ESPECIAL | 30 de abril: La mentira de la 'Operación Libertad' - MPPRE

ESPECIAL | 30 de abril: La mentira de la ‘Operación Libertad’

Al despuntar el 30 de abril de 2019, Venezuela era víctima de un intento de golpe de Estado. Los protagonistas, los mismos golpistas del año 2002: la ultraderecha.  Esta vez, bajo el manto de la mentira de la “Operación Libertad”, que marcaba la huida del hoy prófugo de la justicia Leopoldo López. La siguiente cronología muestra las claves de lo ocurrido.

El epicentro del fake news en Venezuela fue la Base Aérea La Carlota. Allí un minúsculo grupo de militares desleales a los preceptos constitucionales traicionaban a la Patria por un puñado de dólares y se vendía al mundo la narrativa de un alzamiento militar.

Las redes sociales fueron el puente para el tránsito de la mentira. El empresario y prófugo de la justicia, Alberto Federico Ravell, a las 5:13 de la mañana anunciaba que tanto López como Juan Guaidó, exdiputado de la Asamblea Nacional (AN), junto a integrantes del cuerpo castrense mantenían “el control de la Base Aérea La Carlota».  Al mundo se vendía -a esa hora- que se gestaba el golpe de Estado.

La verdad de los hechos

No había tal alzamiento militar, ni la Base Aérea La Carlota estaba tomada por los golpistas.

Muy cerca de allí, en el distribuidor Altamira ubicado en la autopista Francisco Fajardo de Caracas, Guaidó y López -quien cumplía arresto domiciliario por motivos de salud- fue liberado por el entonces director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), el general Manuel Ricardo Cristopher Figuera, y ambos llamaban a sus partidarios a la violencia terrorista como guión desestabilizador usado en  2014 y 2017 con las denominadas “guarimbas” a fin de establecer un formato que permitiera una invasión extranjera. Todo ocurría en las afueras de la institución castrense.

Nuevamente quedaba en evidencia la intencionalidad de la Casa Blanca en desestabilizar la democracia en Venezuela.

Para este objetivo, Figuera, quien fue un elemento clave del plan instigador y golpista, ya había sido captado por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés), y desde hacía más de un año ya actuaba de forma encubierta. Así lo reveló el presidente Nicolás Maduro, tras profundas investigaciones.

López cumplía condena por delitos de incendio y daños que se ejecutaron como parte de un plan de derrocamiento llamado «La Salida» contra el presidente Nicolás Maduro en 2013. En su expediente se incluye instigación a delinquir, intimidación pública, daños a la propiedad Estatal y homicidio intencional calificado. Figuera era responsable de su seguridad y fue blanco fácil de los planes imperiales, vendiéndose al mejor postor junto a otros custodios.

La intentona fracasada

Guaidó, quien hacia un inmenso esfuerzo por inflar un mandato presidencial imaginario, era presionado por el Pentágono y se requería la habitual foto con la que miembros de la ultraderecha cobran por desestabilizar a Venezuela.

La gráfica pronto correría por las corporaciones mediáticas internacionales que, avistadas de lo que iba a suceder, no tardaron en publicar.

Guaidó, López y Figuera junto a otros diputados en desacato y un puñado de militares, 16 en total – porque el resto fue engañado con otra versión- posaron para la tan ansiada fotografía y en videos destacaba el llamado a la violencia como método desesperado para convencer a sus amos del Norte. El resto de la poca población civil que los acompañaba, más tarde comenzarían la violencia.

Los 16, se refugiaron el 30 de abril sin contratiempos en la embajada de Panamá, y huyeron del país el mismo día. Al ser visitada la sede diplomática, autoridades se justificaron al responder “que eran huéspedes diplomáticos”.

Figuera, por su parte, apenas liberó a López, se subió a un avión para huir del país para luego aterrizar en suelo norteamericano.

FANB leal a la Carta Magna

El Vicepresidente Sectorial para Soberanía Política, Seguridad y Paz, y ministro del Poder Popular para la Defensa, Vladimir Padrino López, daba cuenta de la normalidad del país, de la conducción leal de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a la Carta Magna y del mediocre intento de la ultraderecha venezolana.

“Hacemos responsable de toda violencia, de toda muerte, de todo derramamiento de sangre, a toda esa dirigencia fascista, antipatriótica”, dijo Padrino López el mediodía de ese martes, 30 de abril, desde la sede del batallón Caracas.

Reveló que el 80% de los efectivos que participaron fueron engañados. “Es parte de un formato, una conducta mitómana, para confundir, para llevar al desastre, al caos, a la muerte, a un grupo de hombres que están cumpliendo su misión”, expresó.

Añadió que los militares engañados se retiraron del sitio en señal de rechazo, luego de que la dirigencia opositora afirmara que el final para lograr el cese de la usurpación “es ahora o nunca”.

Mientras tanto, el entonces presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, hizo un llamado al pueblo a través de un contacto telefónico que se produjo a las 06:47 de la mañana, por Venezolana de Televisión (VTV) y reiteró la verdad del momento: La Base Aérea La Carlota, estaba en paz y en la conducción de la FANB.

Cabello indicó que “las locuras no tienen cabida en este país. Nosotros los vamos a vencer y ellos van a ser tratados como unos golpistas, que asuman su responsabilidad”.

Agregó: “En realidad nunca estuvieron dentro de este cuartel militar, pues el espectáculo mediático llamando al golpe de Estado lo hicieron desde un puente del distribuidor de Altamira”.

En su intervención llamó al pueblo al Palacio de Miraflores en defensa de la Constitución Bolivariana. Solo bastó esa llamada para que el soberano antes de las 8:00 de la mañana circundara el Palacio del Pueblo. Miraflores era custodiada por las fuerzas populares y se consagraban los preceptos de defensa de la soberanía.

Al finalizar la tarde, Cabello reiteró la denuncia: “Señores opositores: otro engaño más, los engañan con fechas y con nombres, les hablaron de Operación Libertad, que cosa más sublime: la libertad, pero les ocultaron que se trataba solo de la libertad del fascista asesino Leopoldo López, que pena, ¡Nosotros Venceremos!”, escribió en su cuenta de la red social Twitter, @dcabellor.

Quedaba claro entonces que el golpe era mediático y planificado para que se concretara la fuga de Leopoldo López. Más allá de ese episodio, no había tal fuerza.

Las voces cómplices

Mientras el pueblo permanecía en las calles en defensa de la Constitución, del otro lado en el Distribuidor Altamira, la violencia persistía para tratar de oxigenar de nuevo el golpe, pero esta vez en las calles.

La caotización fue repelida por varias horas por los cuerpos de seguridad del Estado, mientras la mediática mundial mentía y mentía para tratar de mantener el formato de Guaidó, que trataba de convencer sin argumentos válidos que había una sublevación militar.

La otra esfera, aparte de la mediática, la llenaban los mandatarios de la región genuflexos a la Casa Blanca, que como Iván Duque, hacían su mejor esfuerzo por legitimar el golpe y su Canciller llamaba a una reunión de emergencia del autodenominado Grupo de Lima.

Desde la Casa Blanca, la administración de Donald Trump, se pronunciaba también en un intento de alentar el golpe y en su cuenta de Twitter, el presidente estadounidense enviaba un mensaje: “Estoy monitoreando la situación en Venezuela muy de cerca. Estados Unidos está con el pueblo de Venezuela y su libertad”.

Lo secunda su Asesor de Seguridad Nacional John Bolton, quien en una habitual bravuconada, profirió varias amenazas contra los representantes de los Poderes Públicos de la Nación.

“Su tiempo se ha acabado. Esta es su última oportunidad. Acepten la amnistía del presidente interino (Juan) Guaidó, protejan la Constitución y eliminen a Maduro, y los eliminaremos de nuestra lista de sanciones. Quédense con Maduro, y bajen con la nave”, escribió Bolton en su indignado tono.

Por su parte, el delegado de Trump para la guerra contra Venezuela, Elliot Abrams también se sumó aparentando estar desinformado sobre la situación.

“La situación en terreno en el país, sigue confusa y he recibido información contradictoria”, sin embargo, confesó su comunicación con Guaidó durante los acontecimientos calificándolo de “optimista y determinado” y, al mismo tiempo, advirtiendo el fracaso de la operación: “Parece que hoy no darán el paso”, dijo.

Las piezas iban encajando una a una, se pretendía un golpe de Estado con marca gringa.

El relato militar

A las 10:30 de la mañana en una interesante narrativa dentro de La Carlota al canal internacional Telesur, el Primer Teniente del Ejército, Jairo Betermini, respondió:

“A las seis de la tarde del lunes 29 de abril nos mandaron a buscar nuestros uniformes patriotas para recibir unas condecoraciones y una noticia que nos cambiaría la vida”.

Prosiguió: “A las tres de la mañana nos mandaron a retirar los fusiles porque íbamos a tomar el penal de Tocorón, porque habían ingresado mil fusiles e iban a sacar a los presos para que fueran en contra del pueblo”.

“El punto de salida iba a ser aquí en Altamira. Cuando llegamos aquí nos mandaron a trancar la vía y nos dijeron que esto era un golpe de Estado”. Quienes dieron la orden, dijo el militar, fue el comandante de la Guardia Nacional Rafael Pablo Soto Manzanares, dos hermanos con grado de Mayor y otro Comandante de apellido Sánchez.

“Esto es otro sabotaje de la derecha golpista que quiere que nosotros mismos nos enfrentemos. Ya les demostramos de nuevo que no van a poder”, agregó Betermini.

Asedio a Venezuela

Activistas a favor de la paz en Venezuela se movilizaron por todo el mundo.

En Washington custodiaban la sede de la embajada venezolana en Estados Unidos con el permiso del Gobierno del presidente Nicolás Maduro, bajo la consigna “No al golpe, no a la guerra, no más sanciones”, mientras manifestaban su desacuerdo por el intento de golpe de Estado y apuntaban al auspicio de este desde la Casa Blanca.

Cerca del medio día el Servicio Secreto de los Estados Unidos (cuerpo bajo las órdenes del Consejo de Seguridad Nacional, presidido por John Bolton) llegó con el propósito de arrestar a los activistas que custodiaban la sede diplomática venezolana, pero rápidamente fracasaron.

 La huida y el salto al vacío

Con la complicidad del Grupo de Lima, Leopoldo López plantaba su huida y cómo en sus actuaciones anteriores pretendió dejar sembrado el caos.

A través de su cuenta en Twitter, el canciller chileno, Roberto Ampuero, confirmó que Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, se encontraban en la embajada de Chile en Caracas, en calidad de “huéspedes”. La fuga de López se relaciona directamente con la fallida operación que impulsaba el golpe de Estado.

Más tarde, Ampuero informó que López y su familia se dirigieron a la embajada de España.

Durante el día 30 de abril, Guaidó convocaba, en un verdadero salto al vacío, a su militancia para que continuara en las calles aun cuando se había develado el plan golpista y el país mantenía su marcha habitual.

Guaidó estaba atrapado, pues la Casa Blanca y el Pentágono reclamaban la acción en un intento desesperado por derrocar al gobierno legítimo de Nicolás Maduro.

La victoria popular

Desde el Palacio de Miraflores, el presidente de la República Nicolás Maduro, hizo un reconocimiento a la FANB por haber derrotado constitucionalmente el intento del golpe de Estado, neutralizando las acciones que pudieron cobrar la vida de inocentes y que no ocurrió gracias a las estrategias militares y de orden público para preservar la paz.

El Mandatario denunció ante el mundo el plan de la administración Trump que apunta a sembrar caos y violencia

Reveló detalles sobre la operación: ocho tanquetas fueron apostadas en la autopista Francisco Fajardo para trancar el tráfico en la importante arteria vial. A su vez afirmó que la Base Aérea La Carlota nunca fue tomada por el reducido grupo que apoyaba a Guaidó y que portaba armamento de guerra. El Presidente indicó que «buscaban un enfrentamiento, un desastre, una estrategia, con 200 muertos».

El móvil del golpe

Leopoldo López ha sido la figura política escogida por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) desde hace varios años para derrocar a la Revolución Bolivariana.

El exalcalde y exprecandidato presidencial ha sido inhabilitado por hechos de corrupción, vinculado a instituciones financiadas por la CIA y responsable de acciones desestabilizadoras.

El periodista canadiense Jean-Guy Allard relata que, en la década de 1990, López estudió en una institución estrechamente vinculada a la CIA, el Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, “pues de allí reclutan a muchos de sus agentes de inteligencia”, refiere Telesur.

López habría conocido en aquellos años al general David Petraeus, exjefe de la CIA y hombre de confianza de Barack Obama, en materia de inteligencia, y a Paula Broadwell, especialista en contrainsurgencia y análisis geopolítico de la inteligencia militar.

Las acciones de ese 30 de abril de López y Guaidó, ambos compañeros del partido Voluntad Popular (VP), no fue más que la continuación del guión golpista gestado desde Washington y que nuevamente fracasó frente a una victoria popular democrática.

Prensa Presidencial