Multilateralismo y Diplomacia para la Paz: El escudo de los pueblos - MPPRE

Multilateralismo y Diplomacia para la Paz: El escudo de los pueblos

Tres años han transcurrido desde que el mundo celebra el Día Internacional de Multilateralismo y Diplomacia para la Paz, fecha vinculada estrechamente con los pilares fundamentales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible.

La resolución para conmemorar este día fue presentada por el bloque del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) presididos por Venezuela y adoptada, posteriormente, por la Asamblea General de la ONU el 12 de diciembre de 2018.

Como se señala en la resolución, cada 24 de abril sirve para recordar y promover los valores de la Carta de las Naciones Unidas y sus principios de resolución de disputas entre países a través de mecanismos pacíficos.

«La Carta de las Naciones Unidas, portadora de un proyecto en que las personas y los países viven como buenos vecinos, defendiendo los valores universales y reconociendo nuestro futuro común, señala el camino que hay que seguir. Reforzar el multilateralismo significa reforzar nuestro compromiso de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de construir un mundo más seguro y justo para las generaciones futuras»

António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas

Asimismo, permite reafirmar la importancia y pertinencia del multilateralismo y el derecho internacional, y promover el objetivo común de lograr una paz duradera y sostenida mediante la diplomacia.

La importancia de esta fecha radica, entre otras cosas, por su visión de cooperación e integración entre las naciones. Una de ellas es garantizar la supervivencia y desarrollo económico de los continentes y del mundo en general.

¿Por qué proteger al multilateralismo?

El multilateralismo, junto con el derecho internacional y la diplomacia, son los únicos escudos viables de los llamados «países en desarrollo» para protegerse de cualquier acto de agresión.

Reseña la ONU en su portal web que, si bien el multilateralismo «no es una panacea para el éxito de la paz», es más que «meras relaciones de amistad entre los Estados; es más bien una antítesis del unilateralismo y, por tanto, comprende el requisito de la comúnmente respetada legalidad y la ampliamente apoyada legitimidad».

Explica que el multilateralismo no es simplemente un hecho: es una norma dirigida a contener las conductas egoístas de los Estados y un principio rector para que el mundo tome decisiones conjuntas y lleve a cabo acciones conjuntas. De ahí su importancia y el «respecto de esa voluntad colectiva».

Esto, teniendo en cuenta que son acciones dirigidas en particular al Consejo de Seguridad, que está dotado de poderes excepcionales para hacer cumplir las leyes y/o las políticas, y cuyas acciones tienen que ser legales y legítimas; legales en el sentido de que sean acordes con la Carta de la ONU y otras normas del derecho internacional general, y legítimas en el sentido de que reflejen la voluntad común de los Estados Miembros y no solo la de un puñado de Estados.

Venezuela y su apuesta multicéntrica y pluripolar

Venezuela es reconocida en el mundo como un país con amplia vocación para la integración regional. La apuesta por la Diplomacia Bolivariana de Paz es una muestra de ello.

Actualmente es miembro de importantes organizaciones vinculadas al área económica como la Asociación de Estados del Caribe (AEC), la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y el Sistema Económico Latinoamericano (Sela), entre otras instituciones regionales.

Se destaca, además, como socio fundador de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) y es activo promotor de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), Banco del Alba, Banco del Sur y Petrocaribe.

De ahí que su rol, no solo en el continente sino en el resto del mundo, se hayan traducido en cambios importantes en las políticas de integración en el ámbito multilateral y regional.

Diplomacia Bolivariana de Paz

El líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, fue quien sentó las bases para la Diplomacia Bolivariana de Paz que lleva actualmente el Gobierno venezolano.

Fue el comandante Chávez quien revirtió la geopolítica mundial y marcó desde su llegada al poder, en 1998, un camino multicéntrico y pluripolar que ahora llevamos adelante, el cual se traduce como nuestra Diplomacia de los Pueblos y Diplomacia Bolivariana de Paz.

En esa misión, el presidente de la República, Nicolás Maduro, insistía hace un año que el multilateralismo y la diplomacia para la paz son el único camino: «¡No hay otra opción! Los tiempos y retos actuales solo podrán enfrentarse en un mundo nuevo, de equilibrio, respeto, diversidad y hermandad compartida».

Esta bandera del multilateralismo la ha izado el canciller Félix Plasencia en múltiples espacios de Alto Nivel, dentro y fuera del país, incluyendo en la propia Asamblea General de las Naciones Unidas.

Es de destacar que el establecimiento del Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz fue promovido durante la presidencia venezolana del Mnoal para impulsar los principios que dieron origen a este organismo multilateral, tras la histórica Conferencia afroasiática de Bandung, en 1955.

Así, Venezuela se posicionó frente al resto de países como una fiel nación creyente de la construcción de un mundo multicéntrico y pluripolar, libre de supremacismos y donde se respete la libre autodeterminación de los pueblos.

Desafíos del multilateralismo

La comunidad internacional se enfrenta actualmente a múltiples conflictos y desafíos, además de la pandemia del Covid-19, por lo que más que nunca urge poner en práctica el multilateralismo como una herramienta para alcanzar acuerdos y metas concretas entre las naciones que ayuden, a su vez, a fomentar la Diplomacia para la Paz.

La distribución equitativa de las vacunas contra el Covid-19, como un bien público mundial, así como las acciones contra el cambio climático, los daños a la capa de ozono, las armas de destrucción masiva, entre otros, son parte de las tareas pendientes en el ámbito multilateral.