Discurso del canciller Jorge Arreaza en XX Reunión de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores de la CELAC - MPPRE

Discurso del canciller Jorge Arreaza en XX Reunión de Ministras y Ministros de Relaciones Exteriores de la CELAC

Agradecer a México, querido Canciller y a su equipo de trabajo por este equilibrio que ha logrado para el manejo de la CELAC que, no podemos negar, venía de momentos de convulsión, de perturbaciones y México, elevándose sobre los principios de su Constitución política, de su espíritu conciliador en Nuestra América ha logrado que retomemos el carril en sana paz y en temas fundamentales para nuestros pueblos.

Como lo decía el Canciller del Ecuador, fue providencial, coincidimos, el tema científico del Consejo de Virólogos para que pudiésemos luego ir ya con pasos adelantados a esta sorpresiva reacción que hemos tenido que dar ante una pandemia que se nos presentó sin aviso; nos prepara para muchas cosas.

Sin lugar a dudas, la CELAC, en uno de sus principios fundamentales, se fundamenta en la unidad dentro de la diversidad. Estaba conversando hace minutos con Alexander Yánez, viceministro para Temas Multilaterales, quien me acompaña aquí, y estábamos recordando la convocatoria del Libertador Simón Bolívar al Congreso Anfictiónico de Panamá, que la realizó desde el Perú, como presidente del Perú en aquel momento, a dos días de la Batalla de Ayacucho, el 7 de diciembre de 1824; fue refrendada además por un gran diplomático del Perú, José Sánchez Carrión. Quisiese leer sólo una frase de esa convocatoria, cuando el Libertador Simón Bolívar nos decía que «debíamos formar una confederación que nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias”.

Fíjense ustedes, 1824, y tenemos a la CELAC como una herramienta fundamental de concertación política, de encuentro, de conciliador de nuestras diferencias; así que es fundamental que se mantenga el espíritu y que elevemos a la CELAC en el ámbito de la geopolítica, una CELAC que tenga voz propia, que podamos nosotros ser audaces, incluso, a la hora de establecer relaciones con terceros, ese Foro China-CELAC, pero ¿por qué no elevarlo a la ASEAN, por qué no elevarlo a Rusia también, a nuestra Madre África? Que con la Unión Africana ha alcanzado desarrollos importantes, tanto institucionales como, incluso, zonas de comercio compartido para ese continente.

Sí creemos nosotros que debe haber una ideología: la de la integración, la de la unidad, la de la solidaridad, la del encuentro, la del trabajo conjunto, las propuestas que se han hecho con respecto a las vacunas, son fundamentales. Como decía también el Ministro de Costa Rica: “no dejar a nadie atrás por ninguna circunstancia”.

Cuando hablamos de la relación con el Norte, allí tenemos medidas coercitivas unilaterales, bloqueos contra Cuba, contra Venezuela, contra Nicaragua. Por ejemplo, el sistema de Covax, para tener acceso a la vacuna, o las cuotas y procesos en la Organización Panamericana de la Salud. Venezuela no tiene el mecanismo financiero, porque: o tenemos bloqueados los recursos o la banca se niega a trabajar con Venezuela.

¿Sería justo entonces que Venezuela  quedara por fuera de esos mecanismos por un bloqueo financiero extra-regional? Indiscutiblemente, la CELAC debe tomar posiciones y facilitar los encuentros allí.

En los países suramericanos conocen la importancia que la Unasur le dio al tema de la salud. Teníamos un Consejo de Salud activado plenamente, con una institucionalidad y unas coordinaciones, que ha podido estar al servicio de la CELAC en esta coyuntura de la pandemia del COVID-19, pero pudiésemos emular en la CELAC un instrumento como este. Porque además en algún momento se ha dicho que la Unasur era un instrumento ideologizado, pero ¿cómo puede ser ideologizado un instrumento donde las decisiones se toman por consenso? Eso es, quizás, un argumento muy rebuscado. Si las decisiones se toman por consenso, allí se encontrarán las distintas ideologías, se encontrarán las distintas posiciones, hasta alcanzar un consenso, que es de lo se trata y de lo que nos hablaba el Libertador en 1824.

Nosotros creemos que tenemos ya mucho tiempo en el periodo de reflexión, creemos que México ha hecho un gran trabajo al frente de la presidencia pro tempore, y apoyamos sincera y decididamente que continúe ejerciendo ese trabajo hasta enero del año 2022. Pero sí creemos que las circunstancias internacionales indican que es tiempo ya, no de reflexionar, sino de actuar. Los costos de la desintegración,  los costos de las acciones individuales y no colectivas para nuestros pueblos, son incalculables y somos nosotros responsables de esos costos.

Así que es tiempo de que actuemos y que actuemos en conjunto, y que la CELAC asuma, insisto, el rol que está llamada a asumir en este mundo multipolar, en este mundo donde se están generando nuevos centros de poder, donde América Latina y el Caribe somos, sin lugar a duda, un centro de poder en construcción.

En el año 2001, el Comandante Hugo Chávez como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, proponía un Fondo Humanitario Internacional y decía que con el 1% del gasto militar de los países que le dedican gran esfuerzo y presupuesto a las guerras, podía constituirse un fondo humanitario para poder atender a los pueblos en situaciones como la que se ha presentado este año de la pandemia.

El presidente Nicolás Maduro, ayer en su intervención ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, hablaba de un fondo rotatorio de compras públicas de la ONU, para atender las grandes necesidades de aquellos países en dificultad o aquellos países bajo bloqueos económicos.

Consideramos que la CELAC tiene también un compromiso en este momento de actuar y de actuar con mucha audacia y coraje, en el marco de las relaciones internacionales.

El multilateralismo es esencial y tenemos que protegerlo; y el multilateralismo surge de lo regional y se va agregando a lo mundial, y allí está Naciones Unidas como un gran tributario de todo el sistema multilateral, pero tenemos que trabajarlo desde lo pequeño, desde lo bilateral, lo trilateral, lo multilateral regional hasta el multilateralismo de Naciones Unidas, que debemos fortalecer, sobre todo, ante los ataques que ha sufrido en los últimos tiempos.

Nosotros apoyamos históricamente y lo seguiremos haciendo, y sobre todo en este momento y en el marco de la CELAC, la resolución sobre Las Malvinas y la soberanía de la República Argentina sobre ese archipiélago, esas islas que son de Argentina.

La Zona de Paz de la CELAC, así fue acordada por los Jefes de Estado en el año 2014, en La Habana, debe ser también fundamental protegerla, y que no caigamos en la ideologización de quienes quieren imponer la Doctrina Monroe descontextualizada, además fuera de toda vigencia, anacrónica por demás, en este momento histórico. De quienes quieren impedir que nuestros países, que la CELAC tengan relaciones con potencias que no pertenecen a este continente, de quienes quieren imponer su ideología que es, además, extraña y ajena a la nuestra, en nuestro continente.

Debemos preservar la Zona de Paz y evitar cualquier conflicto, sobre todo, con nuestra historia ¿Cuántas guerras no hubo en nuestros países, en Suramérica, en Centroamérica? que fueron auspiciadas y cuya fuerza profunda venía de intereses extracontinentales y de, incluso, intereses privados extracontinentales. Allí es donde tenemos nosotros que ser muy cuidadosos y no repetir esa triste historia.

Quiero cerrar ratificando nuestro apoyo definitivo a la CELAC como instrumento; felicitando a México, lo diría con mucho respeto, México ha hecho un milagro y ahora de este milagro debemos actuar, debemos ir a la concreción, no debemos tenerle ningún tipo de reserva al consenso, a pesar de las diferencias, y con la diversidad como elemento fundamental de la construcción del consenso.

Cierro de nuevo con el Libertador Simón Bolívar, cuando nos dijo: “La unidad de nuestros pueblos no es simple quimera de los hombres, sino inexorable decreto del destino».

Muchas gracias.