Entender el proyecto político-económico del Partido Comunista chino (PCCh), es un asunto de estudio. Valores, métodos y principios, marcan la diferencia entre este país y el resto de quienes asumen el comunismo -o el socialismo- como la vía para el crecimiento de sus naciones.
Y es que lograr sacar de la pobreza a una de las poblaciones más grandes del mundo (más de mil 400 millones de habitantes), en solo 40 años, no puede si no ser catalogado como una proeza épica.
Entre los asuntos que destacan la mayor parte de los analistas, se encuentran:
- China logró combinar los aportes del marxismo leninismo en lo orgánico partidista,
- El pragmatismo en las decisiones económicas,
- La fortaleza del Estado y sus instituciones en lo referido a la atención y organización social y
- La planificación rigurosa para la evaluación del alcance de las decisiones ejecutivas, las cuales se erigen en períodos de corto, mediano y largo plazo.
Esto se traduce en un alto respeto, del partido y su dirección, por la ciencia política, soportada en la base del comité más importantes para su organización. No es el político, ni el económico, ni el social. Es el comité de estadística.
Esta instancia es la responsable de medir el impacto, aciertos y errores de los planes de la nación. Se encarga de transmitir al Comité Central la razón material, científica, para la toma de decisiones, reduciendo el riesgo de las imprecisiones y subjetividades.
El crecimiento económico de China en el centenario del PCCh
El Partido Comunista de China (PCCh), fundado en 1921, juega un importante papel en la toma de decisiones del país. El Estado y sus instituciones se subordinan a las decisiones de este órgano que, bajo el marxismo y los principios de Confucio, procura la formación de su militancia.
Benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y responsabilidad son los valores que promueve el partido y bajo los cuales se evalúa a quienes desean formar parte de la organización. Por ello, para ser parte del PCCh se deben pasar duras pruebas.
En relación al tema económico, todos los planes de la nación se construyen con el aporte de las distintas instancias de dirección del partido, las cuales -a su vez- proponen los indicadores para el seguimiento y control.
Este método ha permitido al gobierno tener un actor externo, con criterio político, que le indica el avance o retroceso en los planes económicos. Sin números maquillados ni expectativas ilusorias.
La era de Xi Jinping para la economía China
Xi Jinping llega a la dirección del partido, gobierno y fuerzas armadas de China en el año 2013. Con el lema del “socialismo con características chinas”, inicia una nueva fase de reformas, centrada en la expansión de las actividades económicas y el fortalecimiento de las relaciones diplomáticas.
Uno de los planes más importantes es el llamado “la iniciativa de la Franja y la Ruta”, proyecto de cooperación económica que consiste en el establecimiento de dos rutas combinadas, una de infraestructuras terrestres y otra marítima, para mejorar las conexiones chinas tanto en el continente asiático como hacia el exterior.
Se basa en cinco principios:
- Respeto mutuo a la soberanía e integridad territorial;
- Acuerdo mutuo de no agresión;
- Acuerdo mutuo de no intervención en los asuntos internos;
- Igualdad y el beneficio mutuo (o el llamado ganar-ganar) y
- La coexistencia pacífica.
A lo interno, el principal objetivo actual de China es avanzar hacia el desarrollo científico, dejando atrás la era de productores de materias primas sin valor agregado. De la fábrica del mundo pasarán al desarrollo científico, bajo el plan Made in China 2025.
Por ello, sus principales esfuerzos económicos se centran en la formación de jóvenes en ciencia, tecnología e innovación.
De igual manera, se procura el desarrollo de una estrategia de “doble circulación”, que significa la reducción del “rol del comercio internacional en su economía, y reforzar su economía doméstica», explica el canal oficial chino en inglés CGTN.
El manejo del covid y su impacto en la economía china
La crisis del coronavirus representó quizá la primera prueba exitosa de control. Durante la pandemia, China demostró que es posible lograr la aplicación de medidas de contingencia; redirigir los objetivos de las industrias -en función de las necesidades del mercado de salud mundial- y mantener la formación académica y el desarrollo científico; entre otros asuntos, en medio de una cuarentena radical.
Entre las decisiones más impresionantes, destacó:
- Primero, la creación de una aplicación telefónica para el control del estado de salud de cada ciudadano.
- Además, la activación de sistemas de medición de temperatura, en los principales lugares de concurrencia: metros, mercados, etc.
- La construcción en 10 días del hospital de Wuhan, para la atención de mil pacientes contagiados.
- Y el cambio de objeto de producción de las empresas, quienes debieron pasar a la fabricación de material quirúrgico (batas, guantes, mascarillas, etc).
Todas estas decisiones, facilitaron el control de la situación y resultaron en el cierre económico de 2020, con un impresionante crecimiento de 4,9% en el PIB (2020), 5 puntos por encima de EE.UU. quien cerró con -1,9%.
La base militante del PCCh tuvo como tarea principal el control territorial del desarrollo de la pandemia, midiendo la temperatura de sus vecinos y elevando diariamente los reportes al Comité Central de Salud.
Sin la combinación de todos estos factores, no se habría logrado impedir la expansión de la pandemia, ni el logro de números positivos para la economía al cierre de 2020.
A modo de conclusión
La principal lección del PCCh y el gobierno chino, recae en la seriedad y compromiso con sus métodos de planificación y organización.
La reciente inclusión del uso de las tecnologías, para garantizar el acceso a la información de primera mano y el procesamiento de la big data, son las actuales fortalezas.
El PCCh ha logrado mantener el control político y la innovación económica, con una alta exigencia a quienes conforman este importante brazo de la nación.
China comprendió que no había forma de levantar de la pobreza a su densa población, sin el compromiso serio, sistemático y científico, de su clase política.