En nombre del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, intervino este miércoles en la Reunión Ministerial Preparatoria de la Cumbre del Futuro, realizada en Nueva York, donde consideró que este evento, a realizarse el próximo año, debería ser una oportunidad para reforzar el multilateralismo y alcanzar los ideales que sirvieron de base para el establecimiento de la ONU en 1945.
Indicó que también debería ser una oportunidad para reforzar la solidaridad y la cooperación internacional, en aras de la seguridad y el desarrollo común, al tiempo que debería aportar soluciones concretas a la actual crisis multidimensional y a los numerosos retos globales.
La reunión preparatoria forma parte de la agenda del 78° periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El Canciller venezolano precisó que en los últimos meses se han logrado algunos avances sobre una serie de temas a considerarse en el evento, sin embargo, “uno de los ámbitos más críticos, en el que aún queda mucho camino por recorrer, y que es de vital importancia para más de un tercio de la humanidad, es la cuestión de las medidas coercitivas unilaterales.
Se trata de una cuestión que ya no puede ignorarse y que, por tanto, debe abordarse a fondo en un eventual «Pacto para el Futuro», si realmente estamos comprometidos a garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Definitivamente, no es a través de sanciones o coerciones como haremos realidad la promesa contenida en la Carta de las Naciones Unidas”.
Reiteró como Grupo de países amigos siguen firmemente comprometidos a no escatimar esfuerzos para preservar, promover y defender la preeminencia y validez de la Carta de la ONU, así como la naturaleza intergubernamental de la Organización, al tiempo que subrayó que la citada carta fundacional proporciona todas las herramientas necesarias para abordar, por medios pacíficos y de cooperación, los complejos, emergentes y comunes desafíos a los que se enfrenta en esta era la humanidad.
“Necesitamos, eso sí, un mayor cumplimiento de los propósitos y principios consagrados en esa Carta, así como una mayor disposición a dejar de lado excepcionalismos inexistentes y concepciones supremacistas, en aras de permitir que, de una vez por todas, el gran poder del multilateralismo se despliegue, para que la promesa de no dejar a nadie atrás, pueda convertirse efectivamente en una realidad para todas y todos, sin distinciones ni cálculos políticos de ningún tipo”, indicó Gil.
