A 70 años del Moncada - MPPRE

A 70 años del Moncada

Cada  26 de julio, Cuba, Latinoamérica y el Caribe conmemoran un importante hecho en el largo camino a su liberación. El asalto a los cuarteles Moncada y Céspedes, marca el nacimiento del Movimiento 26 de julio, que guía la lucha del pueblo cubano por su segunda y definitiva independencia.

En el año del Centenario del Héroe Nacional José Martí, el 26 de julio de 1953, un grupo de jóvenes estudiantes, liderados por Fidel Castro, asumieron la vanguardia de la lucha popular, al protagonizar el asalto a los Cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

En la madrugada del 10 de marzo de 1952, cuando el pueblo de La Habana vivía otra noche de carnaval, un golpe de Estado militar, previo a las elecciones, fue perpetrado por Fulgencio Batista. El entonces presidente, Carlos Prío Socarrás, quien se encontraba disfrutando de los privilegios del cargo en su finca “La Chata”, al conocer que había perdido todo apoyo por parte del ejército, huye con su mal habida fortuna. Así transitó el país de un gobierno corrupto a otro más corrupto aún y eminentemente sanguinario.

El asalto al Cuartel Moncada tenía como objetivo desencadenar la lucha armada contra la dictadura de Batista (1952-1958). A pesar de su derroche de valentía y dignidad, los asaltantes (inferiores en número y armas) no pudieron tomar la fortaleza. La orden del dictador fue eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen muerto en combate. La masacre se generalizó y fueron asesinados la mayoría de los rebeldes. Los sobrevivientes fueron detenidos tras feroz cacería, enjuiciados y condenados a prisión. Este suceso terminó convirtiéndose en una derrota militar; sin embargo, tuvo una trascendencia extraordinaria para el pueblo cubano y para el movimiento de liberación nacional que se iniciaba.

Luego del Moncada sucedió el asalto al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, con el objetivo de apoyar al primero y desviar la atención de los adversarios para evitar el envío de refuerzos hasta Santiago de Cuba.

El 16 de octubre de 1953, Fidel Castro cierra con la frase “La historia me absolverá” su histórico alegato en el juicio por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Ese discurso, en el que señalaba como razones para una revolución en Cuba, la crisis de las instituciones políticas y los gravísimos problemas sociales existentes, agravados todos por el ilegal golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, se convirtió en un documento fundamental del pensamiento revolucionario latinoamericano.

Fidel Castro fue condenado a una pena de 15 años de cárcel por su participación en los asaltos. Sin embargo, todos los rebeldes fueron puestos en libertad tras una amnistía concedida en 1955. Fidel se trasladó a México, antes de regresar a Cuba en el yate Granma en diciembre de 1956. Las acciones del 26 de julio de 1953 no fueron el fin de un esfuerzo, sino el inicio de una lucha que culminó con la victoria revolucionaria en enero de 1959.

El triunfo de la Revolución cubana, el 1° de enero de 1959, colocó a esta nación caribeña a la vanguardia de las luchas antimperialistas continentales durante todo el siglo XX. Resistiendo la arremetida del bloqueo estadounidense por más de seis décadas.
Hermandad Cuba-Venezuela
Los lazos que unen al pueblo cubano y al venezolano se remontan a las luchas independentistas del siglo XIX. Aunque los planes para la liberación de la isla concebidos por el Libertador Simón Bolívar no pudieron concretarse, sus ideales acompañaron al prócer cubano José Martí, quien enarbola el pensamiento bolivariano en su carácter antimperialista.
El Movimiento 26 de julio, enraizado en el pensamiento martiano, se inscribe sin duda alguna, en el bolivarianismo como corriente histórica continental. De allí que cuando en 1994, a escasos meses del sobreseimiento a la causa que se le seguía por liderar la rebelión del 4 de febrero de 1992, el comandante Hugo Chávez visita Cuba, fue recibido por el presidente Fidel Castro.

Se inició así una relación de amistad entre sus pueblos con fructíferos resultados en beneficio no sólo de ambos países, sino también de Latinoamérica y El Caribe. Ambas naciones continúan hoy sus heroicos esfuerzos por las causas más nobles de la humanidad.