Durante la Quinta Conferencia de Revisión de la Convención para la Prohibición de Armas Químicas, que se celebra en La Haya, Países Bajos, del 15 al 19 de mayo, Venezuela reafirmó su compromiso con el desarme químico global y absoluto conforme con los acuerdos internacionales.
Así lo dio a conocer el jefe de la delegación de la República Bolivariana de Venezuela en el evento, el viceministro para Temas Multilaterales del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Rubén Darío Molina, durante su intervención en la plenaria, ante la presencia del presidente de la Quinta Conferencia, Henk Cor van der Kwast, representante permanente del Reino de los Países Bajos ante la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Venezuela destacó que esta conferencia representa una oportunidad para revisar el funcionamiento e implementación de la Convención sobre las Armas Químicas, en beneficio del fortalecimiento de la labor de la OPAQ.
“Se requiere del profundo compromiso de los Estados Partes para respetar la integridad de la Convención y no politización de la misma, de conformidad a los principios establecidos en la Carta de las Naciones Unidas, la cual defendemos y solicitamos de manera permanente sea respetada”, enfatizó el diplomático venezolano.
En este sentido, instó a los países que aún no son parte de esta organización a ratificarla “sin demoras ni condiciones previas”.
Molina destacó la necesidad de garantizar un mundo libre de armas químicas y mantener los usos pacíficos de esta ciencia en “beneficio de la humanidad, del desarrollo de los pueblos sin exclusiones ni doble raseros”.
Al tiempo que aseveró el compromiso de Venezuela con el desarme químico global, pues a su juicio “la existencia y la proliferación de armas de destrucción masiva siguen siendo una amenaza para la paz, la humanidad, la existencia de los seres vivos”.
Venezuela confía que esta Quinta Conferencia de Revisión siga teniendo presente el cumplimiento del plazo fijado para la destrucción de todo el arsenal químico que posee los Estados Unidos de América, ya que el respeto a este compromiso permitirá impulsar el trabajo en temas cruciales vinculado con el desarrollo económico y tecnológico de los Estados Partes, la cooperación internacional y la asistencia, que requieren el incremento de la asistencia técnica, transferencia de tecnologías sin condicionamientos, la asignación de mayores recursos monetarios, adquisición de materiales de equipos que acompañen el fortalecimiento de las capacidades nacionales.
El jefe de delegación denunció que el impacto de las 927 medidas coercitivas unilaterales “violatorias de los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo, aplicadas por los Estados Unidos, sus aliados de la Unión Europea”, no permiten la cooperación internacional efectiva por parte de Venezuela, ya que las mismas “tienen un impacto directo en los programas de protección y seguridad químicas de la industria nacional (requerimiento fundamental de la Convención), reduciendo la efectividad de nuestros programas e incrementando la posibilidad de sufrir una gran calamidad química”.
