Intervención del canciller Jorge Arreaza en la Reunión de Alto Nivel del 38° periodo de sesiones de la Cepal - MPPRE

Intervención del canciller Jorge Arreaza en la Reunión de Alto Nivel del 38° periodo de sesiones de la Cepal

Muchísimas gracias, Canciller

Felicitamos esta reunión, este 38° período de sesiones de nuestra Comisión Económica para América Latina, y quisiera, incluso, comenzar apoyando la propuesta de México de realizar una sesión de nuestra Asamblea General en Naciones Unidas sobre el tema económico de COVID-19, con un agregado: el Movimiento de Países No Alineados, en su reunión de jefes de Estado, propuso unas sesiones de la Asamblea General sobre el tema de la pandemia y uno de los subtemas, sobre los énfasis, es precisamente el de los efectos de la pandemia en la economía y la post economía.

De manera que estas sesiones se van a realizar entre el 3 y 4 de diciembre. Está justamente en este momento en discusión la modalidad, la organización de los temas. Creo que la Celac pudiese hacer una reunión política y promover de manera inmediata, incorporar allí, y ya estaríamos en diciembre, con el apoyo del Movimiento de Países No Alineados y de toda nuestra América Latina y caribeña, realizando esta reunión, para que se estudie entre todos.

En cuanto al tema que nos convoca hoy, la pandemia, definitivamente, ha tenido muchísimas secuelas; sin embargo, se dice que ha sido el COVID-19 el que ha generado la peor de las crisis económicas. En realidad, la crisis ya estaba allí, es una crisis preexistente, es una crisis del modelo y el COVID-19 dejó en evidencia mucho más profunda todas sus fallas y todos sus elementos estructurales.

Creemos, en ese sentido, que -como decía la secretaría ejecutiva Alicia Bárcena, nuestro saludo, Alicia- tenemos que pensar en una inflexión en el modelo, un cambio profundo del modelo económico que se nos impuso, sobre todo durante el siglo XX. Los efectos en el crecimiento, en el empleo, en la productividad, los efectos para la vida de esta crisis económica agravada por el COVID-19, definitivamente, tienen que ser un llamado a la conciencia y a la voluntad política para tomar decisiones estructurales.

El presidente Díaz-Cannel hacía referencia a las proyecciones desoladoras, a partir del efecto de la pandemia en unas economías mundiales ya en crisis. Sin embargo, en América Latina y el Caribe contamos con un elemento fundamental que es la voluntad de un pueblo libertario que es capaz de superar todas las adversidades. Un pueblo, por ejemplo, como el que acompañó a Simón Bolívar hace 200 años en la liberación de los países de la América del Sur. Un pueblo como el cubano, vamos a poner un ejemplo, que con Fidel Castro pudo superar los efectos del bloqueo del Período Especial y salir adelante. El pueblo latinoamericano y caribeño es en realidad resiliente, como dicen en Naciones Unidas, y tiene gran capacidad para salir adelante. Un pueblo que ha luchado contra el neoliberalismo desde finales de los años ochenta y que sigue empeñado en esa lucha. Ayer, por ejemplo, el pueblo chileno daba un gran paso en esa dirección para superar estructuralmente un modelo que se impuso en ese país.

En todo caso, las políticas económicas del mundo post COVID-19 deben cuidar, proteger por sobre todo los derechos sociales, que son los derechos que tenemos todos y todas para que haya acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, a la alimentación, a la cultura, a la vida, a la recreación, a lo básico para hacer y desarrollarse en lo individual y en lo colectivo. Eso tenemos que cuidarlo, eso no puede estar mediado por unas élites corporativas, por los procesos de privatización de los derechos; hay que protegerlos.

Se evidenció durante la pandemia, incluso hubo presidentes de la Europa capitalista que reflexionaban al respecto y decían que se habían dado cuenta, en la coyuntura, de la necesidad de Estados mucho más poderosos y en combinación con el sector privado dar respuesta; pero un Estado pequeño, disminuido a su mínima expresión, no puede enfrentar retos ni sanitarios ni económicos, de ningún tipo.

Ya lo decía el Libertador Simón Bolívar: “el sistema de gobierno más perfecto es el que genere para su pueblo la mayor suma de felicidad posible, la mayor suma de seguridad social”; fíjense ese concepto, hace 201 años: seguridad social y la mayor suma de estabilidad política.

Decía también el compañero Gurría de la OCDE, que han aparecido con mayor claridad las vulnerabilidades de la región latinoamericana y caribeña; y la verdad es que las vulnerabilidades no son de la región. Nuestra región es la región más potente, seguramente, y con grandes, además, no sólo los recursos naturales, la homogeneidad, sino también en la cultura, los idiomas, las capacidades de interacción que tenemos, la ubicación geográfica y, por supuesto, nuestras riquezas están allí. Las vulnerabilidades, una vez más, vienen del modelo que se impuso y es allí que debemos apuntar y que esa potencia que hay, esas capacidades en potencia salgan a la luz con un modelo que lo permita, que lo promueva para el bienestar de los ciudadanos de nuestra América latinoamericana y caribeña, no para el bienestar de factores extranjeros. Hacia allí debemos apuntar.

Sobre la integración, decía el canciller Solá, felicito su invitación al debate en estos foros, más allá de la lectura de algunos elementos preelaborados, que definitivamente los costos de la desintegración son incalculables. El tiempo que hemos perdido, el tiempo que hemos retrocedido a lo largo de los últimos 30 años y lamentablemente a lo largo de la última década presente hemos perdido y hemos retrocedido mucho en este sentido; si bien hay un debate sobre si en la integración debe haber ideología, más allá de eso debe haber una ideología de la integración y así debemos asumirla, la del encuentro, la de la solidaridad, la complementariedad de nuestras economías, el compartir nuestros procesos para el desarrollo común; porque al fin y al cabo somos una región, como lo decíamos, potente y homogénea.

En estas circunstancias, entonces, como también decía el presidente Díaz-Cannel, se produce una escalada, una expansión en las medidas coercitivas unilaterales de los Estados Unidos contra Venezuela, contra Cuba, contra Nicaragua y amenazan a cualquiera que tenga un pensamiento distinto; medidas que, por cierto, Alicia llamaba a rescatar esta Carta y sus principios fundamentales, no están aquí contempladas, ni en ningún instrumento del derecho internacional. Por eso consideramos nosotros que esto es inadmisible y que el sistema multilateral, en todas sus expresiones, debe dar respuesta, debe neutralizar esta modalidad de agresión a los pueblos.

Si hablamos de dejar a nadie atrás, que es lo que queremos y es parte del tema de esta sesión, las medidas coercitivas unilaterales apuntan a eso, a dañar estructuralmente las economías y los ingresos de los países objeto de estas medidas para que se queden atrás. Esto implica que tenemos que dar respuesta común, efectiva y no quedarnos dando vueltas, como decía el Canciller de Argentina, en las diferencias que pueda haber; hay que respetar la diversidad, pero sobre esa diversidad hay que construir la equidad y la igualdad.

También por ello nos preguntamos ¿Qué sería de la Cuba, la República de Cuba y su pueblo sin el bloqueo de los Estados Unidos? ¿Cuál sería su realidad económica, social? ¿Cuál sería la realidad de la economía venezolana, muy golpeada en los últimos años, si hubiésemos tenido acceso a los 200 mil millones de dólares que no han ingresado por las sanciones y el bloqueo criminal que ha impuesto los Estados Unidos? Y no solo en Venezuela, porque, por ejemplo, Petrocaribe es una gran herramienta energética que propuso y que llevó adelante el Comandante Hugo Chávez y su beneficio era para los países insulares, nuestros hermanos del Caribe, nuestros vecinos, el Caribe oriental y más allá, y con recursos de Petrocaribe, por las modalidades de pago muy flexible del petróleo venezolano y los productos de hidrocarburos venezolanos que se les otorgaban, ellos podían invertir la mitad de las facturas en desarrollo social. Para el cumplimiento, por ejemplo, de los Objetivos del Milenio, se utilizó buena parte de los fondos de Petrocaribe en el Caribe, y para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible pudiesen estarse utilizando hoy esos fondos sociales de Petrocaribe, pero gracias a las medidas coercitivas unilaterales no se puede.

No solo es contra Venezuela, Cuba, Nicaragua; va mucho más allá, va contra el comercio entre los países vecinos también, donde hay una afectación. Por eso creemos que Naciones Unidas, la Cepal y todos debemos, no solo alzar la voz, nosotros agradecemos profundamente al Secretario General de Naciones Unidas, a la secretaria Alicia Bárcena, a la señora Michelle Bachelet, a todos los que han alzado la voz contra las medidas coercitivas unilaterales, pero no basta con ello, hay que actuar, hay que actuar en la Asamblea General, hay que actuar de manera compartida, con planes que nos permitan enfrentar esta situación.

En este sentido, el Presidente Nicolás Maduro, por ejemplo, proponía en la Asamblea de Naciones Unidas, la creación de un Fondo Rotatorio de Compras Públicas, precisamente para que los países con mayor necesidad y los países que están sujetos a medidas coercitivas unilaterales tengan una manera, con el sistema multilateral, de poder comprar sus alimentos, sus medicinas, sus insumos para la producción. He allí, pues, una clave que el sistema multilateral puede darnos y eso es simplemente ponernos de acuerdo; el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, la Cepal, el Ecosoc, todos los instrumentos que tiene Naciones Unidas, ponernos de acuerdo y avanzar en esa dirección. Como también, hace muchos años, el Comandante Chávez hablaba de un Fondo Humanitario Internacional, que se podía componer del 1% del gasto militar de los países de este mundo y alimentarlo para ir allí en las grandes necesidades.

Hoy pudiésemos proponer un fondo humanitario para financiar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y para que todos los países podamos cumplirlos en 2030; sí pensamos que es posible.

También en Venezuela hemos tomado acciones. En Venezuela se distribuyen 7 millones de kits alimenticios a 7 millones de hogares mensualmente, a pesar de las restricciones, a pesar del ataque, a pesar de la inflación; incluso la pobreza por necesidades básicas insatisfechas ha mejorado por la entrega de viviendas, que ya hemos llegado a 3 millones 200 mil viviendas en los últimos 9 años, y esto es para los más pobres, prácticamente gratuitas son las viviendas.

La pobreza por ingresos sí ha sido muy afectada, pero como les decía, han sido 200 mil millones de dólares, por lo menos, los que han dejado de ingresar a nuestro país. Nos han quitado activos, nos han robado empresas, refinerías, todo tipo de procesos, el oro que está en Inglaterra, etc.

Necesitamos, pues, combatir en conjunto. Por ejemplo, ayer el Presidente Maduro anunciaba y ahora tenemos una reunión con el representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) aquí en Venezuela para que eleve, la Organización Mundial de la Salud, un medicamento que ha desarrollado una empresa privada venezolana y que, hasta el momento, aquí en Venezuela los estudios demuestran que puede ser curativo de los efectos del COVID-19. Ese medicamento no es para Venezuela, si en realidad funcionara sería para el mundo entero, porque es nuestra obligación y nuestra responsabilidad para con la humanidad en este momento.

No quisiera extenderme más, sino felicitar esta reunión, felicitar el debate y ojalá que podamos en conjunto, más allá de cualquier diferencia, con tolerancia política, ideológica, como una ideología para la integración y para la vida, salir adelante.

¡Muchas gracias, señor Presidente, señor Canciller!

¡Muchas gracias!