Declaración del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU sobre consideración del Informe del Consejo de DDHH - MPPRE

Declaración del Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de la ONU sobre consideración del Informe del Consejo de DDHH

Señor Presidente,

Es un honor para la República Bolivariana de Venezuela hacer uso de la palabra en nombre de las delegaciones de Argelia, Angola, Belarús, Bolivia, Camboya, China, Cuba, la República Popular Democrática de Corea, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Irán, Laos, Nicaragua, el Estado de Palestina, Rusia, San Vicente y las Granadinas, Siria, Zimbabue, y el mi propio país, Venezuela, miembros todos del “Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas”.

Primeramente, permítanos felicitar a la Embajadora Nazhat Shameem por su liderazgo al frente del Consejo de Derechos Humanos durante su decimoquinto ciclo, correspondiente al año 2021, y agradecemos la presentación del informe de ese órgano a la Asamblea General, de conformidad con la resolución 60/251, y del cual hemos tomado debida nota.

Señor Presidente,

El Grupo de Amigos considera que la Carta de las Naciones Unidas es un hito y un verdadero acto de fe en lo mejor de la humanidad. Es el código de conducta que ha regido las relaciones internacionales entre Estados por los últimos setenta y seis años, sobre la base de principios atemporales; tales como la autodeterminación de los pueblos, la igualdad soberana de los Estados, la no intervención en los asuntos internos de los Estados, y la abstención de la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado. Todas estas son normas y principios básicos que, además de ser la base del derecho internacional, siguen siendo hoy tan relevantes como en 1945.

Asimismo, consideramos que asegurar, el cumplimiento y el estricto apego tanto a la letra como al espíritu de la Carta de las Naciones Unidas es fundamental para asegurar la realización de los tres pilares de nuestra Organización, así como para avanzar hacia el establecimiento de un mundo más pacífico y próspero y de un orden mundial verdaderamente justo y equitativo.

En este contexto, expresamos nuestra seria preocupación ante las actuales y crecientes amenazas contra la Carta de las Naciones Unidas. Nos referimos, entre otros, al creciente recurso al unilateralismo; a los ataques contra el multilateralismo; a las pretensiones de excepcionalismos inexistentes; a los intentos por ignorar e incluso sustituir los propósitos y principios consagrados en la Carta de la ONU por un nuevo conjunto de supuestas “reglas” que nunca han sido discutidas de manera inclusiva o transparente; y a enfoques selectivos o interpretaciones acomodaticias de las disposiciones de la Carta de la ONU. Estas prácticas han resultado, como lo demuestra la historia y los hechos, en violaciones masivas de los derechos humanos y de otros postulados del derecho internacional, y que, en muchos casos, permanecen impunes hasta la fecha.

Señor Presidente,

Hace setenta y seis años, la comunidad internacional se unió en torno a una serie de propósitos y principios comunes, todos ellos contenidos en la Carta de las Naciones Unidas, y declaró su compromiso para con la defensa de la vida, la libertad, la independencia, la justicia y los derechos humanos, siendo estos últimos, precisamente, uno de los tres pilares fundamentales de nuestra Organización. De allí que alcanzar el pleno disfrute de los derechos humanos en todas sus dimensiones representa un ideal y objetivo noble que es hoy más relevante que nunca.

El Grupo de Amigos otorga un valor supremo a la promoción y protección de todos los derechos humanos, tanto aquellos individuales como los colectivos, incluido el derecho al desarrollo, sin distinción de niveles o categorías, y considera también que su promoción y protección se realza sobre la base del diálogo y la cooperación, con arreglo a los principios de imparcialidad, objetividad, transparencia, no selectividad, no politización y no confrontación, y en un marco de igualdad y respeto mutuo entre los Estados.

En ese sentido, rechazamos todo tipo de dobles raseros que socavan los derechos humanos e impiden un entorno armonioso y de progreso en este campo. Nos preocupa la proliferación de mecanismos unilaterales que pretenden realizar una evaluación imparcial de la situación de los derechos humanos en determinados Estados, especialmente cuando éstos procesos no cuentan con su debido consentimiento y participación. La continuación de ésta práctica atenta contra el espíritu que debe guiar los ideales superiores en favor de la genuina promoción y protección de los derechos humanos, al tiempo que representa una clara violación de los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, la cual nos ha comprometido a promover y fomentar el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos, sin distinción de ningún tipo. Recordamos, a este respecto, que el Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos es el mecanismo adecuado para discutir, de manera constructiva, la situaciones de derechos humanos.

Para concluir, al hacer un llamado a favor del fin de la politización de los derechos humanos, el Grupo de Amigos reafirma su voluntad de seguir contribuyendo al fortalecimiento institucional del Consejo de Derechos Humanos, sobre la base de un enfoque que promueva el multilateralismo, y que se complemente de manera transparente con otras instancias de las Naciones Unidas. Si realmente buscamos avanzar el respeto universal y la observancia de los derechos humanos y las libertades fundamentales, debemos apostar por mecanismos políticos y diplomáticos consensuados para su promoción y protección, evitando al mismo tiempo que el nombre de nuestra Organización y el espíritu que debe guiar sus esfuerzos se utilicen indebidamente para avanzar objetivos que son contrarios a los propósitos y principios consagrados en su propia Carta fundacional.

Muchas gracias, Señor Presidente.