En la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en Bucarest, Rumanía, se efectuó una conferencia encabezada por el jefe de misión con rango de embajador, Alfredo Alfonso Torrealba, en la que presentó la carta que la Misión Permanente del país suramericano envió a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En la carta se denuncia el uso de una red de crimen transnacional organizado, que incluye mercenarios colombianos y estadounidenses, para cometer actos de agresión contra la República de Haití y la República Bolivariana de Venezuela, con el fin de perpetrar actos de terrorismo y magnicidios contra los Jefes de Estados y de Gobierno de ambos países, y propiciar así el derrocamiento de sus gobiernos, lo cual se constituye en un ataque que claramente pone en peligro la paz y la seguridad internacionales.
Durante el evento, el Jefe de Misión informó sobre hechos que sacudieron a varios países de América Latina, como el ataque a los presidentes Nicolás Maduro Moros y Jovenel Moïse. Mencionó la Operación Gedeón contra Venezuela del 3 de mayo de 2020 y el asesinato del presidente de la República de Haití, Jovenel Moïse, que cumple con todas las condiciones definidas por el derecho internacional para ser caracterizado como un “acto de agresión” que comprendió, además, la comisión de otros graves delitos internacionales, tales como la perpetración de un magnicidio y de un acto de terrorismo, a través del uso de mercenarios, y con el financiamiento brindado por grupos delictivos organizados.
El Jefe de la Misión venezolana en Rumanía enfatizó los hechos ocurridos el 7 de julio de 2021, cuando un grupo de al menos 26 mercenarios colombianos y dos de origen estadounidense atacaron la residencia del Presidente de la República de Haití y, luego de torturarlo, le acribillaron con 12 disparos, asesinándole e hiriendo de gravedad a la Primera Dama, Martine Moïse.
Asimismo, Torrealba apuntó que el magnicidio del Presidente haitiano fue el resultado de una operación de fuerzas mercenarias, ejecutada por asesinos colombianos, financiados por empresas de los Estados Unidos de América, planificada en territorio estadounidense y haitiano, y regulada por un contrato de lucro personal que compensaría a los asesinos con grandes beneficios económicos, producto de la venta de bienes del Estado haitiano. En otras palabras, el asesinato constituyó, en los hechos, un golpe de Estado y un acto de terrorismo que socavó el orden constitucional de la República de Haití.
Seguidamente, el diplomático venezolano ratificó que resulta imposible mantener ingenuamente la tesis de que una operación de esta magnitud, con propósitos políticos, que incluyó el manejo de altas cantidades de dinero y tráfico de armas, y que contó con personal entrenado en operaciones especiales, haya ocurrido sin el conocimiento de las agencias de seguridad e inteligencia, tanto del Gobierno de Colombia como de los Estados Unidos de América.
Por otro lado, el embajador Torrealba indicó que todas esas evidencias demuestran la existencia de una red de operaciones mercenarias en los Estados Unidos de América y Colombia que funciona a través de compañías privadas estadounidenses y mercenarios colombianos que operan impunemente bajo la protección de ambos gobiernos.
Precisó que el uso de estructuras del crimen transnacional organizado y de fuerzas mercenarias para perpetrar actos de terrorismo y asesinar Jefes de Estado y de Gobierno, derrocar gobiernos y socavar la base constitucional de los Estados, constituye una clara transgresión de la Carta de las Naciones Unidas, que establece como uno de sus propósitos, en el Artículo 1: “Fomentar entre las naciones relaciones de amistad basadas en el respeto al principio de la igualdad de derechos y de la libre determinación de los pueblos”.
En definitiva, el Jefe de la Misión venezolana ratificó el apoyo del pueblo y Gobierno Bolivariano a la lucha contra el terrorismo. Reiteró también la invariable solidaridad de su país con la República y pueblo de Haití y la confianza en la capacidad para reconstruir el país.
El evento contó con la participación de varios miembros del Partido Socialista y Comunista Rumano, y de diferentes asociaciones, como la de Embajadores y Diplomáticos de Carrera de Rumanía, de Amistad Rumano-Cubana y del Foro de Países No Alineados, cuyos participantes intervinieron activamente durante el conversatorio, preguntando y añadiendo sus consideraciones.
Embajada de Venezuela en Rumanía