Intervención del Embajador Héctor Constant ante Actualización Oral de supuesta Misión de Verificación de Hechos sobre situación de DDHH en Venezuela - MPPRE

Intervención del Embajador Héctor Constant ante Actualización Oral de supuesta Misión de Verificación de Hechos sobre situación de DDHH en Venezuela

Gracias, Presidente. Resulta penoso, desde todo punto de vista, volver a malgastar tiempo de este Consejo considerando actualizaciones e informes preparados en laboratorios mediáticos que pretenden legitimar lo inlegitimable.

Sin duda que la supuesta “Misión de Verificación de Hechos” sobre Venezuela será recordada en el futuro como una experiencia sumamente exitosa para despilfarrar dinero en medio de una crisis mundial y también para formar especialistas en leer periódicos y toda fuente secundaria de la que extraen alegaciones y conclusiones impertinentes sobre mi país para complacer a la hegemonía mediática transnacional.

Debo dejar claro, por si acaso no he sido diáfano en el pasado reciente, que mi intervención de hoy no puede ser interpretada como reconocimiento alguno a este hostil mecanismo de monitoreo, creado mediante una resolución adoptada por votación en este Consejo, con el apoyo de un cada vez más reducido grupo de países. Nuestra presencia e intervención en este diálogo tiene lugar bajo una lógica de defender la verdad, la dignidad y la soberanía de Venezuela y denunciar la existencia politizada de la FFM.

Señor Presidente y estimados amigos, hace algunos meses afirmé severamente en este mismo espacio y con la ayuda del filósofo Platón, que la información proporcionada sobre Venezuela en este tipo de actualizaciones carecía de toda virtud. Hoy, reiterando aquel pensamiento, me viene también al espíritu una frase célebre de Charles Maurice de Talleyrand que podría servir de base para la acción de la Misión de Verificación de Hechos: “Hay una cosa más terrible que la calumnia: La verdad».

Y es que, en efecto, sería terrible para este tipo de actualizaciones reconocer, con la verdad en la mano, que mi país ha fortalecido e incrementado su cooperación con la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos. Sería terrible reconocer que especialistas de la Oficina ofrecen cooperación y asistencia técnica al Estado bajo un clima de concordia y diálogo respetuoso.

Sería terrible para la supuesta “Misión de Verificación de Hechos”, reconocer el fortalecimiento democrático de mi nación y la vocación al diálogo de sus autoridades. Sería terrible, en fin, reconocer el fracaso que supone para la Misión seguir levantando informes y denunciar hechos sin basamento alguno y desde un tercer país en el que todo trabajo se hace con aire acondicionado y detrás de un moderno escritorio.

Por eso, comprendemos que la Misión de Verificación de Hechos prefiera continuar viviendo con la calumnia, pues es la única manera de garantizar su existencia y justificar los cuantiosos recursos financieros que recibe para hablar mal de Venezuela.

No existe, pues, espacio hoy para la sorpresa. Al igual que las presentaciones pasadas, esta actualización oral padece de la falta habitual de seriedad: Toda una fábrica de innumerables falsedades, medias verdades y “fake news” en contra mi país. Su contenido, refrendado por una Misión fantasma y elaborado de manera remota, carece de rigor científico y metodológico en el tratamiento de la información, y es claramente politizado, parcializado y selectivo.

Señor Presidente y colegas: ¿cómo puede justificarse que esta Misión cuente hoy con muchísimos más recursos financieros que el equipo de la Alta Comisionada en mi país? ¿Será que existe algún convenio secreto con la Organización Internacional del Trabajo para crear nuevos empleos a costa del buen nombre de Venezuela y no nos hemos enterado? Porque tampoco quiero creer en la generación de empleos ficticios, que están muy de moda por cierto en la política europea.

La única conclusión válida es que esta presentación está diseñada para abonar la sostenida campaña de mentiras en la prensa internacional apelando a fuentes anónimas y supuestas “informaciones creíbles”, con la cual pretenden criminalizar a mi nación y sus legítimas autoridades.

Si la Misión estuviese realmente interesada en promover los derechos humanos del pueblo venezolano, debería donar sus recursos financieros para que importemos bienes de primera necesidad que las criminales medidas ilegales coercitivas, que ellos mismos legitiman y provocan, nos impiden adquirir. Porque queremos ser totalmente claros, este tipo de mecanismos son cómplices de la comisión de crímenes de lesa humanidad contra el pueblo de Venezuela mediante la aplicación de ilegales MCU que hemos llevado ante la Corte Penal Internacional.

Este Consejo y los países que aún se equivocan en perseguir políticamente a Venezuela, deben reconocer y apoyar la cooperación entre la Oficina de la Alta Comisionada y el Gobierno venezolano, a resultas del Memorándum de Entendimiento firmado en 2019 y renovado recientemente, que está dando resultados concretos. Asimismo, deben condenar inequívocamente la aplicación de ilegales MCU en detrimento de los derechos humanos de los venezolanos.

Rechazamos con la mayor determinación esta Misión Internacional que pretende erosionar la soberanía y la autodeterminación de Venezuela. Jamás aceptaremos la injerencia o intervención de ningún mecanismo inquisidor contra nuestra Patria. En Venezuela se disfrutan plenamente todos los derechos humanos. Las libertades democráticas se ejercen día a día de conformidad con la Constitución y la ley y cualquier violación cometida es sancionada sin distinción alguna.

Seguiremos trabajando decididamente con este Consejo, para la promoción de los derechos humanos, sobre la base de los principios universales del respeto a la soberanía y a la no injerencia en los asuntos internos de los Estados.

Muchas gracias.