Intervención del canciller Jorge Arreaza en la 42 sesión del Consejo de Derechos Humanos - MPPRE

Intervención del canciller Jorge Arreaza en la 42 sesión del Consejo de Derechos Humanos

En nombre del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y del presidente, Nicolás Maduro, agradecemos esta oportunidad para poder resaltar que recientemente el Movimiento de Países No Alineados adoptó una Resolución, para que los Estados dejen de aplicar y de mantener medidas coercitivas unilaterales que son contrarias al derecho internacional. Esta posición del Consejo va en plena sintonía con el criterio establecido tanto por la Asamblea General de las Naciones Unidas como por la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos. Las medidas coercitivas unilaterales no están contempladas en esta Carta (Carta de las Naciones Unidas), que nos rige a todos como miembros de la Organización de las Naciones Unidas. Esta mañana, en la Bienal en un panel que se hizo sobre este tema la representante de Fiyi, decía que «las medidas unilaterales coercitivas son irracionales, son ilógicas y son contrarias al espíritu de la Organización de Naciones Unidas». Sin embargo, el gobierno de los Estados Unidos de América, gobierno supremacista del señor, Donald Trump, imponen medidas coercitivas a Venezuela y a otros países, sin ningún tipo de moral para hacerlo. Como bien lo reflejó el doctor, Idriss Jazairy, relator especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en su informe consignado en esta 42 sesión del Consejo, la República Bolivariana de Venezuela ha venido siendo víctima de este tipo de medidas por parte del gobierno de los Estados Unidos desde hace, al menos, una década. Para ser más exactos dice el relator Jazairy, desde el año 2005, el objetivo es muy claro, hacer colapsar la economía venezolana, impedir al Estado satisfacer las necesidades básicas de su población y promover un cambio de régimen por vía inconstitucional, por vía de la fuerza en Venezuela. En palabras del Relator “las sanciones económicas unilaterales adoptadas por los Estados Unidos y otros países, sumadas a una guerra económica polifacética, han jugado un papel nada desdeñable en la paralización de la economía venezolana.” Las medidas contra Venezuela incluyen la congelación de los activos propiedad de la República. En Estados Unidos, una gran empresa energética venezolana, Citgo fue tomada, fue robada, fue asaltada por el gobierno de los Estados Unidos, una compañía cuyo valor supera los 12 mil millones de dólares. Con esa cifra pudiésemos pagar 5 años completos de alimentos y medicinas para la población venezolana, pero además bloquean los fondos, el dinero de la República en distintos bancos alrededor del mundo, más de 7 mil millones de dólares bloqueados. Aquí mismo en Suiza, nuestros diplomáticos tanto de la Embajada Bilateral como de la Misión tienen sus cuentas bloqueadas sin poderlas utilizar. Esos 7 mil millones de dólares, equivaldrían a unas 30 veces el monto requerido por Naciones Unidas para financiar un Plan de Respuesta Humanitaria que se ha generado en los últimos meses en Venezuela. Una ayuda humanitaria que han tratado de usar como arma contra la soberanía venezolana, dice el relator Jazairy, “podría sostenerse que los intentos de utilizar los suministros humanitarios para exacerbar las tensiones en la República Bolivariana de Venezuela y, en última instancia provocar un cambio de régimen, se encuentran comprendidos en la definición de medidas coercitivas unilaterales”. No hay excepciones, es falso que haya excepciones para la compra de medicamentos, para la compra de medicinas para los saneamientos humanitarios, ninguna excepción. Cuando la banca internacional por el overcompliance, o ahora desde las sanciones de agosto de 2019, cuando lo hacen directamente por temor a medidas coercitivas secundarias, niegan el acceso al Estado venezolano, no puede el Estado comprar ni elementos de lujo, ni medicinas, ni alimentos, ni tratamientos médicos, ni nada que pueda ayudar al Pueblo venezolano a partir de estas sanciones. Cada vez que se imponen medidas coercitivas unilaterales de carácter general se genera un impacto negativo en el disfrute de los derechos humanos de los habitantes del Estado sujeto de las medidas, con especial énfasis, por supuesto, en los grupos más pobres, en las poblaciones más vulnerables. Las medidas coercitivas unilaterales, las mal llamadas sanciones matan y generan sufrimiento, matan seres humanos en los países donde son aplicadas. Y luego se usa el impacto de esas sanciones para acusar al Estado, que las sufre, en los foros internacionales y justificar la aplicación de la llamada responsabilidad de proteger. Hay que decir que en Venezuela a pesar del bloqueo, a pesar de las sanciones el presidente Nicolás Maduro ha emprendido una política que ha llamado Plan de Atención a las Víctimas del Bloqueo y de la Guerra Económica, y estamos yendo a esas poblaciones vulnerables, las más afectadas por estas medidas coercitivas unilaterales para atender caso por caso, una a una y poder lograr que salgan adelante a pesar de la dificultad. El día de ayer, el presidente Maduro entregaba la vivienda 2 millones 8 mil, es decir, cerca de 15 millones de venezolanos viven en nuevas casas, en nuevas viviendas, en Venezuela, en una población total de 30 millones, la mitad de la población. En paralelo se ha trabajado de la mano de diversas agencias de las Naciones Unidas presentes en el país para elaborar un Plan de Respuesta Humanitaria, que permita hacer uso de la institucionalidad de Naciones Unidas para sortear los obstáculos financieros y de proveedores que generan las medidas coercitivas unilaterales. Hasta ahora, este Plan no cuenta, según nos informan desde Naciones Unidas, desde OCHA, no cuenta con los recursos, los donantes no se han hecho presentes a pesar de toda la presión que hubo sobre Venezuela, e incluso un episodio triste del 23 de febrero de este año, que trató de forzar ayuda supuestamente humanitaria, que no era ayuda ni era humanitaria de los Estados Unidos por la frontera con Colombia. Nada de lo que los Estados Unidos o el imperio haga nos hará renunciar al legítimo derecho a la autodeterminación y entregar un centímetro de nuestra soberanía. Al pueblo venezolano le asiste la razón y le asiste el derecho. Este es el momento del multilateralismo. En el panel que se hacía esta mañana, queremos promover desde el Movimiento de Países No Alineados una resolución en Naciones Unidas, que ojalá fuera como decía el profesor (Jean) Ziegler, más que una resolución un tratado, donde se prohíba la violación de la Carta de las Naciones Unidas a través de la imposición de medidas coercitivas unilaterales. También el año pasado, Alfred de Zayas que era relator de este Consejo para el orden equitativo y democrático, estuvo en Venezuela y llegó a la conclusión de que las medidas coercitivas unilaterales en nuestro país constituyen delitos de lesa humanidad. El Canciller de Irán las ha calificado como medidas de terrorismo económico, nosotros coincidimos con ella e insistimos en que matan. En Cuba, han calculado que el costo del bloqueo y de las medidas unilaterales que sufren desde hace 60 años llegan casi al billón, es decir, lo que en inglés se conoce como el trillón de millones de dólares en costo. Esos países, nuestros países deben ser indemnizados, tal como lo recomiendan distintos órganos de este Consejo. Finalmente, queríamos resaltar que hay que revisar si miembros del Consejo de Derechos Humanos pueden ser cómplices de la imposición de medidas coercitivas unilaterales, no debería haber un miembro formal del Consejo de Derechos Humanos que imponga medidas coercitivas unilaterales. No debería haber miembros que faciliten la imposición de medidas secundarias, de sanciones secundarias, ni tampoco debería haber miembros en este Consejo de Derechos Humanos que no condenen, que no se atreva a condenar estas medidas coercitivas unilaterales, porque entonces, quizás no estarán violando derechos humanos en su territorio, pero están facilitando, promoviendo o violando derechos humanos en el territorio de terceros países y eso les impediría moral y éticamente ser miembros de este Consejo. Creemos que hay que revisar los criterios para la elección de los Estados miembros de este Consejo a partir de su posición ante las medidas coercitivas unilaterales. Muchas gracias, muy buenas tardes.

Ginebra, 12 de septiembre de 2019.