4A: Un intento de magnicidio frustrado sin precedentes en el mundo - MPPRE

4A: Un intento de magnicidio frustrado sin precedentes en el mundo

Hoy es 4 de agosto, se cumplen dos años del intento de asesinato en contra del presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros. Un intento de magnicidio frustrado.

Ese sábado, durante un acto por la conmemoración de los 81 años de la creación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), se produjeron dos explosiones mientras el Jefe de Estado venezolano daba un discurso en la avenida Bolívar, en Caracas, él hablaba puntualmente sobre el tema de la recuperación económica del país y los esfuerzos de su gestión en ese sentido.

Las palabras del Mandatario se estaban trasmitiendo en cadena nacional de radio y televisión, el evento estaba siendo registrado por medios nacionales y extranjeros convocados para cubrir la actividad.

Desde el inicio del acto, los periodistas, camarógrafos y fotógrafos estuvieron apostados en la tribuna de prensa, ubicada diagonalmente, a la derecha de la tarima presidencial.

Pasados unos minutos, comenzó a lloviznar, eso originó que algunas de las personas que ocupaban la tarima de prensa optaran por bajar de la misma y se ubicaran al lateral derecho de la avenida. Eso, más adelante, permitió tener una visual de lo ocurrido desde otro punto.

Mientras tanto, allí continuaba el presidente Maduro en frente de un desfile militar compuesto por efectivos de la GNB y en compañía de autoridades como la primera combatiente, Cilia Flores; el ministro del Poder Popular para la Defensa Vladimir Padrino López, así como las máximas autoridades de los Poderes Públicos del país, cuando repentinamente el discurso se vio interrumpido por la explosión de un dron que sobrevolaba a distancia de la tarima presidencial, una segunda explosión (de otro dron) se registró, a los pocos segundos, este sobrevolaba un edificio ubicado a 500 metros del lugar, desde donde el Jefe de Estado hablaba.

El Mandatario fue evacuado del evento, los cuerpos de seguridad manejan la situación como un atentado contra el Presidente. ​

Al menos siete cadetes de la GNB fueron heridos, mientras que el Presidente, al igual que su gabinete, resultaron ilesos.

En paralelo, al nivel de la avenida Bolívar, el ruido producto de las detonaciones fue ensordecedor, a metros, se escuchó un grito de un hombre: “Esto es un atentado”, acto seguido, la multitud ubicada en la avenida Bolívar miraba al cielo, a los lados, era increíble lo que ocurría, a quienes estaban en el lugar les invadía la indecisión de si quedarse estático o correr. Finalmente la gente comenzó a correr, procurando salir de ese perímetro y así resguardarse.

Ese mismo día, pasadas las 8:30 de la noche, desde el Palacio de Miraflores, el presidente Maduro se dirigió a la Nación, allí expuso:

“Han intentado asesinarme el día de hoy (…) tengo que informar que han sido capturados parte de los autores materiales del atentado contra mi vida el día de hoy y se encuentran ya procesados (…) ya las primeras investigaciones nos indican que varios de los responsables intelectuales financistas de este atentado contra mi vida viven en Estados Unidos de Norteamérica, en el estado de La Florida, y no tengo duda que todo apunta a la ultraderecha venezolana en alianza con la ultraderecha colombiana y que el nombre de Juan Manuel Santos está detrás de este atentado”.

Este hecho fue analizado a escasos días y motivó la realización de documentales y trabajos especiales como el titulado “Crónica de un magnicidio frustrado”, el cual fue trasmitido por el canal del Estado, Venezolana de Televisión, en donde el viceministro de comunicación internacional, William Castillo, calificó el hecho político como “uno de los más graves ocurrido en las dos últimas décadas, quizás solo comparable al golpe de Estado de abril de 2002 en el que también se incluía la opción de la eliminación física del entonces presidente Hugo Chávez”.

“Lo ocurrido el 4 de agosto se trató de una acción inédita en nuestra vida política, se trató de una acción de naturaleza terrorista contra la paz y la estabilidad de la República, se pretendió no sólo eliminar físicamente al presidente, sino descabezar al Estado venezolano, mediante la aniquilación de las más altas autoridades civiles y militares del país. Tenía como objetivo final generar una crisis política y una intervención extranjera en nuestro país, sin reparar el daño y el dolor que ello traería a nuestro pueblo”, dijo Castillo.

Tras este ataque, desde el punto de vista comunicacional, algunas corporaciones de la comunicación intentaron y continúan procurando invisibilizar el hecho, incluso los medios internacionales ese 4 de agosto de 2018 minimizaron lo ocurrido calificándolo como “supuesto magnicidio”, desconociendo así el peligro que representó este evento.

Estudiado en profundidad por los equipos de inteligencia de Venezuela y de todo el mundo el atentado del 4 de agosto marca un precedente al convertirse en el primer intento de magnicidio con drones del planeta.

Fue un atentado que a la luz de las declaraciones obtenidas fue planificado desde el extranjero para decapitar al gobierno por completo. Un ataque que sería visto en vivo y en directo por millones de personas.

“Pensé en lo que pudiera pensar mi madre, la preocupación que les iba a ocasionar a ellos”, dijo una de las cadetes que estuvo presente, mientras que otro expresaba, tras el impactante evento, con lágrimas en sus ojos: “Yo me vine y dejé a mi hijo en mi casa, solamente me vienen los recuerdos de mi hijo”.

Otro alumno de la academia militar venezolana dijo: “Con esta explosión pudieron haber matado a muchos funcionarios, que aparte de funcionarios somos personas, tenemos esposas, hijos, padres, hermanos”.

“No sé decir si tuve suerte, si tuve un angelito que me cuidaba o mi comandante Chávez, que en paz descanse, me ayudó”, expresaba otro de los hombres que se formó aquel día en las filas a lo largo y ancho de la avenida Bolívar.

Los testimonios de ese día dijeron que será ese 4 de agosto recordado como un día de resurrección porque ese día volvieron a nacer.

Prensa Presidencial