Secretario del ALBA-TCP participa en videoconferencia con red de intelectuales en México - MPPRE

Secretario del ALBA-TCP participa en videoconferencia con red de intelectuales en México

En videoconferencia con el capítulo México de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP), Sacha Llorenti, denunció que la pandemia de COVID-19 de ninguna manera ha sensibilizado a quienes aplican medidas coercitivas unilaterales contra Cuba y Venezuela.

Por el contrario, alegó que las han incrementado y utilizado como armas para impedir que puedan administrar bien la crisis sanitaria global.

Indicó que en el caso de Venezuela, no solo es Estados Unidos y la Unión Europea, sino también algunos países de la región que se han sumado a la tarea de agredir al país suramericano.

El Secretario Ejecutivo del mecanismo de integración regional explicó que la pandemia ha demostrado los alcances y limitaciones intrínsecas del modelo neoliberal del sistema capitalista, y ha tenido incidencia en acelerar fenómenos también globales, como el cambio climático, la disrupción tecnológica, la desigualdad, la precarización de las formas de trabajo y de integración.

Ejemplificó con el caso de las vacunas contra la COVID-19 y su acumulación por países desarrollados como un bien altamente cotizado, sometido a las reglas del mercado, «por eso Canadá ha podido comprar y acumular vacunas para cinco veces el número de su población», afectando el suministro para países del Sur Global. «Tenemos países que en breve declararán la inmunidad del llamado rebaño y otros que no han recibido ni una sola dosis de vacuna», contrastó.

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El representante del ALBA-TCP precisó que el efecto de la pandemia sobre las formas de integración queda en evidencia con el rol periférico que ha jugado Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, que no ha tenido el papel que debería asumir en una situación de amenaza sanitaria global, «es decir, el sistema global de reglas comunes también ha fracasado a la hora de enfrentar la pandemia». Acotó que pervive la regla del más fuerte es el que manda.

En el plano de la integración regional, puntualizó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) prácticamente ha desaparecido y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) fue sacada de la unidad de cuidados intensivos por el liderazgo de México en la presidencia pro tempore; en cambio, ha cobrado mayor relevancia la OEA con el rol funesto de su secretario general Luis Almagro, que ha tenido una tremenda agresividad contra países que, incluso, no son parte de la asociación, como Cuba y Venezuela.

Gestión del ALBA-TCP

Sacha Llorenti resaltó que el ALBA-TCP intenta construir actualmente un modelo de integración mucho más elevado en términos políticos, económicos y sociales, apostando más a la unidad que a la integración, lo que se logra gracias a coincidencias de sus nueve Estados miembros en materia antiimperialista, anticapitalista, anticolonialista y antipatrialcal.

«Por mandato de los jefes de Estado, hemos iniciado a lo largo de estos meses una serie de actividades en diversas áreas: salud, educación, comunicación, agricultura, derechos de la mujer y género, cambio climático, entre otras, con resultados concretos, como el banco de vacunas y la habilitación de un fondo humanitario para que cinco países del Caribe oriental puedan comprar vacunas», detalló.

Felicitó que pese al terrible asedio, Venezuela y Cuba, miembros fundadores de la Alianza, han manifestado el espíritu de solidaridad del bloque. «Venezuela ha donado oxígeno al estado de Manaos en Brasil. Conviasa ha trasladado vacunas desde China hasta Dominica y hemos atendido en la medida de lo posible la situación en San Vicente y las Granadinas, luego de la erupción del volcán».

Finalmente, el Secretario Ejecutivo afirmó que más allá de lo formal y multilateral, y en función de dar un salto cualitativo para extender la labor del ALBA-TCP más allá de sus miembros, recientemente convocó una reunión con 30 centros de pensamiento del Sur Global y se plantearon construir una agenda pospandemia para 7 mil millones de personas.