Venezolanos brillan en China: Oriana Herrera, en fórmulas simples - MPPRE

Venezolanos brillan en China: Oriana Herrera, en fórmulas simples

Venezuela es una cuna de grandes talentos y, en el marco de esta realidad, la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela en la República Popular China, quiere rendir tributo y reconocer a todos los venezolanos y venezolanas que depositan su esfuerzo en la construcción del país que soñamos desde este lado del mundo.  Semana a semana mostraremos estudiantes que forman parte del Programa de Intercambio Educativo entre China y Venezuela. Venezolanos y venezolanas que son ejemplo de constancia, perseverancia y dedicación. Hay más de 15 mil kilómetros de distancia entre Venezuela y China. En el primer punto nació Oriana Herrera Morgado, específicamente en San Juan de Los Morros, estado Guárico, del otro extremo hace su carrera de Gerencia de las Ciencias e Ingeniería en la Universidad de las Ciencias y la Tecnología de Beijing. Tiene 30 años y hace dos que vive inmersa en un mundo de tecnicismos en una de las disciplinas más prestigiosas y demandadas. Hoy presentamos algunos aspectos de esta venezolana, relacionados con su vida personal, sus creencias y su manera de percibir el mundo. Aquí está su voz, su fórmula. Carrera espacial Oriana participó en el proyecto de entrenamiento y ensamblaje del satélite de percepción remota Miranda en el 2012, como parte del equipo de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE), y esa fue una primera experiencia que la acercó al estudio en el país asiático. Sin mucho esfuerzo, se dejó atrapar por la metodología china para fomentar el conocimiento y la divulgación de las ciencias exactas. Ella cuenta que “en este proceso hice muchas amistades y descubrí toda la comunidad científica dedicada al estudio y uso pacífico del espacio ultraterrestre”. Por eso, desde 2013 hasta el 2017 se dedicó a estudiar los procesos y sistemas asociados a las estaciones de control terrenal de sistemas satelitales lo que la mantuvo en constante contacto con China. No pasaría mucho tiempo para que pisara de nuevo suelo chino. En 2016 regresó como parte del staff de la ABAE en el diseño y ensamblado del segundo Programa Satelital de Percepción Remota Antonio José de Sucre y esa estadía fue decisiva para iniciar el proceso de cursar estudios en el país para crecer en el área de la tecnología satelital. Con miras en Venezuela No es un secreto el avance chino en el área espacial y como muchas otras naciones le siguen de cerca sus pasos. Oriana cree “firmemente en el desarrollo de las ciencias para el desarrollo de una nación y en la transformación de la industria tradicional a nuevas tecnologías y modelos”. “Mis estudios están relacionados a la Gerencia de las Ciencias y la Ingeniería ya que por muchos años trabajé en el desarrollo de sistemas sustentables, principalmente, desde la perspectiva del mantenimiento y reingeniería de los mismos” por lo que uno de los principales aportes que esta joven ofrecerá a Venezuela una vez culminados sus estudios están relacionados al “uso de las técnicas de gerencia de proyectos aprendidas durante el desarrollo de mi carrera en la industria venezolana y, de ese modo, mejorar e incluso optimizar desde las ciencias nuestros balances económicos”. Soluciones sustentables Uno de los proyectos que desarrolla y que comenzará a tomar forma dentro de poco está centrado en la sustentabilidad de los proyectos en el área espacial “desde un análisis exploratorio del avance que se ha dado en el desarrollo de la industria espacial a fin de establecer cómo se ha incorporado el concepto de sustentabilidad en las acciones, directrices, estrategias y programas planteados para el desarrollo de este sector”. Puertas adentro Como una extranjera más en Beijing, hay ciertas cosas para las cuales el cerebro debe hacer espacio rápidamente: vivir sin queso llanero. Es la primera confesión que deja colar sobre lo aprendido en su estancia en China. “Pero de todas las cosas que he aprendido me quedo con la cocina típica. Me encantan los Jiao Zi, siento que son la versión china de las empanadas que consigues de madrugada después de una fiesta”. Y como la cocina también constituye una poderosa herramienta de transformación, aprendió a realizar los Jiao Zi, Mian Tiao – noodles tradicionales- , You Hua – una especie de dulce frito – , y Huo Po, una sopa también conocida como hot pot. Explica que “este último tiene toda una ciencia para escoger el sabor de la base de la sopa. Me apunté a un programa de intercambio familiar y conviví con una familia china de una ciudad del norte llamada Taiyuan, me enseñaron a preparar diversos platos de forma tradicional, con ellos compartí las tradiciones venezolanas como la arepa, chicha, torta tres leches, tizana, entre otros platillos. La experiencia fue enriquecedora para todos y ahora en Taiyuan hay una familia fanática de la Reina Pepeada”. Calculadora de palabras Oriana emprendió un divertido proceso de enseñanza de palabras típicas venezolanas a compañeros de su universidad, chinos y extranjeros,  porque, a veces, la ciencia no nos ofrece respuestas sobre cómo nos relacionamos con el lenguaje a lo largo de nuestra vida. “Muchos de ellos ya han adoptado el pana, chamo o chama, el chévere y el fino. Considero que la palabra que más me gusta, porque define automáticamente nuestro gentilicio, es arepa. Muchos de mis compañeros, al saber que soy venezolana, lo primero que dicen es las arepas y por supuesto te traslada automáticamente a tu gente, a nuestro país. Aunque creo que la que más utilizo para explicarles que tenemos un lenguaje particular son las palabras cotufa y cambur. Nunca nadie da con los significados y es muy gracioso ver sus expresiones”. ¿Y cómo enfrenta el reto que supone para el cerebro aprender un idioma tan completo como el chino? “La palabra en chino que más utilizo es Zhe Ge 这个, significa eso y hace referencia a cualquier cosa. Eso te saca de un apuro. Señalas lo que necesitas o lo que quieres y solo dices Zhe Ge [che ga] ¡Ellos siempre te van a entender!”. Ella es parte de los venezolanos que brillan fuera de nuestras fronteras y, aunque todo espacio se queda pequeño para destacar quién es y qué hace por el país, buscamos que esta ventana nos convoque a la unión y a la esperanza de un futuro tan prometedor como el de este talento criollo de exportación. Embajada