Punto y seguimos: En la ONU sigue oliendo a azufre | Por Mariel Carrillo García - MPPRE

Punto y seguimos: En la ONU sigue oliendo a azufre | Por Mariel Carrillo García

Resulta que un informe “independiente” de un organismo de las Naciones Unidas concluye – sin que se haya hecho siquiera una visita – que en Venezuela, el presidente Maduro encabeza – así, en persona – violaciones sistemáticas a los derechos humanos, junto a sus generales más cercanos. La cosa es tan seria, que hace palidecer a las dictaduras del Cono Sur. Y casi casi Nicolás va a lograr con los venezolanos lo que no pudo Hitler con los judíos; es decir, exterminarnos a todos. Al menos esa es la lectura que hacen del documento los “referentes” de la oposición nacional e internacional.

El informe en sí mismo ya es bastante inconsistente en cuanto a rigurosidad técnica, pero la interpretación es peor, y bueno, es lo que le llega a la mayoría de la gente, ya que esos mamotretos “oficiales” no los lee todo el mundo. Básicamente la ciudadanía se traga pedacitos de una bazofia que ya ha sido previamente masticada por envenenadores profesionales; lo cual explica que las señoras de El Cafetal y la ilustrada “diáspora” venezolana en el exterior, juren que Pinochet era un niño de pecho al lado de Maduro. Porque al menos el General salvó a Chile del comunismo y mejoró la economía, dicen.

Aunque claro, del señor Pinochet jamás hablarían mal los redactores del reporte. Uno de ellos, Francisco Cox, fue abogado defensor del subsecretario General de Gobierno de la dictadura chilena, Jovino Novoa; así como socio del ex ministro de Justicia de Sebastián Piñera. Saque usted la cuenta. En un mundo un poquito menos cínico esto ya anularía completamente la credibilidad no sólo del informe, sino de la oficina de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, por presentar semejante chapucería ante la opinión pública mundial. Pero ese no es el mundo en que vivimos.

El cuidado de las formas, la investigación y la argumentación son cosa del pasado. Ya ni hay que visitar los lugares, ni entrevistar a las partes del conflicto, mucho menos tener algún tipo de metodología, o peor aún que se evalúe la capacidad de observar imparcialmente de los agentes investigadores. Lo único que importa es el objetivo político de quienes tienen el poder en los organismos internacionales. Serán tiranos y dictadores quienes Estados Unidos quiera que lo sean, serán asesinos y ladrones y una amenaza para humanidad quienes ellos determinen; independientemente de que eso coincida o no con la realidad.

Bien lo decía el Comandante Chávez, a la ONU y en general a todo el sistema de organismos internacionales hay que transformarlos. Está clarísimo que, mientras mantengan la estructura actual (Consejo de Seguridad, por ejemplo) no habrá quien defienda ni la Paz, ni la soberanía, ni la no injerencia. Bien lo sabe el pueblo cubano, que gana año tras año la votación contra el bloqueo sin que esto signifique nada; bien lo sabe el pueblo palestino, condenado a la imposición del Estado de Israel en su territorio; bien lo saben los libios, iraquíes, afganos y todos los pueblos invadidos por la OTAN, y clarísimo lo debemos tener nosotros. En la ONU huele a azufre todavía.