Beijing, donde la historia milenaria y la modernidad se unen - MPPRE

Beijing, donde la historia milenaria y la modernidad se unen

Beijing, República Popular China.- La historia de Beijing comenzó a escribirse hace más de 3.000 años. En sus calles se respiran aires tradicionales, entre carretas, callejones y estructuras antiguas en las que conviven culturas milenarias y la modernidad propia del vertiginoso desarrollo económico y comercial de la República Popular China.

Denominada tradicionalmente como Pekín, cuyo significado es «capital del Norte», concentra una población de más de 20 millones de habitantes y ocupa una superficie de 16.410 kilómetros cuadrados, caracterizada por una diversa topografía que combina montañas, ríos y llanuras en sus 16 distritos y 2 condados.

Beijing destaca como centro económico y político, además se constituye como sede de numerosas empresas nacionales e internacionales y enclave del desarrollo de la industria de tecnología e innovación, en este último alberga a compañías de renombre en áreas de informática, telecomunicaciones y biotecnología.

Su epicentro cultural es el distrito de Dongcheng, que congrega monumentos, museos y sitios históricos emblemáticos como la Ciudad Prohibida, antes residencia de las dinastías Minq y Quing; Templo del Cielo, centro de adoración para dar gracias por las cosechas; Templo de los Lamas, santuario y monasterio budista tibetano más importante después del Tibet; y Colinas del Carbón, uno de los jardines imperiales de mayor conservación de Beijing.

Además, se encuentra la Plaza de Tiananmén, eje que integra el Mausoleo de Mao Zedong, el Museo Nacional de China y el Gran Palacio del Pueblo, este último sede del gobierno de la República Popular China, donde sucede una de las ceremonias más solemnes de Pekín con la izada de la bandera cada mañana y su arriar al atardecer.

Otro de los símbolos de la civilización antigua es la Gran Muralla, ícono cultural y patrimonial protegido por la UNESCO que, desde 2017, está inscrita como una de las siete maravillas del mundo moderno. Erigida como protección de la frontera norte del Imperio Chino, se extiende por 21.196 kilómetros y está dividida en cinco secciones: Badaling, Mutianyu, Huanghua Cheng y Simatai y Jinshanling.

La gastronomía es el sello de la sociedad pekinesa, siendo el Pato laqueado uno de sus platos más reconocidos por su piel crujiente y carne jugosa. Asimismo, destacan el Jiaozi, especie de empanadas rellenas servidas tanto al vapor como fritas; el Zhajiangmian, fideos de trigo en salsa espesa y picante; y el Mongolian hotpot, un caldo caliente en el que se cocinan diferentes ingredientes directamente en la mesa.

Beijing también ofrece una enorme escena cultural, donde resalta el Teatro de la Ópera, caracterizado por un colorido espectáculo que mezcla música, danza, acrobacia y artes marciales.

En esta línea, se inscribe la experiencia de los hutongs (callejones ubicados en el casco antiguo) que permiten conocer la rutina local y explorar tiendas de artesanía, restaurantes y teatros.

En la identidad pekinesa tienen gran influencia sus festividades tradicionales. Entre las más populares están el Año Nuevo Chino, Fiesta de los Farolillos, Día de los Difuntos o de la Claridad Pua (Qingmingjie), Día de los Enamorados (Qixijie), Fiesta de la Mitad de Otoño o de la Luna Llena y el Día Nacional de la República Popular China, esta última realizada el 1° de octubre.

Prensa Presidencial