Han transcurrido 239 años desde aquel 24 de julio de 1783, cuando la ciudad de Caracas vio nacer al hombre más importante de la historia de América Latina, el padre Libertador Simón Bolívar, ferviente creyente y constructor de la Patria Grande, estadista, político, militar estratega, negociador y diplomático, que marcó el camino de la independencia y la integración de la región para enfrentar el imperialismo y conquistar la paz de las naciones y los derechos de los pueblos a ser soberanos.
Con apenas 27 años, la dimensión visionaria de las ideas integracionistas y la genialidad de Bolívar, lo convierten en integrante de la primera misión diplomática de Venezuela y del continente latinoamericano ante Europa, la cual, en nombre de la Junta Suprema de Caracas, asistió a Londres, Reino Unido, y el 16 de julio de 1810 se entrevistó con Richard Wellesley, ministro de Relaciones Exteriores inglés, con el objetivo de encontrar el respaldo para, como lo describe el historiador José de Jesús Cordero, “una eventual rebelión en todo el territorio dominado por España”.
Simón Bolívar junto a Luis López Méndez y Andrés Bello, solicitaron la intermediación de Wellesley ante la Corona española para advertir el proceso independentista de las provincias americanas, que ya habían constituido gobiernos criollos, creando las nuevas repúblicas e inspirados en la Revolución Francesa, totalmente apartados del Consejo de Regencia de Cádiz, que avizorando esta circunstancia, ordenó un bloqueo naval contra Venezuela.
A pesar que Wellesley quiso evitar perturbaciones en la alianza anglo-española, esta delegación logró resultados fundamentales para la proyección del movimiento iniciado el 19 de abril de 1810.
El primer resultado es el acuerdo de vuelta a la Patria de Francisco de Miranda. Otro aspecto a resaltar es el hecho que la prensa británica comenzó a proyectar el carácter, la motivación y la fuerza del movimiento independentista. Bolívar escribió sobre el tema en el Morning Chronicle de Londres, además de la entrega de las propuestas por parte de los venezolanos, quienes fueron enfáticos al solicitar protección ante las amenazas francesas, mediación ante España por parte de los ingleses, garantía de comercio con España y su favorecimiento.
Queda demostrado que la diplomacia de la región, basada en principios de paz, solidaridad, integración, respeto a la autodeterminación y la soberanía, nació con el Padre Libertador Simón Bolívar, quien con mucha valentía, estrategia, táctica y destreza, la condujo a generar relaciones entre naciones basadas en el respeto mutuo, la igualdad, la justicia y la libertad para los oprimidos.
Ivette Chirinos