Intervención del presidente Nicolás Maduro en el debate general de la ONU en respuesta a la pandemia del COVID-19 - MPPRE

Intervención del presidente Nicolás Maduro en el debate general de la ONU en respuesta a la pandemia del COVID-19

Señor Presidente,

Permítanme extender nuestro agradecimiento por la organización de esta importante Cumbre Presidencial, en el marco de nuestra Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, relativa a la respuesta mundial para atender esta crisis humana desencadenada por el coronavirus.

Asimismo, quiero agradecer al Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) por promover este período extraordinario de sesiones, en medio de circunstancias tan cruciales para la humanidad.

Aprovecho la ocasión, igualmente, para rendir tributo a las más de un millón trecientas mil almas que, en medio de esta inédita circunstancia, perdieron la batalla contra esta enfermedad: por ellas debemos comprometernos para mejorar los sistemas de salud y que éstos sean verdaderamente públicos y de calidad para todos y todas.

De igual forma, vaya todo nuestro reconocimiento y agradecimiento al ejército de profesionales de la salud, científicos y a todo el personal que ha hecho gala de entrega y sacrificio en esta lucha por la salud y la vida.

También nos valemos de esta oportunidad para reconocer el papel de liderazgo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Señor Presidente,

Luego de muchos meses en los que el mundo entero se ha visto sorprendido por la emergencia sanitaria de esta pandemia – la peor los últimos cien años –, la cual ha sacado a relucir, como todos sabemos, grandes vulnerabilidades no sólo de los países en desarrollo, sino también de los países más ricos y poderosos del planeta. Se ha demostrado en esta etapa que el multilateralismo es la respuesta: coordinada; que la solidaridad y la cooperación deben recobrar su papel que un día tuvieron como guía y rector de las relaciones internacionales entre los países del mundo, que, sin embargo, hoy pretenden ser invisibilizados por el aislacionismo, el supremacismo y el egoísmo de unas minorías poderosas que como élites dictan políticas desde los países poderosos del mundo.

En Venezuela, hemos dado una respuesta al COVID-19 que ha estado signada por la gallardía, la heroicidad, de miles de mujeres y hombres quienes, bajo la dirección unificada de las instituciones del Estado y del Gobierno Nacional, aún en medio de una agresión criminal y de amenaza permanentes contra Venezuela, han sabido poner todos los recursos humanos y materiales de los que dispone nuestra Patria para servir al pueblo con entrega, disciplina, conciencia y mucho amor. A la fecha, se han confirmado poco más de 100 mil casos positivos en nuestro país, de los cuales el 95% se han recuperado exitosamente, habiendo perdido la batalla poco menos de 900 personas que han fallecido, lo que coloca la tasa de mortalidad en 0.87%, la cual quizás es una de las más bajas en nuestra región y en el mundo.

Gracias a nuestra política solidaria, humana, de atención hospitalaria integral, se ha logrado atender a más del 98% de las personas contagiadas con el coronavirus; han sido tratados de manera gratuita, con todas sus medicinas garantizadas.

Sin lugar a dudas, estamos viviendo tiempos de solidaridad. Tienen que ser tiempos de paz, de cooperación, de dignidad humana. Sin embargo, a pesar de estas duras circunstancias para el mundo, algunos países poderosos del Norte han continuado en su política de politizar la pandemia y la han convertido en una oportunidad adicional para imponer sus intereses hegemónicos, a través de la agresión económica, comercial y financiera. El criminal bloqueo y persecución económica que hay contra Venezuela ha congelado más de 40 mil millones de dólares, patrimonio del pueblo venezolano, en bancos de Estados Unidos y de Europa, y se nos impide acceder a cuentas para pagar medicinas que necesita nuestro pueblo, a las fuentes primarias de medicinas, a equipos e insumos médicos, a la compra de combustibles, a la compra de insumos para producir combustibles, a alimentos y muchos otros servicios básicos, sectores afectados todos por ésta persecución criminal que se da desde Estados Unidos hacia Venezuela. Es hora de que las grandes potencias cedan y levanten estas criminales medidas, más aún si tenemos en cuenta lo ilegal de su aplicación.

Señor Presidente,

Resaltamos la importancia de que la vacuna o las vacunas contra el coronavirus debe ser declaradas por esta Organización de las Naciones Unidas y por la Organización Mundial de la Salud como bienes públicos de beneficio global. Esta pandemia sólo será derrotada a través de una respuesta conjunta de la humanidad, a partir de la ciencia. Venezuela ha iniciado los protocolos ante la Organización Mundial de la Salud para certificar la molécula DR-10 descubierta recientemente en nuestro país, que tiene propiedades curativas contra el virus del COVID-19 y convocamos a las naciones a una alianza para su producción masiva una vez sea avalada.

La solidaridad es el arma más poderosa contra el coronavirus y es nuestra responsabilidad con la historia y con las próximas generaciones no desaprovechar esta oportunidad para lograr un mundo mejor para todos y para todas.

Señor Presidente, muchas gracias.