Intervención del canciller Jorge Arreaza durante Reunión Ministerial del Movimiento de Países No Alineados - MPPRE

Intervención del canciller Jorge Arreaza durante Reunión Ministerial del Movimiento de Países No Alineados

Señor Presidente (Azerbaiyán)

En nombre del presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y del pueblo y Gobierno Bolivariano de Venezuela, me es grato transmitirles un afectuoso saludo a todas las hermanas y hermanos del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL).

De igual forma, permítanos agradecerle por la convocatoria de esta Reunión Ministerial para abordar un tema tan importante y relevante, particularmente en la actual coyuntura internacional, así como por su liderazgo al frente de nuestro Movimiento en este último año.

Aprovecho la oportunidad, igualmente, para agradecer su presentación sobre la reciente escalada de hostilidades entre Armenia y Azerbaiyán. Nuestra solidaridad, en primer lugar, con todas las víctimas y heridos tras los recientes enfrentamientos. En este orden, y teniendo en cuenta el papel histórico que ha desempeñado nuestro Movimiento como una fuerza anti guerra y amante de la paz, desde esta tribuna, y como país promotor que somos de la diplomacia de paz, hacemos un llamado a la distensión, al diálogo político y a un inmediato cese al fuego, en línea con los recientes llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas. Hacemos votos, además, a favor del logro de una solución pacífica, negociada y duradera entre las partes, en el marco de las normas del derecho internacional, de las disposiciones de la Carta y de las resoluciones pertinentes de la ONU, al tiempo que reafirmamos nuestro respaldo a los esfuerzos adelantados por el Grupo de Minsk en ese sentido.

El año 2020, que se suponía estaría marcado por la conmemoración de importantes hitos internacionales como el 75 aniversario de las Naciones Unidas, el 65 aniversario de la Conferencia Afro-Asiática de Bandung, o el 25 aniversario de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, ha sido acaparado por los embates de una pandemia que ha impactado, sin distinción de ningún tipo, a toda la humanidad y que sigue impactando todos los sectores, obligándonos a cambiar y repensar nuestros estilos de vida. Coincidimos, pues, como ha dicho el Secretario General, en que el COVID-19 ha desencadenado una crisis humana sin precedentes.

Sin embargo, el año 2020, con las dificultades y desafíos que ha traído consigo, también nos ha dejado cosas positivas. Y es que no sólo nos hemos visto obligados a trabajar los unos con los otros, a favor del bien común de nuestros pueblos, entendiendo que no hay opción a la solidaridad y la cooperación internacional, sino que nos ha brindado una oportunidad para reconstruir un mundo mejor, con mayor inclusión, con mayor equidad, con mayor justicia y consciencia ambiental, y con mayor resiliencia para enfrentar futuras crisis.

La pandemia del COVID-19 ha acentuado las diferencias entre nuestras naciones, al tiempo que ha dejado claro que vivimos en un mundo interconectado, por lo cual, para vencer este enemigo común, debemos trabajar de manera colectiva y coordinada, en el marco de un multilateralismo inclusivo, teniendo en cuenta que no estaremos seguros hasta tanto todos y cada uno de nosotros haya vencido el virus. En este sentido, resulta necesario evitar la aplicación de políticas que sólo sirven para socavar los esfuerzos nacionales en la lucha contra el coronavirus. Hoy más que nunca resulta necesario que las medidas coercitivas unilaterales, violatorias de la Carta de las Naciones Unidas y de las normas del derecho internacional, sean derogadas, pues su ilegal aplicación hoy impide el acceso oportuno y efectivo a equipos e insumos médicos, medicinas y tratamientos, pruebas de despistaje, alimentos, combustible y otros servicios básicos para lograr salvar el mayor número de vidas posible.

La República Bolivariana de Venezuela, fiel a su histórica diplomacia de paz, está plenamente comprometida con los Principios de Bandung, los cuales mantienen hoy plena vigencia, y hace un llamado a defenderlos y a garantizar su respeto. Estos diez principios fundacionales han de servir no sólo de guía a nuestro Movimiento, sino al accionar de nuestros gobiernos en la conducción de sus relaciones internacionales, a fin de garantizar relaciones de amistad y cooperación, sobre la base del respeto mutuo.

Para concluir, desde Venezuela queremos recordar una de las premisas centrales de nuestro Movimiento: “unidad en la diversidad”. De allí que hacemos un llamado a fortalecer la unidad, la solidaridad y el entendimiento entre nuestra membresía. Sólo así lograremos avanzar en un proceso de revitalización plena para afrontar juntos los complejos y emergentes desafíos del mundo actual; sólo así lograremos tener una incidencia aún mayor en foros internacionales e implementar a cabalidad las decisiones adoptadas por nuestros líderes; sólo así lograremos el objetivo común de establecer un mundo pacífico y prospero y un orden mundial justo y equitativo.

Unidos tenemos el verdadero poder; unidos el Movimiento de Países No Alineados tiene más poder que aquellos alineados. Trabajemos juntos por la paz.

Muchas gracias.

09 de octubre de 2020