En Mar del Plata, se derrotó al ALCA y floreció la integración latinoamericana - MPPRE

En Mar del Plata, se derrotó al ALCA y floreció la integración latinoamericana


El 4 de noviembre de 2005, la negativa de los presidentes Néstor Kirchner (Argentina), Lula da Silva (Brasil), Hugo Chávez (Venezuela), Nicanor Duarte Frutos (Paraguay) y Tabaré Vázquez (Uruguay),propinó una derrota diplomática al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en la IV Cumbre de las Américas de Mar del Plata, bajo la consigna como ‘No al ALCA’, que marcó un hito histórico en la región.

El ALCA, proponía la creación de una zona de libre comercio desde Alaska a Tierra del Fuego, con la eliminación de barreras arancelarias, liberalización de servicios, acuerdos de protección de inversiones extranjeras intrazona y limitación de la capacidad estatal para orientar las compras públicas.

Hubiese significado la mayor zona de libre comercio del mundo, con un mercado de casi 800 millones de personas, con un marco muy favorable para los Estados Unidos, quien impulsaba su conformación.

El ALCA, presentaba como ejes centrales la desregulación de los mercados, la libre circulación de capitales y mercancías y la privatización de los servicios públicos, con lo que se reforzaría el poder de las grandes corporaciones multinacionales, en especial estadounidenses, y se debilitaría la capacidad de los Estados para poner en práctica políticas activas que reactivarán la economía, y promovieran el desarrollo económico y la integración social.

La IV Cumbre de las Américas, se realizó los días 4 y 5 de noviembre con el lema «Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática», y la constitución del ALCA, fue la única de las 155 iniciativas presentadas que fue debatida personalmente por los 34 jefes de Estado americanos.

Discrepancias entre las economías

Bajo el amparo del Consenso de Washington y el auge del neoliberalismo en el continente, el ALCA fue impulsada con entusiasmo por los gobiernos de entonces, aún con las contradicciones que en el seno de cada país pudieron generarse.

De acuerdo con Roger Landa, en un trabajo publicado en el portal web de la Agencia Latinoamericana de Información (Alainet), en su auge las fases de negociación no estuvieron libres de controversias, sobre todo, de parte de Brasil, que privilegiaba condiciones de facilitación al comercio, mientras Estados Unidos hacía énfasis en la apertura del mercado regional.

Rechazo de las bases sociales

En el seno de los pueblos latinoamericanos, las negociaciones del ALCA despertaron un amplio descontento resultando en una amplia movilización social de protestas y contra-propuestas agrupadas en la Cumbre de los Pueblos.

“Estas reuniones estuvieron acompañadas de un amplio dinamismo de campaña anti-Alca en países como Argentina, Paraguay, Bolivia y Venezuela, asociadas en cada caso a reivindicaciones populares particulares como redistribución del ingreso, defensa de la propiedad estatal sobre los recursos estratégicos, acceso a la tierra, etc”, refiere Landa.

Chávez, Kirchner y Lula

La llegada de Hugo Chávez en 1.998 y luego de los movimientos progresistas en Argentina con Néstor Kirchner y en Brasil con LuizInácio “Lula” Da Silva, marcó un punto de inflexión clave en la derrota del ALCA, al asumir las banderas de los movimientos sociales en rechazo al neoliberalismo propio de la propuesta hemisférica, como también a posturas nacionalistas en defensa de un comercio más justo.

El liderazgo de Chávez, Kirchner y Lula hizo patente la integración asimétrica impulsada en el seno del ALCA que, al vincular la negociación económica entre desiguales, proporciona desigualdad en la capacidad de negociación en favor de las economías más fuertes, en este caso Estados Unidos.

Burguesías beneficiarias y perjudicadas

Uno de los factores que contribuyeron a su derrota, al menos de forma indirecta, tiene que ver con los intereses diferenciados de las élites de cada país y el peso de sus economías en relación con la estadounidense.

La oposición general se estableció claramente entre las empresas que contaban con un mayor peso en la economía internacional por su mayor capacidad de inversión y competitividad, contra las empresas que dependen más del mercado interno y tienen menor capacidad de internacionalización.

Aquí está la tumba del ALCA

Durante la Cumbre de los Pueblos celebrada en paralelo a la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata, Argentina, los movimientos sociales latinoamericanos se aglutinaron en el Estado Mundialista para rechazar la propuesta del ALCA.

Chávez, junto al futbolista Diego Maradona, se sumaron a esta jornada en la que participó Evo Morales, por entonces líder social y candidato presidencial de Bolivia, entre tantos otros.

Haciéndose eco de la consigna popular, el líder y fundador de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, en su intervención expresó: «hemos venido aquí hoy a muchas cosas, a caminar, a marchar, a saltar, a cantar, a gritar, a luchar, pero entre tantas cosas de las que hoy hemos venido a hacer aquí en Mar del Plata hoy y cada uno de nosotros trajo una pala, una pala de enterrador, porque aquí en Mar del Plata está la tumba del ALCA», y de manera profética se marcó el fin de este proyecto que quiso ser impuesto por Washington desde una década antes.

Nacimiento del ALBA

En la Cumbre, que se desarrolló en el Hotel Provincial de la ciudad balnearia, los representantes de los países que integraban el Mercosur y Venezuela, que aún no era miembro pleno del bloque, dieron un paso fundamental para la consolidación de otros organismos regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), que quedó conformada en 2007, y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), cuyo funcionamiento data de 2010, cuando sesionó la Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe, en Playa del Carmen (México).

El naufragio del proyecto de libre comercio también marcó el nacimiento de un nuevo proyecto integrador al que se le denominó como Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), surgido del pensamiento bolivariano de integración.

«Nos toca, compañeros y compañeras, ser los parteros del nuevo tiempo, los parteros de la nueva historia, los parteros de la nueva integración, los parteros del ALBA, la Alternativa Bolivariana para las Américas, para los pueblos de América, una verdadera integración liberadora, para la libertad, para la igualdad, para la justicia y para la paz, sólo nosotros unidos podemos hacerlo», con estas palabras Chávez planteó que la integración que América Latina y el Caribe debía surgir de la interpelación de los pueblos, de lo que querían y necesitaban realmente.

El entonces Presidente venezolano, Hugo Chávez, cuestionó abiertamente el camino del ALCA, al afirmar que se trataba de una opción, pero no de un destino que debía transitar obligatoriamente el continente.

Hacia la consolidación de la integración latinoamericana

La idea de crear una amplia zona homogénea de libre comercio en todo el hemisferio dirigida desde Estados Unidos, nació en 1.994 en la Primera Cumbre de las Américas, en Miami, con el fin de convertir el mercado latinoamericano en un espacio de acceso sin restricciones para las transnacionales del país norteamericano, pero su derrota se concretó 10 años después en la cumbre del Mar del Plata (Argentina).

El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro expresó a propósito de cumplirse 14 años de esta derrota: “El espíritu de Chávez, Kirchner, Lula y Tabaré, está presente en los pueblos de nuestra América que alzan su voz contra las medidas neoliberales”.

Hoy, Venezuela sigue fomentando la construcción de un mundo multicéntrico y pluripolar, libre de hegemonismos, donde sean respetados los derechos a la autodeterminación de los pueblos y a su libre desarrollo.

Prensa Presidencial