Intervención del ministro Ernesto Villegas en la Mondiacult 2022

Intervención del ministro Ernesto Villegas en consulta regional de la Mondiacult 2022

Un saludo para la presidenta y para el hermano gobierno mexicano que ha conducido con brillo esta consulta regional. Entendemos que los temas que han sido planteados para las distintas mesas son temas sugeridos y nos parecen muy pertinentes:

Comenzando por el de la mesa uno, que no es la nuestra, pero es ineludible mencionar: la cultura para la paz. Justamente, cuando en este preciso instante la humanidad se arriesga a una tercera guerra mundial alrededor de la cual la cultura tiene mucho que dar.

Nada más contradictorio que la cultura al servicio de la guerra, de la agresión, del apartheid, de la injerencia extranjera. Como, lamentablemente, vimos activada cierta industria cultural contra Venezuela en el año 2019 y como, lamentablemente, se asoma también alrededor del tema de Ucrania. 

Saludamos también el tema de la mesa dos: el apoyo a la diversidad cultural y lingüística para los derechos individuales y colectivos. Defendemos nuestras 34 lenguas indígenas y las reconocemos como idioma en nuestro marco jurídico. Al mismo tiempo defendemos ardorosamente nuestro idioma castellano, que es herencia de una colonización que hoy estamos empeñados en descifrar hasta en sus más mínimos detalles.

Defendemos ese idioma, que hablamos, frente a la hegemonía anglófona.  Saludamos el tema de la mesa cuatro: el acceso a los derechos culturales y libertad creativa, pues la universalización de esos derechos, con igualdad para todas y todos, forma parte de la esencia de la Revolución Bolivariana. No vemos contradicción alguna entre derechos culturales para todos y la libertad creativa. Sí vemos entre derechos culturales para todos y cultura para las élites, desde las élites, donde exista dictadura del mercado. 

En este tema tres: valorización del patrimonio cultural para una mayor cooperación, solidaridad y protección internacionales, que es el que atañe a esta mesa. Nosotros tenemos experiencias que compartir, banderas comunes que levantar y una agenda en la que nos sentimos plenamente identificados.

Expresamos nuestro apoyo a las propuestas de los organizadores mexicanos de Mondiacult 2022.  En el campo del Patrimonio Cultural Inmaterial tenemos una experiencia positiva en la aplicación de la Convención de 2003 del Patrimonio Inmaterial con siempre, permanentemente, la participación de las comunidades organizadas en la elaboración de los nueve expedientes que hemos postulado desde 2002, de los cuales ocho han sido aprobados.

También tenemos, para servicio de todos nuestros hermanos y hermanas del mundo, la experiencia de la reciente aprobación de la Ley del Patrimonio Cultural Inmaterial, por parte de la Asamblea Nacional, que ha recibido el «ejecútese» del presidente Nicolás Maduro Moros, quien les envía un saludo afectuoso a todas y a todos. Es la primera ley, salvo prueba de lo contrario, de este tipo en América Latina.

Tenemos también un intercambio permanente con nuestros países hermanos a través de Crespial, de la cual ejercemos la Secretaría del Consejo de Administración.  Estamos acompañando la solicitud que ha hecho la República Dominicana para la postulación del casabe como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y tenemos en el campo del patrimonio material unas buenas prácticas que nos dan autoridad para celebrar el tema de esta mesa. Una es la devolución de 107 piezas del patrimonio arqueológico de Costa Rica.

En el año 2018 fueron incautadas a algunos particulares en Venezuela. Iban a ser exportadas y fueron devueltas en su totalidad a Costa Rica. También hemos recuperado la Abuela Kueka, una piedra sagrada del pueblo Pemón que habita como población ancestral en el estado Bolívar y que en el año 2020 pudimos recuperar desde el Parque Metropolitano de Berlín. La piedra Abuela Kueka, de acuerdo con la cosmovisión de nuestros hermanos pemones, era necesario que regresara como un ser vivo a su hábitat para lograr el equilibrio en el mundo.  

Venezuela ha atravesado, como todas y todos ustedes conocen, una grave situación producto de las medidas coercitivas unilaterales que han sido dictadas en su contra y que han tenido un impacto en las dinámicas culturales. Sin embargo, el último año, el 2021, ha sido de recuperación y tenemos las mejores perspectivas para este año 2022 en el que la economía cultural ha de florecer en, por ejemplo, logros como el estreno de unos 16 largometrajes del cine venezolano con la activación de la industria del espectáculo.

Venezuela vuelve a ser destino de artistas extranjeros que vienen a presentarse en nuestro país. Nosotros, además, insistimos en que ese negocio del espectáculo internacional tributo a las dinámicas culturales internas a través de la Ley de Protección Social al Trabajador y la Trabajadora Cultural.  

Nosotros acá en Venezuela tenemos en marcha una cantidad de políticas destinadas a la valorización del patrimonio cultural. Hemos tenido recientemente un encuentro con las ocho manifestaciones culturales incluidas por la Unesco en las listas de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad con el presidente de la República; él ha ofrecido todo su respaldo a las dinámicas culturales para evitar la desaparición de estas manifestaciones que son propias de nuestra diversidad.

Aquí quisiera llamar la atención sobre una corriente ideológica que ha cobrado camino y que hace ver una especie de contradicción entre el propósito del desarrollo sostenible, del crecimiento económico, y la diversidad cultural. Recientemente, a principios de este año, apareció publicado un artículo de un economista vinculado a los organismos multilaterales económicos que plantea lo siguiente: «¿Deberían algunos países dejar de existir? Si nos preocupa erradicar la pobreza mundial no nos debería importar mucho que en el proceso desaparezcan algunas culturas y tradiciones». 

Nosotros consideramos sumamente grave esta visión, porque creemos fervientemente en que la diversidad cultural y el patrimonio cultural son garantía de un verdadero desarrollo sostenible y de un verdadero ejercicio pleno de los derechos culturales por parte de nuestros pueblos.

Finalmente, invitamos a recoger, en las actas de esta mesa, la invitación que hace Venezuela a reactivar, a relanzar, una experiencia que la Unesco entre los años 76′ y 80′ protagonizó a través de lo que se conoció como la Comisión MacBride. Esta fue una instancia de la que formó parte Sean Mac Bride, su presidente, un irlandés Premio Nobel de la Paz, y otras personalidades como Gabriel García Márquez, quienes emitieron un informe denominado “Un solo mundo, voces múltiples. Comunicación e información en nuestro tiempo». Eso fue hace 42 años y el fenómeno de desbalance, de desequilibrio informativo, cultural y comunicacional de aquel entonces se ha acrecentado tremendamente en el mundo contemporáneo. Así que es muy pertinente que esta organización, que defiende los derechos culturales de los pueblos, vuelva a tomar el camino del Informe MacBride y lo actualice de cara a los desafíos actuales y futuros de la humanidad.