Hugo Chávez: artífice de la geopolítica del Sur global - MPPRE

Hugo Chávez: artífice de la geopolítica del Sur global

La figura y el ideario de Hugo Rafael Chávez Frías no solo determinan la transformación política y social de Venezuela a partir de la última década del siglo XX, sino que además se proyectan hacia horizontes continentales y de rango mundial.

Con un claro sentido de humanismo y justicia, el líder de la Revolución Bolivariana concibió y llevó a la práctica una visión geopolítica que reinscribió a Venezuela y a Latinoamérica y el Caribe en la dinámica de las relaciones globales y contribuyó a la configuración del mundo multipolar y pluricéntrico.

Su liderazgo tuvo en el ámbito de la geopolítica, hemisférica y global, uno de sus espacios de actuación más recurrentes. Chávez fue el impulsor de múltiples mecanismos e iniciativas de acercamiento y unión entre las naciones, particularmente en la región latinoamericana y caribeña.

Esos esfuerzos unitarios se convirtieron en referentes y paradigmas en la conformación del mundo multipolar y pluricéntrico que, más que una realidad emergente, ya constituye en la práctica el esquema privilegiado de relacionamiento internacional, que determina las nuevas formas y espacios de influencia geoeconómica, política, ideológica y cultural en todo el planeta.

Las ideas y los planteamientos del líder de la Revolución bolivariana en procura de un mundo con mayor justicia y equidad –“el otro mundo posible”, para decirlo en sus propios términos–, se materializaron en acciones, acuerdos, logros, instituciones y métodos de unión y cooperación, esencialmente definidos por el reconocimiento entre naciones y el respeto a la autodeterminación y la soberanía de los pueblos. Todo ello aunado con la formulación y la consolidación de instancias y mecanismos de acción comunes, en la búsqueda de un sistema internacional divorciado de las iniquidades.                  

Hombre que mira al Sur

Chávez retomó con firmeza la idea del indispensable acercamiento entre los países en desarrollo, reivindicando así la pertinencia de la cooperación Sur-Sur. Esta prédica se caracterizó por la audacia y la frontalidad de sus planteamientos.

Se empeñó, con éxito, en formular y construir propuestas y mecanismos integradores en diferentes ámbitos y sectores, como el energético, el económico, el político y el sociocultural, dentro de una visión geopolítica encauzada a convertir a la región latinoamericana y caribeña en uno de los polos o referentes dentro de un escenario global cuya transformación ha experimentado una intensa aceleración en décadas recientes.    

Una propuesta semejante no podía sino generar reacciones hostiles desde los centros de poder hegemónicos tradicionales. Con decisión y claridad de objetivos, la República Bolivariana de Venezuela pudo sortear ataques y obstáculos e impulsar esas ideas y acciones, que se fueron traduciendo en logros tangibles y realidades concretas.

Como bien lo señala la politóloga catalana Arantxa Tirado, investigadora del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag) y experta en política exterior venezolana, en entrevista con el medio ruso Sputnik, «Chávez fue el cerebro de una construcción geopolítica contrahegemónica que, creo, todavía no se ha valorado en su dimensión y su impacto (…) Ese liderazgo de un bloque contrahegemónico (…) marca un nuevo paradigma en las relaciones internacionales, que pone el petróleo al servicio del desarrollo no solo de Venezuela, sino de todo un continente».  

Un impulso integrador que rindió frutos

La línea de acción geopolítica concebida y liderada por Hugo Chávez tuvo como pivote fundamental la convergencia regional, encauzada a través de un conjunto de premisas, programas e instituciones novedosos y eficaces, como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el canal televisivo multinacional TeleSUR, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Petrocaribe, entre otros.

Ya desde los inicios de su primer mandato presidencial, específicamente en el año 2000, Chávez puso en práctica su don de estratega geopolítico al liderar el rescate de la cohesión y el poder de la influencia de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) como factor fundamental dentro del mercado mundial de hidrocarburos.

El petróleo y la geopolítica

La Cumbre de la OPEP en Caracas en el año 2000 –la segunda de presidentes y jefes de Estado en la historia de la organización fundada en 1960-, propuesta e impulsada por el presidente Chávez, fue el hito inicial de una acción decidida de la patria de Bolívar que expresaba al orbe entero la voluntad de emplear su ingente potencial energético y el conjunto de sus recursos naturales para afianzar su presencia internacional, dejando atrás la condición de mero proveedor de energía y materias primas subordinado económica y geopolíticamente.

Como resultado de la acción motorizada por Chávez, la cotización del precio petrolero registró una favorable recuperación para las naciones productoras, tendiendo en el corto y el mediano plazo a la estabilización del mercado y a la consecución de un equilibrio en los precios, que se ubicaron en niveles justos tanto para productores como para consumidores.

No faltaron quienes criticaran acremente –y con vergonzosa sumisión– esa actitud, tachándola de irreverente y perturbadora. Como respuesta a esa clase de juicios, cabe citar al economista y diplomático venezolano Julio Escalona, quien señala que “el presidente Chávez levantó la geopolítica de la cooperación solidaria, la geopolítica de la liberación frente a la geopolítica de la dominación. Así se levantaron el ALBA, Unasur, Petrocaribe, la Celac, el Banco del ALBA, el Banco del Sur, el Sucre, el comercio justo, la renovación de los principios de la cooperación Sur-Sur. Venezuela pudo levantarse desde los paquetes neoliberales, elevarse como país soberano y construir alianzas. La geopolítica del petróleo fue el factor clave”.   

Alianzas y reconocimiento mutuo

Chávez entendió siempre la importancia de delinear e implementar un proyecto nacional que permitiera, al propio tiempo, la inserción de Venezuela en el contexto internacional, para no ir a la zaga de las corrientes de la política internacional impuestas por los países o bloques de países poderosos.  

Priorizó y desarrollo conceptualmente, con el carácter de objetivos nacionales, la consolidación del papel de Venezuela como potencia energética mundial, el cumplimiento del rol protagónico del país en la construcción de la unión latinoamericana y caribeña; así como la necesidad de direccionar esas fortalezas al impulso y desarrollo del mundo multicéntrico y pluripolar que hoy vemos emerger con fuerza, en el que son rechazadas las anacrónicas pretensiones imperiales y se enarbola el derecho de los pueblos a su soberanía y autodeterminación.

En pos de lograr ese propósito, Hugo Chávez, simultáneamente al fortalecimiento de la identidad y unidad nuestroamericana, estableció alianzas estratégicas y promovió acercamientos con diversos países y regiones. Logró proyectar a Venezuela, favoreciendo la aparición de nuevos polos y referentes geoeconómicos y geopolíticos en el escenario mundial. Rusia y China fueron tal vez los territorios con las que estableció lazos de mayor relevancia, pero es igualmente notorio su acercamiento a otras partes del planeta, como el continente africano, Irán, Eurasia, Turquía, el sudeste asiático, India, entre otros.

Esas vinculaciones no sólo se expresaron en la suscripción de acuerdos y el estrechamiento de vínculos bilaterales, sino también en la adopción y ejecución de posturas comunes frente a los acuciantes problemas que afectan a todo el orbe, reivindicando en todo momento los valores y principios que definen a la Diplomacia Bolivariana de Paz, que él mismo concibió e impulsó.    

La vigencia de un legado

Hugo Chávez fue capaz de formular y llevar a la práctica una visión geopolítica propia, que reinsertó a la región latinoamericana y caribeña dentro de la dinámica de relaciones internacionales, en un mundo que demandaba transformaciones y que ha ido lográndolas.

En sintonía con esos anhelos y necesidades, posicionó a Venezuela en el mapa mundial y promovió la irrupción de nuevos polos de poder internacional. Fortaleció la unidad latino-caribeña y estrechó vínculos en distintos órdenes con múltiples regiones del planeta. Postuló y defendió con ahínco la tesis de que “otro mundo es posible”, reivindicando con ello el sentir y la esperanza de la inmensa mayoría de los pueblos del mundo.

Como afirmara el presidente Nicolás Maduro el pasado 13 de marzo de 2023, “La visión geopolítica de nuestro comandante Hugo Chávez marcó un hito histórico que apuntó a la integración real y a la construcción del mundo multipolar cargado de profundo humanismo. ¡Continuemos en ese rumbo, por el bienestar de los pueblos!”.

Luis Alvis