unidos o al pueblo de la Florida? ¿Esos son los valores del pueblo de los Estados Unidos, llamar al asesinato de un Presidente? Porque en el contexto, evidentemente, eso es lo que significa, y él lo hace y no ocurre nada. El famoso Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, dijo de los acontecimientos del sábado: “Me obligan a tomar una decisión: plantear a la comunidad internacional de manera formal que debemos tener abiertas todas las opciones para lograr la liberación de esta patria que lucha por seguir luchando”. “Todas las opciones”. ¿Qué está diciendo él con eso? Dice: “Queremos una intervención militar contra mi propio país”. Debe de ser que no tiene a su familia ni a sus amigos en su país, porque cuando las bombas caigan en Venezuela no van a diferenciar entre quién es chavista y quién no, o entre quién es rico y quién es pobre. Lo hemos visto en el Iraq, en el Afganistán, en Libia, en Siria y en tantos otros países. Por donde pasan los Estados Unidos dejan una crisis humanitaria. ¿Quién responde por esa crisis humanitaria?

Estaban diciendo que el Presidente Maduro, el sábado, lo estaba celebrando. Ese es un cinismo total. Los Estados Unidos destruyen países. Los Estados Unidos invaden países, alegando que hay armas de destrucción en masa. Muere 1 millón de personas en ese país y lo celebran. Los Estados Unidos ven que linchan vivo a un Jefe de Estado, como Muammar Al-Qadhafi, y luego la Secretaria de Estado del momento se ríe de eso y lo celebra. ¿Eso no es cinismo? ¿Cuántas personas murieron en Venezuela? Se esperaba una tragedia. Lo tenían preparado, como hicieron tantas veces en la historia de estos 20 años. Como ocurrió en 2002, con francotiradores pagados por los Estados Unidos y la oposición para justificar el golpe contra el Presidente Hugo Chávez. Tenían preparado todo un espectáculo para que hubiera muertes y responsabilizar a Maduro. Les salió mal. Sin embargo, le echan la culpa a Maduro, Sra. DiCarlo. “Sí, murieron unas personas en Santa Elena de Uairén: estamos investigando los hechos”. Fue un grupo de personas armadas de la oposición a tratar de tomar una unidad militar, y se las contuvo con el uso progresivo y diferenciado de las herramientas de la policía para evitar que el orden público se viera perturbado. ¿Qué ocurrió? ¿Cómo murieron esas personas? “Estamos investigando todos los hechos”, pero de una vez ya acusan, ya juzgan, ya tienen la autopsia en la mano. Es algo de verdad humillante.

Permítaseme continuar. ¿Qué pedimos en esa declaración? Rechazar la amenaza y el uso de la fuerza contra Venezuela. Podría ser que con eso fuera suficiente, pero además, según la Carta de las Naciones Unidas, se deberían rechazar el bloqueo y el robo de los recursos y activos de Venezuela, algo que hace sufrir al pueblo venezolano y que aquí se ignora. Desde agosto de 2017 hasta el día de hoy el costo es 30.000 millones de dólares. Además, 15.000 millones de dólares es el valor de Citgo, la empresa que se confiscó, que nos robaron con el pillaje colonial e imperial de los Estados Unidos. Hay 1.200 millones de dólares en oro venezolano en el Banco de Inglaterra. Hay 1.400 millones de dólares en una intermediaria belga, Euroclear, más decenas de miles de millones de dólares que están en los bancos bloqueados. Hoy en día, para poder importar a Venezuela hay que pagar seguros de guerra. ¿No está pasando nada en mi país? En mi país la gente está trabajando, está yendo al colegio, está yendo a las universidades, está yendo a la playa; vienen los carnavales… Tenemos mayor abastecimiento que el año pasado y que el año anterior. Sobre los precios, sí, tenemos un problema de inflación, pero ya comenzamos a ver algunas luces, a ver que se comienza a controlar el mercado cambiario y algunos precios se estabilizan. Sin embargo, hay que decir que “la situación está empeorando dramáticamente, cada día es peor y hay que intervenir en Venezuela”. El Consejo está partiendo de mentiras, y eso no pueden avalarlo las Naciones Unidas.

Nosotros lo decimos con toda la firmeza del caso: fue una operación de propaganda la que vimos el pasado sábado. ¿Será mucho pedir al Consejo de Seguridad que, al menos, todos los aquí presentes firmen y suscriban una resolución oponiéndose al uso de la fuerza en el caso de la República Bolivariana de Venezuela? ¿O tenemos que ayudar a que los Estados Unidos dejen todas las opciones sobre la mesa y a que el Presidente Trump, un buen día, para ganar Florida —porque nosotros somos producto de la política interna también— nos utilice en la política doméstica electoral de los Estados Unidos? Necesitan el voto cubano-estadounidense, y lo consiguen ¿atacando a quién? A Cuba, a Venezuela y a Nicaragua. Ideologizan la política internacional, la política exterior, para que el Sr. Trump, si es que llegara a ser candidato— y él pretende serlo— pueda garantizar Florida, y para hacerlo tienen que atacar a Nicolás Maduro, y si le va muy mal en su campaña y hay muchos escándalos que comprometan su integridad como Presidente, tal vez decidan entonces lanzar una operación militar contra Venezuela, y aquí lo están avalando algunos países, y lo dicen abiertamente. El Sr. Bolton ha dicho que es por petróleo, lo ha dicho reiteradamente, así como ha dicho el Sr. Trump: “Tenemos que tener un botín cuando intervengamos; no podemos solo intervenir, matar gente, quedarnos con el control político del Gobierno. No, necesitamos quedarnos con territorio, con recursos, como eran antes las guerras.” Entonces, en el caso de Venezuela, es el petróleo, y el Sr. Bolton ya ha dicho que van a ir las empresas de los Estados Unidos a producir petróleo y a llevarse el petróleo de Venezuela. !Por Dios!

Venezuela fue agredida, y los voceros, incluyendo a algunos del sistema de las Naciones Unidas, pretenden hacer ver que nosotros fuimos los agresores este fin de semana. De verdad que, en algunos casos, es hasta doloroso. Nuestra policía nacional bolivariana, nuestra guardia nacional bolivariana y nuestra fuerza armada nacional bolivariana, en un gesto de estoicismo, de prudencia y de proporcionalidad, pudieron contener la locura, pero es más fácil decir: “Maduro masacró”, “Maduro quemó”, “Maduro mató”. ¿No es más sencillo? ¿No es mejor para el guion para justificar la guerra? El Sr. Trump ha amenazado a los migrantes con que si llegan a la frontera sur de los Estados Unidos les van a disparar con armas de fuego. ¿Y quién dice algo?

El Sr. Trump ha declarado una emergencia humanitaria en el sur de los Estados Unidos para que sus contratistas amigos puedan construir un muro racista. Si realmente hubiese una emergencia humanitaria, ¿qué ocurriría si Cuba, Venezuela y Nicaragua armaran un convoy y trataran de forzar la entrada por la frontera sur para que llegase asistencia supuestamente humanitaria a la población del sur de los Estados Unidos, donde, según su Gobierno, hay una emergencia humanitaria? ¿Qué ocurriría? ¿Qué ocurriría con quienes intentaran hacerlo? Pregúntense eso. Esa es mucha hipocresía. Es mucho cinismo junto. Es mucha soberbia junta. Y eso no es lo que este Consejo de Seguridad debería destacar.

En cuanto a los heridos, están el Mayor Ribero Quevedo, Iván Alfredo, con una herida y contusión en el mentón; el Sargento Segundo, herida con una fractura no continuada de la tibia. Funcionarios heridos: un Sargento de Tercera, una Oficial Jefe, Jennifer Yurenti, herida con una contusión en la muñeca. ¡Caramba! Nuestra gente fue herida. ¿Y quién dijo eso? ¿Dónde salió eso en los medios de comunicación? ¿Quién entre los presentes ha dicho eso en las declaraciones el día de hoy? Lo que sucede es que no existimos, como no existieron los casi 10 millones de venezolanos que votaron el año pasado para elegir al Presidente Nicolás Maduro; como no existe, entonces, el chavismo, que representa a más de la mitad del país. Es muy fácil tratar de borrar la historia, pero no se va a poder.

Hubo una operación de falsa bandera en la que, en unas tanquetas de la guardia nacional, con unos militares que desertaron —porque les pagan hasta 20.000 dólares para desertar, he de decirlo, y también andan detrás de los diplomáticos para que deserten— se fueron contra la gente, y casi matan a las personas, incluida una periodista chilena que estaba cubriendo los hechos. ¿Quién dijo aquí algo de eso? ¿Quién denunció eso aquí? Nadie. Fueron recibidos como héroes por el Sr. Duque, por el Sr. Piñera, por el Sr. Guaidó y por el Presidente del Paraguay, cuyo nombre no recuerdo en este momento.

También en cuanto a las operaciones de falsa bandera, ¿saben que en Colombia tienen dos récords? La producción de cocaína —no estoy mintiendo aquí, no pueden desmentirme— y la producción de falsos positivos o de operaciones de falsa bandera, lamentablemente, y eso es lo que se está avalando desde aquí.

Además, yo quisiera que Venezuela quedase fuera del debate interno en los Estados Unidos y su campaña electoral. No puede ser que para ganar el estado de la Florida tengan que agredir a Venezuela. ¿No es mucho el descaro? No obstante, es evidente; lo dicen. ¿A dónde fue el Sr. Bolton a hacer unos anuncios importantes? A Miami. ¿A dónde fue el Sr. Pence a reunirse con la comunidad venezolana y otras y a hacer unos anuncios importantes? A Miami. ¿A dónde fue el Sr. Trump, la semana pasada, a anunciar las sanciones impuestas contra Venezuela? A Miami. Y allí estaban el ex Gobernador y los senadores de Florida, preparando el terreno electoral, y utilizan a Venezuela, y utilizan a Cuba, y utilizan a Nicaragua. Eso no se puede permitir. ¿Dónde dice en la Carta de las Naciones Unidas que eso se puede permitir? Eso no es posible.

El golpe de Estado ha fracasado. Sobre la intervención militar —y he de decirlo— incluso ayer, el Sr. Pence, el Sr. Duque y el diputado Guaidó fueron a pedirle eso al grupo de países cartelizados contra Venezuela, que lleva el nombre de Grupo de Lima —aunque Lima es una ciudad bolivariana muy hermosa, más bien debería llevar el nombre de Washington. En todo caso, hubo un debate allí —tenemos información— y muchos de esos países —hay que reconocerlo— se opusieron al uso de la fuerza y a las intervenciones militares que proponían esos señores para agredir a Venezuela militarmente. El Secretario General tiene que pronunciarse. La Sra. Michelle Bachelet, a quien aspiro a ver en las próximas horas, tiene que pronunciarse. ¿O es que vamos a dejar que se pretenda invadir a un país sin hacer nada preventivamente, utilizando el derecho internacional, no con bombas, sino con el derecho internacional? Creemos que es tiempo para hacerlo. Ratificamos, entonces, la necesidad de una resolución en ese sentido.

E insistimos, ¿cómo se soluciona lo que se puede llamar una crisis institucional? En nuestro caso podemos calificarlo así; incluso yo diría que se trata de un poder, de los cinco poderes públicos que hay en Venezuela —uno de ellos— el que está en conflicto con los otros cuatro, y nosotros estamos dispuestos a sentarnos y a construir soluciones con los Sres. Guaidó y Henry Ramos Allup y con quien quiera sentarse con nosotros. Ellos no se quieren sentar, y dicen: “ya no hay tiempo para el diálogo”, “Maduro se tiene que ir”, “el régimen tiene que cambiar”, “hay que invadir Venezuela”. ¿Por qué no hay un llamado del Consejo de Seguridad y de los distintos voceros de las Naciones Unidas a la oposición venezolana, que es la que no se quiere sentar, porque nosotros ya estamos sentados?

¿Por qué no hay un llamado? Dicen que perdimos el tiempo. En los años 2017 y 2018 estuvimos en negociaciones que procuró el Presidente Maduro. El Presidente Maduro me nombró Ministro de Relaciones Exteriores un día, y el sábado siguiente estaba yo en la República Dominicana, hablando con el Sr. Presidente Danilo Medina Sánchez, hablando con el Ministro de Relaciones Exteriores Miguel Vargas Maldonado, llamando desde allí al ex Primer Ministro Zapatero, llamando desde allí al Sr. Julio Borges, para podernos sentar en una mesa de diálogo. Negociamos durante noviembre, diciembre, enero y febrero, y cuando teníamos todo listo, cuando estaba todo acordado, la oposición venezolana recibió la orden de no firmar lo que se había acordado, y nos hizo perder el tiempo a nosotros, a la comunidad internacional y, peor aún, al pueblo de Venezuela. Sin embargo, dicen que es Maduro el que les hace perder el tiempo con el diálogo. No puede ser que haya tanta mentira.

Es indignante, de verdad, y lo digo con profunda indignación. Yo amo a mi patria. Amamos a nuestro pueblo. ¿Cómo se puede decir que nosotros queremos que el pueblo se muera, cuando la inversión social sin parangón que se ha hecho en la historia de América Latina se ha hecho durante la revolución bolivariana? El pueblo venezolano no sabía lo que era la inversión del petróleo hasta que llegó Hugo Chávez al poder. Y el Presidente Nicolás Maduro, a pesar de la dificultad, a pesar del bloqueo, a pesar de las agresiones, a pesar de los intentos de aislamiento, no ha sacrificado un bolívar, no ha sacrificado un dólar. Seguimos entregando viviendas. En cuanto a la educación, no se ha cerrado ni una escuela, no se ha cerrado ni una universidad. Seguimos promoviendo los derechos sociales de los venezolanos, de forma absolutamente gratuita, hasta donde podemos. La alimentación sigue generándose con subsidios. Hemos generado mil herramientas para redistribuir la renta petrolera y la riqueza nacional y para poder contener la agresión internacional, pero eso nadie lo ve.

Concluyo agradeciendo a los Embajadores de muchos países de los cinco continentes que están aquí, porque se ha creado un grupo, en las Naciones Unidas, en el que, en la última reunión, éramos 60 delegaciones. El espíritu de ese grupo es la defensa de la paz y de la seguridad y de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, y no la defensa de Venezuela. En este caso es para defender a Venezuela, pero si mañana fuera Nicaragua, sería Nicaragua, y si pasado mañana fuese, por alguna razón, Indonesia, sería Indonesia. Rescatando los principios de la Carta y los principios del Movimiento de los Países no Alineados, hemos coincidido en la necesidad de detenerlo. Como dijo el Embajador de Sudáfrica en una reunión del Movimiento de los Países no Alineados: “Hoy es Venezuela. ¿Quién viene después?” (continúa en inglés) ¿Cuál será el siguiente? (continúa en español).

Puede ser cualquiera, si no detenemos hoy la locura de los Estados Unidos y sus pretensiones. A nuestros amigos europeos —y me dirijo al Embajador alemán—: tengo aquí el informe del Bundestag. El Bundestag dice, cuando se le pregunta sobre el reconocimiento del supuesto Gobierno del Sr. Guaidó:

“Por lo tanto, existen razones importantes para estimar que el reconocimiento a un Jefe de Estado interino en el caso presente —es decir, el que se está estudiando— supone una injerencia en los asuntos internos. Así pues, la pregunta de si la injerencia en los asuntos internos en el caso presente ha de ser calificada de injerencia ilícita sigue siendo procedente”.

Y después dice: “El reconocimiento no debe ser prematuro. Es decir, no debe producirse antes de que el nuevo poder estatal se hayan impuesto definitivamente”. Eso es algo que jamás va a ocurrir.

Y prosigue: “El reconocimiento prematuro por sí solo no convierte a un Gobierno en un Gobierno legítimo”.

Por tanto, no tiene efectos en virtud del derecho internacional.

Por otro lado, ese reconocimiento constituye una vulneración del poder estatal legítimo, mediante la cual aquel que reconoce queda expuesto —óigase esto— “a responsabilidad delictiva de derecho internacional y queda además confrontado con serias dudas bajo el aspecto del mantenimiento de la paz”.

No le importó al Gobierno alemán que el Bundestag y su comisión jurídico-científica le diera esa información. Cabe preguntarle ahora al Bundestag, porque resulta que el Sr. Guaidó hizo una interpretación del Artículo 233 de nuestra Constitución. Supuestamente hubo una ausencia absoluta del Presidente Maduro. Es decir, el Presidente Maduro desapareció. Se lo tragó la tierra; el cosmos lo difuminó. No existe. No existieron los 10 millones de venezolanos que votaron. No existen el resto de los poderes públicos. Entonces, ante una ausencia absoluta, la interpretación totalmente ilegal e inconstitucional es que el Sr. Guaidó podía proclamarse Presidente de la Asamblea Nacional y encargarse de la Presidencia de la República por 30 días, dentro de los cuales tenían que organizarse y celebrarse las elecciones.

Esos 30 días eran solo para eso. Más allá de los 30 días, ¿qué tenemos, entonces? Un señor en una Asamblea Nacional que aprobó ilegalmente una cosa que llaman estatuto para la transición, donde dicen que ellos pueden renovar esos 30 días tantas veces como quieran. ¿Dónde está eso en la Constitución? El Presidente Maduro fue encargado de la Presidencia cuando falleció el Comandante Chávez y las elecciones se celebraron en 35 días, y no en 30 porque el Consejo Nacional Electoral pidió cinco días más y la Sala Constitucional y la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia le otorgaron cinco días más para realizar las elecciones.

Entonces ahora se indica en ese estatuto de transición que el Sr. Guaidó es jefe del poder ejecutivo, del poder legislativo, del poder judicial, de los ciudadanos y del electorado. Ahora sí que resulta que Europa y los Estados Unidos reconocieron a un dictador absoluto. Afortunadamente ese Gobierno es una ficción. Es como si fuera el Gobierno de Narnia: no existe. Pero representa un riesgo, porque abre las puertas a esta intervención internacional. Si no fuera tan peligroso, sería chistoso, pero no podemos reírnos. Es un riesgo total. Yo llamo al Consejo a reflexionar.

Discúlpeseme por el tono, pero es que uno se indigna porque uno ama a su patria y a su pueblo, uno ama la paz. Escuchar aquí tantas declaraciones sin sustento y sesgadas a uno también le duele, porque uno aspiraría a que las Naciones Unidas y el multilateralismo fueran los que paren al unilateralismo que los Estados Unidos y la dictadura que los Estados Unidos apoyan pretenden instalar en el mundo. Y yo estoy seguro de que así será. Llamo al Consejo a la reflexión en nombre de mi pueblo y en nombre del Presidente Nicolás Maduro.

Yo le regalé al Sr. Elliott Abrams, en una de nuestras reuniones, este libro: Pueblos libres vencen a imperios poderosos. Sí es posible; lo hemos hecho. Pero nosotros no queremos una guerra para nuestro país. No queremos una guerra en Venezuela. Hay que detener la guerra en Venezuela. Invito a los miembros a que se lo lean. Hay incluso una cita del Sr. Thomas Jefferson. Con esto les juro que finalizo mi intervención, porque sé que me he extendido mucho, pero la leeré para que entiendan la historia de América Latina y de los Estados Unidos. Uno de los padres fundadores —y, por cierto, el Presidente Duque les dio las gracias a los padres fundadores porque ayudaron a la independencia de nuestra República, lo cual es un hecho falso—, el Sr. Jefferson, dijo en 1786: “Nuestra confederación —la de los Estados Unidos— debe ser considerada como el nido desde el cual toda América, así la del Norte como la del Sur, habrá de ser poblada. Mas cuidémonos de creer que interesa a este gran continente expulsar a los españoles. Por el momento, aquellos países se encuentran en las mejores manos y solo temo que estas sean demasiado débiles para mantenerlos sujetos hasta que nuestra población haya crecido lo suficiente para írselos arrebatando pedazo a pedazo”. Esto lo dijo en 1786, antes de la Doctrina Monroe, antes del Destino Manifiesto, antes del corolario de Roosevelt y antes de la doctrina actual imperialista del Presidente Trump. Esa es la historia de América Latina y nosotros, con nuestro pueblo, nuestra dignidad, nuestros campesinos, nuestros pueblos indígenas, nuestras comunas y consejos comunales —con el pueblo venezolano y con nuestro Gobierno— siempre venceremos.

Muchas Gracias.