Discurso del canciller Jorge Arreaza en conferencia telemática para conmemorar el 75° Aniversario de la ONU - MPPRE

Discurso del canciller Jorge Arreaza en conferencia telemática para conmemorar el 75° Aniversario de la ONU

Muchísimas gracias.

Para nosotros, para el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela participar en un aniversario de las Naciones Unidas siempre es relevante. Pero hablar de este 75 aniversario y en las condiciones en las cuales se encuentra el país, en las cuales se encuentra el mundo, en las cuales se encuentra la humanidad, es muchísimo más relevante.

Les extiendo el saludo del presidente Nicolás Maduro Moros, quien también dedicó una palabras en la reciente Asamblea General de Naciones Unidas a tan importante celebración porque es sin lugar a dudas una celebración.

Naciones Unidas es la herramienta con la que cuentan los pueblos. Naciones Unidas y esta Carta es la única que podemos nosotros levantar y alzar para poder defender a la civilización. Para poder defender a la justicia social.

Seguramente como fue escrita hace 75 años hay anacronismo, seguramente debemos actualizarla, pero sin lugar a duda es la herramienta con la que cuenta los pueblos.

Quiero también agradecer las palabras del señor Peter Grohmann y su trabajo como coordinador residente, como coordinador humanitario. Todos los equipos de su oficina, los equipos de las agencias de Naciones Unidas en Venezuela.

Agradecer al secretario general Antonio Guterres por su interés, su preocupación permanente, por nuestra región, por nuestro país, agradecer a todos los directivos de Naciones Unidas.

Y como decía Peter en sus palabras, cuando asumíamos este aniversario recordamos el mundo que heredamos en 1945 aquel mundo que todavía estaba al calor del sufrimiento de la guerra, todavía la radioactividad era letal la de Hiroshima y Nagasaki y en aquel mundo surgió las Naciones Unidas y veníamos de la mala experiencia, de la amarga experiencia de la Liga de Naciones que no pudo contener ese conflicto tan inhumano, tan cruel, tan criminal como fue la Segunda Guerra Mundial y la amenaza de la imposición del fascismo en la humanidad.

Y así, surgió este gran acuerdo, este gran contrato entre los Estados más representativos de aquel momento y otros que se sumaron como Venezuela desde un principio, a este gran proyecto común.

El señor Andrés Gromyko quien fuera como ustedes saben, no solo representante de la Unión Soviética ante Naciones Unidas, sino también ministro de Relaciones Exteriores y decía que aquellas negociaciones fueron acaloradas, habían distintas concepciones y que incluso se decidió por unanimidad que estuviera la sede principal en Nueva York, precisamente para que aquel país que estaba surgiendo que salía vencedor de una guerra, bueno, respetara al menos con la presencia de Naciones Unidas en su territorio, la Carta y sus principios.

Y fuimos a un mundo bipolar, bipolar no solo porque eran dos polos ideológicos, dos polos económicos que se enfrentaban y se confrontaban, sino bipolar porque así como generó ese conflicto ideológico, generaba una paz a gran escala, pero también una serie de conflictos a pequeña escala que representaban esa confrontación geopolítica por controlar, por dominar territorios y recursos.

Afortunadamente aquel tiempo no derivó en una tercera guerra y última guerra mundial con la utilización de las armas nucleares. Venezuela como ustedes saben es partidaria de la eliminación total y nosotros fuimos los primeros en firmar y ratificar la Convención de Naciones Unidas hacia el respecto, la eliminación total de las armas de destrucción masiva y por supuesto de las armas nucleares.

Surgió el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) pero para potenciar a Naciones Unidas, para desarrollar los principios de esta Carta, para alimentarlos, para poder contener con Naciones Unidas el gran conflicto que se avecinaba, que se predecía en aquellos momentos difíciles para la humanidad también.

Y por supuesto también, después del nacimiento de los países no alineados hubo que contener y que sufrir las consecuencias de un unilateralismo en esta parte del mundo, pero traducidas a través de también instituciones multilaterales.

Hablemos de la imposición de las políticas neoliberales a través del propio fondo monetario internacional, allí la humanidad se vio enfrentada a otro tipo de sufrimiento y de devastación, por eso hay que revisar tantas cosas, por eso es que Naciones Unidas está llamada a revisar su historia, corregir, rectificar y potenciar los bueno que se ha hecho por supuesto.

Sin lugar a dudas, también consideramos que Naciones Unidas debe avanzar en su independencia total, lo decimos por el financiamiento. Efectivamente, siempre estamos dependiendo de si los países poderosos y grandes, incluso temiendo que se retiren, de instituciones, de agencias, de organizaciones de Naciones Unidas porque se pudiese ir a la quiebra.

No puede depender Naciones Unidas y hay que diseñar un mecanismo financiero que nos permita que nuestra organización exista y se desarrolle con éxito sin depender del financiamiento de un país, o tres países, o cuatro países porque eso siempre va a direccionar las acciones, es inevitable y siempre pueden coaccionar con el financiamiento o no de proyectos, de agencias, el destino y la orientación de las bondades que Naciones Unidas ha presentado a la humanidad.

El multilateralismo ha sido una contención en los momentos de mayor dificultad y hoy en día más que nunca es una contención. Tenemos que cuidarlos al máximo, tenemos que protegerlo, sin lugar a dudas nosotros creemos en la paz y la seguridad internacional como el resultado de un equilibrio necesario, de una armonía indispensable entre los actores internacionales, entre los Estados y mucho más allá.

Y ese equilibrio solo puede lograrse si de verdad se respetan los principios de la Carta de Naciones Unidas. Nosotros ayer y permítanme esta digresión proveíamos un debate entre dos candidatos presidenciales que por momentos era irrisorio, pero que algún momento hablaron de soberanía y de cómo tenían que tomar medidas contra quienes habían interferido en sus procesos electorales porque eso dañaba la soberanía de su país.

Y qué no hace ese país, esas restricciones a la cuales se refería Peter Grohmann.

¿Esas medidas coercitivas unilaterales quién las impone? ¿Esa intervención permanente en los proceso políticos en América Latina y el Caribe de quién es? ¿Qué pasa con nuestras soberanías? ¿Qué pasa con la soberanía de otros pueblos?

Que a partir de la búsqueda de los recursos naturales, ayer lo decía el propio presidente de Estados Unidos. Ya no queremos, como con Corea del Norte hubo paz y no esas guerras que tuvimos que desarrollar para tener acceso a los recursos naturales, ahora somos autosuficientes en la energía y no necesitamos aquellas guerras que hicimos.

Bueno si, las hicieron y murió gente y por eso mismo es que necesitamos unas Naciones Unidas fortalecidas y que la soberanía de los países, la no injerencia en los asuntos internos, el respeto a la igualdad de los Estados se haga cumplir. Y que Naciones Unidas tenga el poder, porque esa es la palabra, el poder para hacer cumplir.

Si es un desafío. Si tal vez sea un sueño, pero hay que avanzar en esa dirección. Insistimos en que es la única herramienta que nosotros tenemos.

Solo quisiera terminar diciendo que pareciera que la humanidad está en un punto de inflexión definitivo.

Tomamos, es una encrucijada, tomamos un camino o tomamos el otro. Seguimos haciendo las cosas como las venimos haciendo o podemos trascender y hacerlas de otra manera. Podemos entendernos en la diversidad o tenemos que imponer un modelo. Podemos transitar hacia un mundo de equilibrio multilateral o se va a imponer el desbalance unilateral y hegemónico, y Naciones Unidas tiene en sus manos gran parte de la solución.

Yo diría incluso, cuando el Libertador Simón Bolívar en 1805 nos decía que “aquel problema del hombre en libertad” decía el, aquella misteriosa incógnita que habría de despejarse en el nuevo mundo, tal vez ese nuevo mundo no era concretamente un nuevo mundo en términos territoriales, sino este nuevo mundo que tenemos hoy.

Esta construcción de este nuevo mundo donde tenemos que despejar definitivamente la incógnita del hombre, de la mujer en libertad, en armonía, en paz, consigo mismo como humanidad, con el planeta tierra en que no haya desafíos a la seguridad, en que podamos convivir en paz. Sin lugar a dudas, hacia allá nos estamos dirigiendo.

Creemos que Naciones Unidas debe entonces alzar la voz, y debe hacerlo con fuerza contra quienes violan la Carta. Contra quienes generan guerras e ignoran los mecanismos de Naciones Unidas. Contra quienes imponen medidas que no están contempladas en esta Carta, ni en ninguna de las disposiciones del derecho internacional público.

Lo que ocurrió este año de pandemia con la Organización Mundial de la Salud fue ejemplo de ello. Seguirán esfuerzos de ese equipo que pudo haber colapsado frente a la aparición de una sorpresiva pandemia y luego se desata que si su origen era este u el otro y luego se desata un conflicto político, geopolítico podemos decir que ponía en riesgo la propia investigación y anuncian países que se retiran, países que no financiaran y ahí está, se impuso la Organización Mundial de la Salud, aunque dañada, aunque atacada, aunque desprestigiada en algunos sectores de este mundo. Se impuso la coherencia y transitamos hacia una solución definitiva con las vacunas en este momento.

No podemos aceptar como decía el presidente Hugo Chávez en 2005-2006 una dictadura mundial. Naciones Unidas tiene que evitar que haya una dictadura mundial.

Agradezco mucho también el trabajo de Naciones Unidas en la respuesta humanitaria que se ha generado. Agradezco todo el esfuerzo de duplicación incluso de presupuesto y más allá y de más personal de Naciones Unidas aquí. Ese gran esfuerzo para diseñar ambos planes de respuesta humanitaria, el plan socieconómico de apoyo que se está generando con algunas agencias en particular.

Sin lugar a dudas en un gran esfuerzo, pero veamos allí y lo decía también el coordinador residente, bueno, la falta de financiamiento y la gran hipocresía sobre el cual se montó el caso Venezuela mediáticamente y también políticamente. Incluso en el Consejo de Seguridad tuvo que pasar un sesión sobre la “crisis humanitaria en Venezuela” y en vez de haber sobrado la ayuda ante tanta tensión internacional sobre el tema, en vez de haber llegado la ayuda de distintas maneras y el financiamiento, haber sido más que suficiente ahí están los grupos de Naciones Unidas, los equipos de Naciones Unidas, bueno, literalmente “pariendo” como decimos en Venezuela porque no tienen el financiamiento suficiente y al mismo tiempo están los recursos de Venezuela bloqueados en el mundo. Más de 11 mil millones de dólares en efectivo indisponibles.

Ahí están las empresas que se le han arrebatado a Venezuela en el mundo, ahí está la falta de capacidad de financiamiento de Venezuela por las medida coercitivas unilaterales. Una formula perversa contra nuestro pueblo y hemos visto que Naciones Unidas. Y agradecemos al equipo de Naciones Unidas en Venezuela el esfuerzo por trabajar con el pueblo venezolano, con el Estado venezolano, con las organizaciones civiles venezolanas para salir adelante a pesar de toda esta agresión y este asedio.

Es un gran momento para reconocer el trabajo de Naciones Unidas, pero veamos hacia el futuro.

Por ultimo quiero referir otro pensamiento del Libertador Simón Bolívar. “Podemos cambiar el nombre de Europa por el nombre de otro país hegemónico hoy” nos decía Simón Bolívar. “La ambición de las naciones de Europa lleva el yugo de la esclavitud a las demás partes del mundo y todas estas partes del mundo deberían tratar de establecer el equilibrio entre ellas y Europa para destruir la preponderancia de la última.

“Yo llamo [decía Bolívar] a esto el equilibrio del universo y el debe entrar en los cálculos de la política americana”, diríamos nosotros hoy de la política mundial. Que no haya imperios, que no haya dominación, que se imponga la armonía, que se imponga la paz, la cooperación, el entendimiento, que se imponga la Carta de las Naciones Unidas.

Felicitaciones y muchas gracias por haber considerado nuestra invitación el día de hoy.