Intervención de Félix Plasencia, ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, durante el Debate General de la Reunión Conmemorativa de Alto Nivel Mnoal - MPPRE

Intervención de Félix Plasencia, ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, durante el Debate General de la Reunión Conmemorativa de Alto Nivel Mnoal

Primeramente, permítanos transmitir al pueblo y Gobierno de la República de Serbia nuestro más sincero agradecimiento por su generosidad desde nuestra llegada a esta gran nación y por su empeño en ofrecernos su hospitalidad en su hermosa capital Belgrado.

Agradecemos a la presidencia de Azerbaiyán por la iniciativa de convocarnos aquí, de manera presencial, para conmemorar un nuevo hito en la historia de nuestro Movimiento de Países No Alineados (Mnoal): el 60 aniversario de aquella Primera Conferencia Cumbre. Quisiéramos, asimismo, reconocer su liderazgo durante los dos últimos años al frente del Mnoal.

Señor Presidente,

La República Bolivariana de Venezuela está firmemente comprometida con los Principios de Bandung, parte integral de nuestra política exterior y nuestra relaciones internacionales. Históricamente hemos abrazado la política de no alineamiento, rechazando la lógica del imperialismo y el colonialismo desde esta perspectiva Nuestra Bolivariana de cooperación, integración, tolerancia e inclusión, así como con los preceptos establecidos en aquella primera Conferencia de Belgrado de septiembre de 1961.

Sin duda alguna, el mundo ha cambiado drásticamente desde la Cumbre de Belgrado y, aunque nuestro Movimiento ha logrado importantes avances desde entonces, particularmente en el campo de la descolonización, aún queda mucho por hacer, especialmente para lograr soluciones a conflictos armados y de larga data, incluyendo a las situaciones de dominación y ocupación extranjera que hoy aún persisten en el mundo, así como para lograr la anhelada democratización de las relaciones internacionales y el establecimiento de un nuevo orden mundial verdaderamente justo y equitativo, en el que todas las naciones seamos realmente vistas e involucradas como iguales, permitiéndonos explotar plenamente nuestras potencialidades, a fin de asegurar el bienestar y la plena realización del derecho al desarrollo de nuestros pueblos.

Señor Presidente,

Pertenecemos a una era de cambios vertiginosos, de amenazas emergentes y desafíos complejos que aumentan la inestabilidad y la incertidumbre. Durante los últimos dos años, tiempo de la pandemia de la COVID-19, por ejemplo, hemos venido enfrentando los embates de una situación que no distingue entre grandes y pequeños, ricos y pobres, y que, además de poner de relieve y profundizar las brechas entre el Norte y el Sur, ha desencadenado una crisis humana estructural sin precedentes que afecta todos los ámbitos de nuestra vida.

En la actual coyuntura internacional, la cooperación y la solidaridad deberían prevalecer para hacer frente al peligroso resurgimiento que en la actualidad tiene lugar de las tendencias unilateralistas y de los enfoques excepcionalistas en detrimento del multilateralismo; es decir, en detrimento de la acción concertada y coordinada para hacer frente a amenazas y desafíos que nos son comunes.

En este orden, reiteramos desde este país, que fue víctima durante años de los efectos de las criminales medidas coercitivas unilaterales, que afectan hoy a más de un tercio de la humanidad, incluyendo a 30 millones de venezolanas y venezolanos, nuestro categórico rechazo a las mal llamadas sanciones, las cuales son tan ilegales como letales, y que, en medio de la actual pandemia, exacerban las dificultades y socavan los esfuerzos nacionales para atender esta emergencia multidimensional. Hacemos un llamado a combatir juntos esta política cruel e inhumana en todas las instancias multilaterales, incluyendo en aquellas cuyos gobiernos se aprovechan de la pandemia del coronavirus y del sufrimiento humano para avanzar agendas políticas, como sucede contra la República Bolivariana de Venezuela, desde instancias de gobierno como el de Washington, así como desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le niega a nuestro país, por razones meramente políticas, el derecho que nos corresponde para acceder a nuestros Derechos Especiales de Giro, hoy de importancia para proteger a nuestro pueblo de la pandemia del coronavirus.
 
Ahora bien, ante esta realidad, estimamos ha llegado el momento de redoblar esfuerzos para defender y hacer efectivos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, así como las normas del derecho internacional, mejor escudo que tenemos los países del Sur para defendernos ante las persistentes y sistemáticas agresiones de las grandes potencias. Hacemos un llamado a la unión de nuestras voces para reafirmar la plena validez de ese instrumento jurídico; para promover, preservar y fortalecer el multilateralismo, como el marco más inclusivo para abordar, en conjunto, sobre la base de las reglas acordadas por todos y contenidas precisamente en esa Carta, asuntos que, en un mundo cada vez más interconectado, nos conciernen y nos afectan a todos.

Señor Presidente,

Nuestro Movimientos de Países No Alineados (Mnoal) es el foro de concertación política por excelencia de los países en desarrollo, cuya membresía tiene una gran tradición y espíritu de lucha. Desde su establecimiento, ha estado llamado a servir de contrapeso frente a intereses hegemónicos, colonialistas e imperialistas. Hoy, ese espíritu debe guiarnos para rechazar y luchar contra los intentos de un reducido grupo de gobiernos que pretenden instaurar peligrosas prácticas que son contrarias a la legalidad internacional y que desconocen la voluntad soberana de nuestros pueblos. De allí que insisto en agradecer el respaldo a Venezuela en la defensa de nuestra soberanía y el legítimo ejercicio de nuestros derechos y privilegios ante los distintos foros internacionales; este es un paso al frente en contra el imperialismo y el neocolonialismo.

A sesenta años de la Cumbre fundacional de Belgrado, renovamos hoy la fuerza y el legado de los líderes históricos de nuestro Movimiento. Desde Venezuela empeñamos nuestro firme compromiso de seguir avanzando en la revitalización del Mnoal, cuyas posiciones, propósitos y principios siguen teniendo hoy, sin duda alguna, plena vigencia; de seguir avanzando en la consolidación de su papel como un espacio para el diálogo, y como una fuerza anti-guerra y amante de la paz, que promueva el respeto al derecho a la vida, a la autodeterminación de los pueblos y a los derechos humanos como un todo.
 
Estimamos que hoy, cuando enfrentamos una arremetida de políticas neocoloniales y de reconquista, es el momento de reivindicar nuestro papel y nuestra influencia en los foros multilaterales, particularmente en las Naciones Unidas, como el importante actor que somos, y para lo cual debemos fortalecer aún más la unidad y la solidaridad entre nuestros miembros, partiendo de nuestra histórica premisa de “unidad en la diversidad”, sobre la base del respeto mutuo, la tolerancia y el entendimiento.

Por último, permítanme citar parte de uno de los párrafos de la Declaración Política de la Cumbre de Belgrado: “una paz duradera sólo será posible si la dominación del colonialismo, del imperialismo y del neocolonialismo es radicalmente eliminada en todas sus manifestaciones”. Con esto, no nos queda sino reiterar que de nuestro compromiso político y moral depende que el Mnoal siga siendo luz y esperanza para la humanidad y que pueda ser un actor determinante en el establecimiento de un mundo pacífico y próspero.

Muchas gracias, señor Presidente.

Belgrado, 11 de octubre de 2021