Ocho años han pasado desde aquella tarde del 5 de marzo que se llevó al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías. Así como el tiempo no logró borrar su recuerdo, la pandemia no impidió que la conmemoración de una hora trágica como la de su siembra condujera a visitar de nuevo su vida, su obra y su legado.
En el octavo aniversario de la desaparición física del líder de la Revolución Bolivariana, el Consulado General de la República Bolivariana de Venezuela en Barcelona conmemoró la fecha con una ofrenda floral en la sede diplomática, acto encabezado por el cónsul general, Néstor López, en compañía del personal diplomático y de los trabajadores y las trabajadoras locales de la misión. Manteniendo el estricto protocolo de bioseguridad aplicado a la ejecución de las labores diarias del Consulado, en razón de la pandemia del COVID-19, el Cónsul General y el personal colocaron flores con los colores de la patria ante el retrato del Comandante Eterno, justo al lado del busto del Libertador, querida fuente de su inspiración.
Luego de un minuto de silencio, el Jefe de Misión pronunció unas palabras en las que recordó al «Chávez nuestro» y su hermosa lucha para transformar la realidad».
«No me gusta recordar al presidente Chávez con nostalgia porque él no pertenece al mundo del pasado; él pertenece al futuro. Chávez como concepto, como símbolo, es la promesa del futuro hacia donde tiene que marchar la humanidad, donde el ser humano sea el centro de la acción de los que se empecinan en hacer política, una política cada vez mejor».
El diplomático condenó las medidas coercitivas unilaterales con las que el Gobierno de Estados Unidos y la Unión Europea estrangulan a Venezuela “de una manera injusta, grosera e inhumana” para forzar un cambio de gobierno e intentar acabar con la Revolución Bolivariana.
«Una de las cosas que nos ha permitido seguir adelante ha sido el ejemplo de Chávez, un hombre que no miraba los problemas sino las soluciones, y con valentía siempre hallaba el mejor ángulo para abordar las dificultades».
El Jefe de Misión tomó la actitud del sistema capitalista frente a la pandemia del COVID-19, situación que evidencia con claridad las diferencias entre la visión mercantilista de la vida y de la salud y una política humanista e internacionalista que desde un principio ha sido eje y bandera de la Venezuela Bolivariana.
«En estos tiempos de pandemia, de graves injusticias contra los más pobres en un tema tan esencial como la vida misma, vemos como canallamente se lucha por tener el control sobre las vacunas (…) Y que los demás se hundan (…) Cuando el presidente Chávez nos enseñó, por ejemplo, que Venezuela no podía salir adelante si no ayudaba a sus vecinos a salir adelante también, si no ayudaba, por ejemplo, a esas islas del Caribe que quedaron abandonadas por los imperios coloniales».
Hace apenas un mes, el Gobierno de Venezuela envió varios cargamentos de oxígeno a Brasil para mitigar el desabastecimiento de este recurso en los estados fronterizos de Amazonas y Roraima, cuyos sistemas sanitarios han colapsado ante la pandemia de coronavirus y el desinterés de quien dirige el Estado brasileño.
«Porque como decía Chávez: servir a nuestro pueblo es servir a la humanidad, a otros pueblos que no pueden defenderse o todavía no han entrado en la conciencia de que pueden mejorar su existencia y la existencia de las generaciones venideras».
Consulado de Venezuela en Barcelona