La autodeterminación de los pueblos, el respeto a la soberanía, al derecho internacional y la posición compartida de saberse naciones hermanas y complementarias, más allá de las distancias geográficas, fueron los enunciados ratificados como argumentos por los presidentes de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro y su par de la República Islámica de Irán, Ebrahim Raisi, en el contexto de la visita oficial del Dignatario venezolano a la nación persa, como parte de una gira euroasiática iniciada en Türkiye el pasado 7 de junio.
Este periplo por el país persa, además de fortalecer las relaciones bilaterales, fijó una poderosa postura de ambas naciones frente al tutelaje estadounidense que, entre su proceder, ha impuesto sanciones criminales y unilaterales contra los dos pueblos.
En su carácter contestatario, Irán y Venezuela además pusieron en relieve con la nutrida agenda, celebrada en Teherán, el rol estratégico que tiene cada uno de los países en sus respectivas regiones, entendiendo que Venezuela es el pilar de uno de los bloques unionistas más emblemáticos como lo es la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), con una doctrina basada en el Socialismo del Siglo XXI frente a Estados Unidos, mientras que Irán cuenta con el bloque de la resistencia.
La naturaleza de las relaciones Venezuela-Irán, basadas justamente en la resistencia, se suma así a un escenario que hace que se afiance la alianza de beneficio mutuo entre el Bolivarianismo y nacionalismo islámico, dando paso al debilitamiento al boicot del Gobierno estadounidense y la concreción de acuerdos que permitan optimizar la producción y distribución en el sector petrolero. Ambos países son potencias en esta área.
Una muestra de ello son los alcances de la visita oficial del Mandatario nacional, en la que subrayó que el en marco del mapa de cooperación Irán – Venezuela, “las estrategias conjuntas para producir y exportar alimentos son prioritarias, en aras de consolidar la soberanía y la seguridad alimentaria de nuestros países”.
Ilustró que “las 30 millones de hectáreas cultivables permiten, no solo elevar la producción interna de alimentos, sino también “producir alimentos para exportar a Irán y toda esta región del Asia”.
Además, puntualizó que “las alianzas Caracas – Teherán ponen el conocimiento, la ciencia y la tecnología en el centro del esfuerzo”, bajo un esquema ganar-ganar para el desarrollo conjunto.
En esa línea, el Presidente iraní coincidió con que “todo eso demuestra que existe una gigantesca potencialidad y capacidad para desarrollar aún más las relaciones y las capacidades que tenemos en ambos países para llevar adelante esa relación”.
Otro de los puntos en la agenda del presidente Maduro, que fortalecen los vínculos bilaterales y contribuyen a consolidar la posición de ambas naciones en el nuevo orden mundial, es el recorrido que realizó el presidente Maduro en los espacios de la empresa Grupo MAPNA o también conocida como la Compañía de Administración de Plantas de Energía de Irán.
Esta se erige como la mayor contratista de plantas de energía renovable, de ciclo combinado y de vapor, que unió sectores estratégicos, petróleo y gas y transporte ferroviario, basándose en capacidades masivas y experiencia gerencial de la última década, es líder en el mercado mundial de turbinas de gas, fabrica turbinas de última generación, cuyo objetivo es que la industria energética sea más eficiente.
Prensa Presidencial