Discurso del Canciller Jorge Arreaza en la Conferencia para el Pacto Mundial sobre Migración Segura en Marruecos - MPPRE

Discurso del Canciller Jorge Arreaza en la Conferencia para el Pacto Mundial sobre Migración Segura en Marruecos

Muchas gracias. En primer lugar agradecer al Reino de Marruecos, a su majestad Mohamed VI, al ministro de Relaciones Exteriores, Nasser Bourita, por invitarnos a esta Conferencia del Pacto Mundial para una Migración Ordenada, Segura y Regular. El Pacto que hoy nos reúne, aunque no es perfecto y  aún queda mucho camino por recorrer, constituye una base mínima y una hoja de ruta  común para guiar la cooperación y el diálogo de los Estados y de la sociedad, propiciando políticas integrales desde la perspectiva del Derecho Internacional Público y el respeto a los Derechos Humanos en favor de los migrantes. La movilidad humana nos ha acompañado desde el origen de las civilizaciones. Muchas de nuestras sociedades son producto del hecho migratorio. La heterogeneidad cultural de las migraciones, ha sido elemento constitutivo de muchas identidades nacionales y regionales. Se trata de un derecho humano y como tal debemos protegerlo y garantizarlo. Hoy somos más, muchos más y es mucho más fácil, desplazarse. Aunado a ello el sistema internacional económico y financiero, especulativo que se ha puesto en sistema internacional genera cada día más mayor desigualdad.  Si a eso sumamos las agresiones económicas unilaterales con impactos migratorios, tenemos que concluir que este Pacto, constituye una iniciativa oportuna, pertinente y necesaria. Venezuela reconoce los aportes positivos de este Pacto Mundial que se fundamenta en la cooperación en materia de migración, sin embargo debemos advertir que su aplicación debe estar estrictamente apegada a los principios y propósitos de Naciones Unidas, y exhortamos a evitar cualquier intento por convertirlo en una herramienta de intervención que puede ser invocada por algunos Estados. No se debe aceptar ninguna manipulación e interpretación selectiva de sus objetivos, ni mucho menos flexibilizar sus postulados, para procurar el apoyo de los países que hoy rechazan el Pacto y se retiran de esta justa iniciativa.  Se trata del primer gran esfuerzo multilateral en dar prioridad a los migrantes a partir de su dignidad, para que sean reconocidos como sujetos de derecho, como agentes de desarrollo y defender esas garantías frente a cualquier corriente que busque mancillar sus aportes en lo fundamental. La migración es un fenómeno multifacético, complejo, que ha beneficiado el desarrollo de nuestras sociedades, por ello condenamos categóricamente que algunos sectores políticos y económicos quieran utilizar a los migrantes presentes en sus países como pretexto para no asumir los desafíos que deben afrontar en determinadas áreas de su política interna. Se han fomentado corrientes racistas y xenófobas y una tendencia a criminalizar la migración que van cercenando los derechos humanos más elementales de los migrantes. No se atienden los problemas internos pero se juzga a otros Estados y se manipula el tema migratorio a conveniencia. Por ejemplo, resulta lamentable que algunos Estados hayan decidido no sumarse a este gran esfuerzo en pro de la humanidad, alegando que con ello se coarta la libertad de expresión consagrada en su constitución con el perverso objetivo de seguir promoviendo la xenofobia, el racismo, el odio, la discriminación y la intolerancia hacia los migrantes. Esta concepción supremacista y de clase social, nos remonta a los más tristes episodios del pasado que creemos superados. No podemos aceptar que se imponga la visión de la securitización de la migración. El verdadero crimen es criminalizar a los migrantes. No es un juego de palabras, es una realidad que este pacto y los planes de acción que voluntariamente acordemos y coordinemos, debe neutralizar. Tal como ha dicho el Presidente de Bolivia, Evo Morales, no existen seres humanos ilegales. Esta concepción es inhumana y contraria al Derecho Internacional. No se puede pregonar que se es ejemplo de promoción y protección de los Derechos Humanos en el mundo, cuando se cercena la dignidad de millares de migrantes a diario, se les amenaza con el uso de la fuerza letal, se les deja a su suerte o cuando se atacan embarcaciones con inmigrantes en el mediterráneo o se les niega el acceso a los puertos, hasta provocar su muerte. Sólo por poner dos ejemplos. Acaso los países centrales a los cuales se dirigen hoy importantes flujos migratorios no son responsables directos de procesos de colonización y procesos de neocolonización expoliadores hoy en marcha, esos procesos que han que han desestructurado y desmantelado las instituciones y la estabilidad en países africanos o latinoamericanos. Es decir, nos invaden, se llevan nuestros recursos naturales, nos imponen en muchos casos su cultura y religión, nos someten a la pobreza y la exclusión, y luego criminalizan y evitan nuestra migración por todos los medios posibles. Justificar con leyes nacionales el encarcelar niños en jaulas y separarlos de sus padres, al tiempo que se intenta cuestionar con artilugios legales el principio universalmente reconocido de consideración primordial al interés superior del niño, es un oprobioso insulto a la comunidad internacional. Llama poderosamente la atención que aquellos países que promueven la intervención en distintas partes del mundo hayan hecho del respeto a la soberanía nacional un punto de honor para negociar este instrumento. Son justamente estos países los que mancillan la soberanía nacional de Estados soberanos con intervenciones, promoción de la guerra, aplicando extraterritorialmente sus leyes y bloqueos económicos para coaccionar y torcer la voluntad de pueblos libres, promoviendo agendas belicistas y procurando forzar convenientes cambios de gobiernos, promoviendo también migración. Este es un dilema que el multilateralismo debe abordar con firmeza y decisión. Venezuela ha sido un país que históricamente ha acogido inmigrantes de todo el mundo, incluyendo países de Europa, Asia y Medio Oriente, y especialmente de nuestra región, países vecinos, hermanos. Los migrantes se han asentado por millones y han desarrollado una vida próspera en Venezuela, en especial lo han hecho en las últimas décadas. Jamás fueron víctimas de xenofobia ni discriminación. Por el contrario, han enriquecido nuestra cultura, sociedad, y economía, y hoy y siempre seguirán siendo bienvenidos y garantizados sus derechos sociales. Un ejemplo notable de ello lo representa el que durante los Gobiernos del Presidentes Hugo Chávez y del presidente Nicolás Maduro, se ha establecido un proceso de regularización que ha otorgado la nacionalidad venezolana a más de cinco millones de hermanos colombianos, y un millón de otras nacionalidades de origen. Como resultado de las medidas coercitivas unilaterales que Estados Unidos y otros países actualmente aplican contra la economía y otros ámbitos de vida de mi país, aunado a una campaña internacional de desestabilización contra el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro para derrocarlo por vías inconstitucionales, se ha generado una movilización atípica de nacionales venezolanos particularmente hacia países vecinos, la cual lejos de constituirse en una crisis humanitaria como lo quieren hacer ver países interesados en promover una agenda intervención, representa otro capítulo de la batalla de un pueblo agredido. Algunos gobiernos y organismos multilaterales hacen fiesta, exageran cifras, en una insólita rebatiña por hacerse de recursos para atender a migrantes venezolanos. En casi todos los casos, viven en Venezuela tres y hasta cinco veces más nacionales de esos países, que los venezolanos que alegan haber recibido recientemente. Por ejemplo en Venezuela hay 5 millones de colombianos y jamás nosotros haremos uso de ello para estar solicitando recursos al sistema internacional. Sin embargo, han visto ustedes como el Canciller de Colombia viene aquí a exponer el caso venezolano y lo hace en todos los foros para buscar recursos para Colombia. A pesar de los intereses inconfesables que se esconden tras esta campaña, a través de una iniciativa del presidente Nicolás Maduro, el Plan “Vuelta a la Patria”, organizado y financiado por el Gobierno venezolano, han retornado al país más de 10500 venezolanos, y se alistan nuevos vuelos de retorno voluntario bajo el auspicio siempre del Gobierno venezolano. Este plan, es el único en su estilo y semanalmente retornan cientos y millares de venezolanos que regresan a casa, de la mano de sus instituciones de su revolución.  En este momento están volando 90 venezolanos en un avión del Estado venezolano desde Argentina hasta Caracas. Finalmente, deseo reafirmar como venezolano el compromiso de mi país indoblegable con los principios del multilateralismo, con el espíritu de este Pacto de Marrakech tan trascendente y se pone a la disposición de Naciones Unidas y de todos los Estados, para actuar siempre en la realidad concreta y garantizar en conjunto el respeto de los derechos de los migrantes, a través de la cooperación. En Marrakech hemos hecho historia para garantizar, un mejor presente y un futuro digno y justo para los migrantes en el mundo entero. Felicitaciones a todos los países que se han sumado a ésta iniciativa. Muchas gracias.