Cantos de trabajo de llano colombo-venezolanos obtiene declaración de la Unesco - MPPRE

Cantos de trabajo de llano colombo-venezolanos obtiene declaración de la Unesco

cantos-de-llano-colombo-venezolanos

El Tamna Hall del Centro Internacional de Convenciones (ICC) de la isla de Jeju en Corea del Sur, sirvió de escenario a la proclamación, por parte de la Unesco, de los “Cantos de trabajo de Llano colombo-venezolanos” como Patrimonio Cultural Inmaterial que requiere medidas de salvaguardia urgente, de acuerdo al resultado del examen del Comité Intergubernamental en su tercer día de sesiones, en horas de la mañana del miércoles 6 de diciembre.

Los cinco criterios fundamentales  para asegurar el ingreso de Venezuela y de Colombia a la importante lista de la Unesco se cumplieron satisfactoriamente, y las delegaciones de ambos países pudieron expresar su gratitud y futuros compromisos de trabajo por esta declaratoria. Un momento especial se vivió en el salón de reuniones con los cantos de ordeño y arreo que interpretaron en el país asiático los exponentes llaneros venezolanos Ángel Remigio Tovar y Vidal Colmenares, quienes fueron largamente aplaudidos.

Esta esperada designación se convierte para Venezuela en el sexto ingreso consecutivo,  desde el año 2012, a las Listas del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco, después de “Diablos Danzantes de Corpus Christi de Venezuela” (2012); “Parranda de San Pedro de Guarenas y Guatire” (2013); “La tradición oral mapoyo y sus referentes simbólicos en el territorio ancestral” (2014); “Los conocimientos y tecnologías asociados al procesamiento y cultivo de la Curagua” (2015); “El Carnaval de El Callao: representación festiva y una memoria e identidad cultural” (2016).

Se ratifica una vez más, el compromiso de nuestra diplomacia de paz y nuestras políticas públicas, con la promoción de un multilateralismo cultural fundado sobre la base del respeto a los derechos humanos, la solidaridad y la cooperación internacional. Sobre estos principios, en Venezuela la cultura se ha convertido en una prioridad de Estado, donde la defensa y salvaguardia del patrimonio y la diversidad cultural, constituyen elementos fundamentales de nuestra democracia participativa y protagónica.