En el inicio del 38° Período de Sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, exhortó al sistema multilateral en todas sus expresiones a neutralizar la modalidad de agresión a los pueblos implícita en las medidas coercitivas unilaterales, que se han expandido por parte de Estados Unidos contra países como Venezuela, Cuba y Nicaragua, «si hablamos de no dejar a nadie atrás».
Durante su participación en el Diálogo de Cancilleres y Altas Autoridades de América Latina y el Caribe, el Canciller venezolano agradeció que la ONU y la Cepal hayan alzado su voz en contra de las medidas coercitivas, pero es necesario actuar y tomar decisiones, por lo que reiteró la propuesta del presidente Nicolás Maduro, en la reciente sesión de la Asamblea General de la ONU, de crear un fondo rotatorio de compras públicas para apoyar a los países afectados y que puedan comprar sus alimentos, medicinas, insumos para la producción.
Explicó que la pandemia de COVID-19 sólo ha agravado la crisis preexistente del modelo económico capitalista; pone en evidencia sus fallas más profundas, por lo que debe ser un llamado a la consciencia y a la voluntad política para tomar decisiones estructurales de cambio de modelo.
El jefe de la diplomacia venezolana aportó que las políticas económicas del mundo postpandemia deben cuidar y proteger los derechos sociales de los pueblos, como el acceso a la educación, la salud, la alimentación y la vivienda.
Multilateralismo y solidaridad
En la apertura del evento telemático, António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), destacó el liderazgo de Cuba -que en esta jornada entrega la presidencia pro tempore de la Cepal a Costa Rica- en seguir avanzando en el posicionamiento de la región como una comunidad comprometida con la igualdad, el desarrollo sostenible y la cooperación entre los gobiernos y los pueblos.
Puntualizó que la crisis generada por la pandemia de COVID-19, «pone más que nunca a la cooperación y el multilateralismo en el centro de nuestro trabajo» y que la solidaridad es la única tabla de salvación, a la vez que instó a garantizar que la vacuna contra el nuevo coronavirus se considere un bien público mundial, accesible y asequible para todas las personas.
Además, reiteró el compromiso de las Naciones Unidas en apoyar y acompañar a los Estados miembros de la Cepal en su empeño colectivo de enfrentar los desafíos postpandemia, que implican un nuevo paradigma de desarrollo que sea incluyente, igualitario y sostenible.
Asimismo, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, esbozó la propuesta de una agenda de políticas fiscales, monetarias y financieras para una recuperación transformadora con igualdad y sostenibilidad, sobre la base de siete sistemas sectoriales: transición energética, inclusión digital, movilidad eléctrica del transporte público, manofactura de la salud, economía circular, bioeconomía y turismo sostenible.
Precisó que para cumplir con esta agenda, será necesario refundar el multilateralismo sobre nuevas bases, ampliar los espacios de política de la periferia y que se corrija el sesgo recesivo de la economía internacional.
Bárcena también indicó la necesidad de recuperar el proyecto de integración de América Latina y el Caribe, y en este sentido, celebró los esfuerzos de México para revitalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), a la vez que reiteró el compromiso de la Cepal con la reforma del Sistema de las Naciones Unidas.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en su discurso de apertura, se enfocó en los devastadores efectos de la pandemia de COVID-19 y el cambio climático en la desaceleración económica de la región, alertando que ante estas dramáticas perspectivas urge la promoción de políticas integrales en materia de desarrollo sostenible, mitigación, adaptación y resiliencia.
El mandatario cubano consideró indispensable continuar apostando por un multilateralismo renovado y fortalecido por la cooperación solidaria y la búsqueda de soluciones concertadas e innovadoras.
Por último, reiteró la condena al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra la isla caribeña, que se ha arreciado en los últimos dos años, incluso en tiempos de COVID-19, y que calificó de genocidio.
