En vísperas de cumplirse 86 años del nacimiento de Alí Rodríguez Araque, la Misión Diplomática de la República Bolivariana de Venezuela y el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap) organizaron un acto político-cultural para celebrar la vida y obra del insigne revolucionario, político, guerrillero, abogado y diplomático, quien se desempeñó durante sus últimos años como embajador de la nación bolivariana en La Habana.
En esta ciudad, donde falleció el 19 de noviembre de 2018, no sin antes haber logrado consolidar aún más los lazos de amistad entre los dos países y sus revoluciones, su recuerdo está vigente de manera entrañable, motivo por lo que su natalicio, ocurrido en Ejido, Mérida, el 9 de septiembre de 1937, fue conmemorado en esta actividad que tuvo por escenario la sede central del Icap.
Presidido por el viceprimer ministro de Cuba y comandante de la Revolución, Ramiro Valdés Menéndez; y el embajador bolivariano, Orlando Maneiro Gaspar, el evento fue acompañado por representantes del Cuerpo Diplomático acreditado en Cuba; en particular, el embajador del Estado de Palestina, Akram Samhan, quien mantuvo estrechos lazos de amistad con el “Comandante Fausto” de la guerrilla revolucionaria venezolana contra los gobiernos del llamado Pacto de Punto Fijo.
Asistieron, además, autoridades cubanas gubernamentales, de instituciones culturales y organizaciones de solidaridad, así como numerosos colaboradores y médicos que acompañaron durante los últimos años a quien fue también “hombre de las dificultades”, como lo catalogara el Comandante Eterno Hugo Chávez Frías, pues en etapas complejas del Gobierno Bolivariano asumió, con valor y lealtad, como ministro de Energía, de Asuntos Exteriores, de Economía y Finanzas y de Energía Eléctrica, así como presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) durante el contrarrevolucionario y oligárquico “golpe petrolero”.
En su intervención, el embajador Maneiro Gaspar resaltó las cualidades políticas y éticas que identificaron a Rodríguez Araque y que lo hicieron destacar en el plano diplomático al frente de las secretarías generales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
“Hablar del doctor Alí Rodríguez es hablar de los valores y principios que deben identificar a un verdadero revolucionario”, ejemplificó el jefe de la misión bolivariana.
Vivian Alvarado, cónsul general de Venezuela en La Habana, quien por muchos años acompañó a Rodríguez Araque en numerosas e importantes funciones que le fueron encomendadas, entre estas como embajador en Cuba (durante dos períodos: 2006-2007 y 2014-2018), describió las cualidades y la grandeza del recordado dirigente, testimonio de primera mano de su más cercana colaboradora, y resaltó que Alí reivindicó el valor de la ética y la honestidad.
Asimismo, agradeció al Comandante Valdés Menéndez la ayuda personal que siempre le brindara al siempre guerrillero de las ideas. También a los amigos y colaboradores de Rodríguez Araque, allí presentes, y a los médicos que le asistieron en Cuba, “último paisaje de su vida porque así lo quiso”.
En nombre de Venezuela, los galenos recibieron presentes de esa patria en el acto homenaje.
“Este escenario está pensado para la amistad y para el agradecimiento”, reveló Alvarado el valor de la celebración del cumpleaños, justo en la sede institucional de la amistad con los pueblos, donde el homenajeado confesó sentirse como en casa.
En nombre del Icap, su vicepresidente Víctor Gaute López apuntó las cualidades intelectuales y humanas del recordado diplomático, considerado un renacentista insertado en el siglo XXI, y aseguró que siempre se recordará en Cuba por su apoyo a la Revolución desde aquellos lejanos días en que, muy joven, luchaba contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela.
“En nuestra esencia y nuestro andar revolucionario –aseveró Gaute López– lo recordaremos vivo”.
La emotiva jornada fue iniciada con la proyección de un documental que recoge testimonios de personalidades cubanas y venezolanas, quienes evocaron el valor, inteligencia, grandeza, sencillez y humanidad del exembajador.
Al cierre, un breve concierto fue ofrecido por el Coro Nacional de Cuba, dirigido por la maestra Digna Guerra, con temas musicales del cantautor Silvio Rodríguez.
La despedida, en tanto, llevó las notas de Bella ciao, vieja canción que evoca la resistencia contra un opresor y que los partisanos italianos la hicieron himno durante la II Guerra Mundial. Para Alí fue su canto, tal vez por significar que la muerte es un destino si el sacrificio merece la pena.
Embajada de Venezuela en Cuba