Intervención del embajador Héctor Constant en la 212° Sesión del Consejo Ejecutivo de la Unesco - MPPRE

Intervención del embajador Héctor Constant en la 212° Sesión del Consejo Ejecutivo de la Unesco

Excelencias, estimadas y estimados todos,

Reciban ustedes un cordial saludo de parte del señor Presidente Constitucional Nicolás Maduro y del Gobierno Bolivariano de Venezuela.

Cuando hace 529 años, un día como hoy, tres navíos llegaban a América en busca de nuevas rutas comerciales, nadie podía imaginar que estaríamos frente a un suceso mayúsculo en la historia universal. Alguna vez el ilustre venezolano Mariano Picón Salas señaló que “la cultura de Europa y la naturaleza de América se desean y se buscan, como en un vasto sueño de humanidad total”.

El problema resultó en que aquellos conquistadores no habían aprendido sus lecciones aristotélicas, que definen el deseo como uno de los engranajes del dinamismo del alma humana, y en vez de apetito por las artes y las humanidades profesaron en general una cultura de la violencia con la subsecuente expoliación de la exuberante naturaleza americana.

Que no se inquieten sin embargo mis apreciados colegas de las delegaciones europeas, y menos las ibéricas, que no he venido hoy a hacer un recuento de los desatinos coloniales que desde el siglo XV desangraron América, y después África y Asia, y cuyas consecuencias todavía son notables en las heridas del memoricidio cultural.

Felizmente el fortalecimiento de los estudios decoloniales nos ha permitido recordar que la Malinche y el Inca Garcilaso fueron representantes de una nueva estirpe mestiza, que vino a constatar nuevamente que el amor sabe sobreponerse al conflicto entre dominantes y dominados.

Asimismo, hemos pasado por un importante proceso de recuperación simbólica que nos ha llevado, en Venezuela, a que hoy 12 de octubre celebremos el Día de la Resistencia Indígena para enaltecer nuestras raíces aborígenes.

Apreciados amigos,

Las digresiones históricas con las que introduzco mi discurso, no son más que un llamado de alerta frente a la constatación de que todavía existen peligrosos atisbos de intolerancia y desprecio cultural que debemos rechazar como contrarios a la riqueza de nuestro patrimonio planetario común.

La diversidad de aromas, colores, paisajes y manifestaciones culturales, dentro de una escolástica promotora de la vida y la prosperidad, ha de ser protegida frente a la depredación consumista, belicista y anti-ecológica que la arrogancia hegemónica del capital transnacional pretende diseminar en el planeta.Como bien ha señalado India ayer, debemos recuperar y reconceptualizar una dimensión espiritual que propenda al humanismo.

Hace algunos milenios, Platón dictaminaba que “una vida sin examen no es vivible para el ser humano». Yo invito a vuestras Excelencias a ocuparse quince segundos de las siguientes cifras que nos ayudarán quizás a examinar nuestra reciente realidad: desde el año 2020 hacemos frente a una nueva pandemia global que no distingue colores ni nacionalidades. Según la OMS, al día de hoy se han administrado más de 6mil 200 millones de vacunas en todo el mundo, de las cuales 73% se han administrado en sólo diez países. ¿Es que acaso creemos que esta temible desigualdad no tendrá efectos1tangibles en las áreas que son mandato de la UNESCO? ¿Podemos acaso pensar que, en las naciones con menor capacidad de vacunación el regreso presencial a clases será igual al de regiones vacunadas?

A lo anterior se suman, en muchos países como el mío, nuevos obstáculos crueles derivados de la imposición de medidas coercitivas unilaterales que además de ser ilegales, afectan directamente los derechos sociales, educativos y culturales de las poblaciones afectadas. Como lo señala el Informe de la Relatora Especial de Naciones Unidas sobre MCU presentado en septiembre pasado en Ginebra, las llamadas sanciones afectan hasta la misma conectividad cibernética, que en Venezuela han supuesto la paralización de sus satélites y una merma en el acceso a internet justamente en tiempos de cuarentena pandémica.

Contra este flagelo ilegal e inhumano, considerado por Venezuela como crímenes de lesa humanidad, se han pronunciado desde el Secretario General de la ONU hasta la Alta Comisionada para los Derechos Humanos. Esperamos que la UNESCO pueda emitir en el corto una opinión calificada denunciando la pesada carga que las MCU suponen, en los países que las sufrimos, para el alcance de los ODS.

Excelencias,

Hemos pasado meses dialogando sobre la ética en la inteligencia artificial. Conviene ahora recentrar el debate en la ética de la solidaridad, lo cual sin duda nos ofrecerá mejores perspectivas para encuadrar nuestras acciones colectivas y nuestro esfuerzo por recuperar el protagonismo de antaño de la UNESCO.

Los próximos cuatros años deberían ser de buen aliento para este objetivo, que a nuestro juicio sólo podrá ser logrado con el fortalecimiento del dispositivo fuera de sede. No es un secreto para nadie que todavía importantes partes de nuestra geografía planetaria no cuentan con un trabajo sistemático de la UNESCO en el terreno, lo cual sin duda también es reflejo de una escasez presupuestaria que es menester atender.

En Venezuela, seguimos comprometidos en seguir cooperando con el IESALC, siendo que la educación es una prioridad angular. Y también me complace informar que la Asamblea Nacional aprobó, luego de un amplio e inclusivo debate, la Ley para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Distinguidos colegas,

Mi país termina ahora su más reciente período como miembro de este Consejo y ha decidido no presentarse a la reelección. Deseo agradecer a todas y todos por el apoyo y por los gratos momentos de intercambio, reiterándoles que en Venezuela seguirán ustedes teniendo una mano amiga y un defensor del multilateralismo.

Muchas gracias.